http://www.aporrea.org/internacionales/a39212.html
Arrepentidos de la izquierda y apóstatas que se afirman siempre defensores de causas populares, ven el mundo con los anteojos de la ideología, la política, la moral y la praxis de derecha. Sugieren que el orbe está, en lo esencial, transformado, exceptuando de este cambio a la que llaman “izquierda ortodoxa” que se quedó, afirman, anclada en los años ochenta del siglo XX.
Excluyen, asimismo, a las fuerzas “terroristas” (léase las que resisten al dominio global) que “amenazan” al mundo “libre”, pero los representantes de esa “izquierda” “ignoran” que el verdadero terrorismo, incluido el de Al Qaeda, es el que promueven y perpetran las naciones ricas (llamadas “comunidad internacional”).
Al igual que los ideólogos del capital, hablan desde una supuesta ideología única –ocultando que se trata de la ideología del imperio capitalista-, y atacan a la izquierda por estar decididamente en contra de la misma, argumentando que su pensamiento es anacrónico. Pretenden, así, legitimar su identificación con las “fuerzas democráticas” del mundo.
Son, pues, apologistas de la “democracia” que promueve la “comunidad internacional”, “democracia” que ha colmado de desgracias y miserias a la inmensa mayoría de la humanidad y que, con sus prácticas, amenaza con barrer todo vestigio de vida en el planeta.
Conviene preguntarse:
¿Qué de fondo le ataca la vieja y la nueva derecha a la izquierda?
Paradójicamente la repuesta más exacta que tenemos a mano la dio el mismísimo Richard Nixon al plantearse lo que más le preocupaba de Fidel Castro: “Fue su casi subordinación esclava a la opinión mayoritaria prevaleciente -a saber, la voz de la plebe- más que su ingenua actitud hacia el comunismo y su obvia falta de comprensión de los más elementales principios económicos, lo que más me preocupó al evaluar qué clase de líder sería a la larga.” (Citado por Fidel Castro Ruz, en La tiranía mundial. (http://www.cubadebate.cu/index.php?tpl=design/especiales.tpl.html&newsid_obj_id=9507)
Prosigamos nuestros planteos sobre los renegados de izquierda:
Se tragan, porque quieren, el cuento de la “ética” y la “transparencia” que impulsan las “fuerzas civilizadas” para exigirle a la izquierda auténtica que actué ceñida estrictamente a los marcos del orden burgués y muestre sin reservas su juego entero a todo el mundo, aunque la derecha no haya dejado, ni dejará jamás, de conspirar y tramar los más perversos planes para preservar, cueste lo que cueste, el orden capitalista mundial.
¿Acaso la CIA y sus réplicas en el orbe ya dejaron de existir o se han reformado?
¿La publicación de sus archivos secretos revela sólo lo histórico de su actuar y no lo contemporáneo?
Representantes de la oposición al gobierno sandinista y de la embajada yankee ¿no se han reunido secretamente para diseñar una estrategia conjunta en contra del actual mandatario nicaragüense?
Haciéndole coro a la barahúnda mediática que encabeza la CNN, se escandalizan por hechos, en verdad apegados a derecho y, sobre todo, a la voluntad de pueblos soberanos como el de Venezuela que, ante la necesidad de ponerle coto a un medio comprometido por entero con el imperio y la oligarquía local, le niega la renovación de la concesión sin vacilaciones de ningún tipo y lo pone en función de la auténtica democratización de la comunicación masiva.
Empero, a tono siempre con las grandes naciones “civilizadas”, callan los más atroces hechos criminales que éstas perpetran impunemente en países a los que Bush llama, con cinismo inaudito, los más “oscuros rincones” del planeta.
Para qué declararse antiimperialistas, preguntan haciéndose los inocentes, como si lo que ocurre hoy en contra de un pueblo del cercano o mediano Oriente, por ejemplo, no pueda ocurrir mañana contra cualquier nación del mundo, lejana o no de la propia.
Piensan “ingenuamente” que para establecer buenas relaciones con Estados Unidos y sacarle máximo provecho a las mismas, basta con hacerse de la vista gorda ante su comportamiento prepotente, intervencionista y genocida en el mundo.
Pero debemos preguntar:
¿De qué le sirvió a nuestro país que los Somoza se comportaran local e internacionalmente como lo deseaba el imperio yankee?
¿Progresó Nicaragua?
Se beneficiaron tan sólo los grandes capitalistas y terratenientes del país que, tratando inútilmente de impedir que el gran descontento de las masas despojadas del campo y la ciudad desembocara en una revolución violenta, promovieron una “revolución pacífica”.
¿De qué le sirvió a Nicaragua que Violeta Barrios, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, siguiendo los pasos del somocismo, cumplieran cabalmente las recetas fondomonetaristas, si su población quedó convertida en la más pobre del continente americano después de la haitiana?
Acusan al actual gobernante de Nicaragua de arremeterla contra los medios, sólo que soslayan que el atacado es él y no aquéllos que, no por casualidad, están mayormente en poder de la derecha; sin embargo, aducen que en las sociedades que se rigen por normas democráticas se garantiza la libertad de pensamiento.
¿Cuáles son esas sociedades que garantizan plenamente esa libertad, cuando en Estados Unidos, que es por sí mismo mucho, tan sólo seis grandes conglomerados (DISNEY, AOL/TIME WARNER, VIACOM, GENERAL ELECTRIC, RUPERT MARDOCH’S NEWS CORPORATION, BERTELSMANN) “controlan el 90% de las acciones de las grandes empresas mediáticas que, a su vez, producen el 90% de lo que leen, ven y oyen los estadounidenses” (Manuel E. Yepe. Globalización mediática neoliberal.http://www.argenpress.info/nota.asp?num=044923&Parte=0).
“El control interesado de las noticias por parte de los medios más influyentes -leemos en un artículo de Ernesto Carmona- comienza desde la selección de lo que es “noticia”, es decir, la información que se dará a conocer a los ciudadanos e incluye cómo deben conocerla, o sea, la presentación, tratamiento y enfoque de los hechos a través de los “hombres ancla” o presentadores de noticias, las imágenes de televisión o los textos de los grandes periódicos.” (Ernesto Carmona. Medios: Los amos de la Información.http://www.ola.cse.ufsc.br/analise/20070614_carmona.htm)
Stella Calloni, por su parte, plantea que, con la participación decidida de los medios de comunicación de masas, América Latina está siendo silenciosamente ocupada en los planos político, económico, militar, científico y cultural, lo que ocurre en un momento en que la información se ha convertido en un arma de destrucción masiva que, manipulada por Estados Unidos, se vuelve el “arma más poderosa que antecede al disparo de los misiles y a los bombardeos”. (StellaCalloni. La información como arma de guerra: La palabra que mata.http://www.voltairenet.org/article150308.html)
Para el hombre con auténtica formación y convicción de izquierda, es claro que los medios en manos de la derecha son un arma ideológica poderosa que pone en acción el mecanismo que permite a los opresores convertir sus ideas, aspiraciones y opiniones en asunto de mayorías. Pero también es claro que no hay nada democrático, ni inocente o inocuo en el hecho que la derecha ponga “generosamente” a disposición de renegados sus periódicos, radios y televisoras.
Así tampoco hay inocencia alguna en esa “izquierda” renegada que presenta dicha oportunidad para expresarse no en contra del imperio, sino en contra de los proyectos de la izquierda revolucionaria, como mera expresión de la “democracia”, de esa a la que pretende mostrar, como hace con todo, sin su correspondiente sello de clase.
¿Debe sorprender que la crítica de los renegados al sandinismo, a Cuba revolucionaria, a la Bolivia indígena, a Correa y a Chávez coincida siempre o casi siempre con la que desatan las fuerzas de la derecha local e internacional?