Los restos mortales del expresidente israelí Simón Peres, fallecido el miércoles a los 93 años, fueron trasladados a primera hora desde el Parlamento al cementerio del Monte Herzl de Jerusalén, donde recibirá sepultura en un funeral con presencia de34 jefes de Estado y gobierno extranjeros.
El coche fúnebre escoltado por un convoy de vehículos policiales recorrió las calles de Jerusalén hasta llegar a su destino final, también un cementerio militar, situado en el suroeste de Jerusalén y donde se encuentran enterrados los «grandes de la nación«. El dispositivo de seguridad en torno a las exequias del antiguo mandatario israelí, bajo el nombre de «Ahora es mañana», es considerado el mayor de la historia del país e implica solo en Jerusalén el despliegue de 8.000 agentes en diversos puntos de la urbe.
Durante este jueves más de 50.000 israelíes rindieron homenaje ante al féretro expuesto en el Parlamento israelí, cubierto con una bandera nacional y custodiado por una guardia de honor. El Centro Peres de la Paz, a cargo de la coordinación de los funerales junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, ha confirmado la llegada de 90 delegaciones internacionales.
Destaca la presencia del rey español Felipe VI; los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama; México, Enrique Peña Nieto; Alemania, Joachim Gauck: Francia, Francois Hollande, Italia, Mateo Renzi; y el gran duque Enrique, jefe de estado de Luxemburgo. Obama cerrará con un discurso la ceremonia fúnebre en la que también intervendrán el expresidente norteamericano Bill Clinton, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el jefe del Estado, Reuvén Rivlin, o el escritor israelí Amos Oz. Entre el gran número de personalidades que asistirán al último adiós al expresidente y Nobel de la Paz israelí, estará también el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás.
Nadie recuerda que tipos como este fueron terroristas mete-bombas y asesinos durante el «protectorado» británico de Palestina junto con Golda Meier, Menahem Beguin, Ariel Sharon y tantos otros…
Todos ellos pertenecen al mismo gremio y les da igual si recordamos o no. Ellos saben que está triunfando la mentira.
Yo pense que el gorro o (kiphá) era cosa de judios pero parece que no.