por Worms Argentina
Las frutas y verduras que compramos en los mercados son muy diferentes a cómo eran cuando los seres humanos las cultivaban hace miles de años y cuando no habían pasado por los distintos procesos previos a la comercialización de hoy en día.
Recientemente, un blog de comidas neoyorkino (Gub Street), hizo una recopilación de distintas imágenes de los alimentos del pasado, comparándolos con la actualidad y las diferencias son impresionantes.
Por ejemplo, la banana silvestre, cultivada por primera vez hace unos 7.000 años en Papúa Nueva Guinea, en aquel entonces tenía semillas duras y grandes en su interior y su color era mucho más verde.
Las sandías tienen su origen en África y su apariencia en ese tiempo era muy distinta a la de las sandías actuales. Su interior era verde y con unas semillas más grandes, mientras que las de hoy tienen un interior de color rojo. Una pintura del pintor del siglo XVII, Giovanni Stanchi, muestra una sandía que se ve bastante diferente a la variedad moderna.
En el plano de las verduras, las berenjenas son las que más han cambiado de forma y color. Estas a lo largo de toda su historia, han sido blancas, azules, celestes, moradas y amarillas. Las primeras tenían espinas y se cultivaban en China y África.
Paulatinamente este cultivo se deshizo de las espinas y se transformó en la verdura grande y morada con la que nos encontramos en los supermercados.
En cuanto a las zanahorias, se sabe que estas habían sido cultivadas en Persia, y que el récord más antiguo de raíz vegetal data del siglo X. Antiguamente, eran de color blanco o morado, muy distintas a las actuales.
¿Evolución o involución?
Los avances en las técnicas de cultivo han hecho que la forma, sabor y color de los vegetales se alteren con el tiempo.
La intervención del hombre en los procesos naturales, la manipulación genética y la incorporación de químicos y conservantes para mantener frescos los alimentos han ocasionado que paulatinamente estos pierdan su color, textura y sabor originales.
“…los alimentos orgánicos tienen mejor sabor, aroma, color y son más nutritivos que los convencionales, los manipulados…”
Algunos pensarán que la actualidad es mejor y que la ciencia y tecnología están muy desarrolladas. Sin embargo, también es necesario tomar conciencia sobre la dominación continua que ejercemos sobre la naturaleza para favorecer nuestros propios intereses y manipular un resultado. Como sea, nunca lograremos igualar su perfección, por más tecnología que le apliquemos y los resultados pueden ser justamente lo opuesto.
Productos orgánicos: la alternativa natural
En todo el mundo, el comercio de productos orgánicos está expandiéndose rápidamentey los consumidores están valorando cada vez más esta alternativa sana y ecológica.
Argentina se suma a esta tendencia, aunque no tanto por volumen sino por la amplia oferta de alimentos orgánicos. Sólo en bienes de origen vegetal el país sudamericano exporta más de 80 productos y la demanda continúa en ascenso.
Sería beneficioso que este crecimiento –además de ser sostenido- preserve las mismas características naturales de estos productos y no se malogren, se desvirtúen o se vuelvan industriales, como muchas veces pasa cuando se comienzan a producir en cantidad.
Se consideran “orgánicos” a aquellos alimentos -en general los vegetales y las frutas- en los que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos y sustancias tóxicas reales o potenciales para la salud humana, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.
Por supuesto que tampoco son manipulados genéticamente, insertando un gen foráneo de otro ser vivo para brindarle una cualidad que el alimento original no contiene, por ejemplo: un tomate con un gen de pez de clima frío con el propósito de que tolere las heladas.
“…se estima que actualmente el 70% de los alimentos producidos contienen al menos un ingrediente que ha sido modificado genéticamente.”
El boom de los transgénicos comenzó en los ‘90 y se estima que actualmente el 70% de los alimentos producidos contienen al menos un ingrediente que ha sido modificado genéticamente.
Ventajas de los alimentos orgánicos
La principal ventaja de los alimentos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. En el caso de utilizarse fertilizantes, los mismos son orgánicos, es decir naturales. El más común es el humus de lombriz, que además de ser rendidor, es muy económico.
Los alimentos orgánicos tampoco tienen aditivos y conservantes, plaguicidas ni fertilizantes, no tienen residuos de medicamentos veterinarios, no contienen hormonas ni tampoco metales pesados presentes en suelos y aguas.
“…cuando compra este tipo de productos, está ayudando a los agricultores a crear un ambiente saludable…”
Más allá de los beneficios para la salud que implica consumir orgánico, cuando compra este tipo de productos, está ayudando a los agricultores a crear un ambiente saludable para la vida silvestre y a preservar la biodiversidad.
Por otro lado, los alimentos orgánicos tienen mejor sabor, aroma, color y son más nutritivos que los convencionales, los manipulados o los “de laboratorio”.
La principal objeción por parte de los consumidores es el tema del costo, ya que por lo general son más caros y no se conforman a la situación del “bolsillo”.
En este caso lo mejor y lo que siempre alentamos, es la idea de tener una huerta orgánica y ecológica en tu hogar.
Si no cuentas con un patio con tierra la puedes hacer en macetas y colocarlas en el lavadero, balcón, terraza o patio interno. Los resultados serán excelentes ya que podrás apreciar por tí mismo la verdadera naturaleza de los alimentos.