por Worms Argentina
Las matemáticas no fueron inventadas por los seres humanos, sino que son un lenguaje universal. El mismo que utiliza la naturaleza para expresarse a través de sus seres, comunicarse y ordenar el engranaje de cada una de sus partes, ya sea un átomo o una galaxia, ya sea microscópico o macroscópico.
Con solo mirar nuestro entorno, nos encontramos con el lenguaje armonioso de las matemáticas.
Si observamos con detenimiento las formas y relaciones en la naturaleza, podemos advertir la perfección en las distintas formas geométricas y también podremos notar las matemáticas en algunos números impresos -por ejemplo- en las alas de las mariposas ¿qué significan? Ahora lo sabremos.
La divina proporción
Los pétalos de las flores -en su mayoría- tienen una simetría perfecta, similar a otras en la naturaleza como la caparazón de un caracol, los cristales minerales e incluso nuestra galaxia.
A esta simetría se la llama “proporción divina”, “número áureo” o “número de oro”. Es un número muy recurrente en algunos patrones de la naturaleza y no podemos creer que sea un capricho o una casualidad.
En latín este se representa con la letra griega phi (1,618 = cociente de su lado mayor sobre su lado menor) y se trata de un código único y armónicamente estético.
En términos más simples sería la proporción que tiene que tener el segmento AB con respecto a BC para que sea igual a la proporción entre AB y AC.
También se sabe que distintas partes del cuerpo humano guardan esta proporción, entre ellas la primera falange del dedo con la segunda y esta con la tercera. Asimismo el ombligo divide la altura del cuerpo en la proporción áurea.
También se dice que los rostros más bellos son los que guardan esta proporción simétrica, que es una belleza que perdura a lo largo de todos los tiempos.
Asimismo se puede ver esta “proporción divina” en piezas de arte antiguas y arquitectónicas. Según algunos historiadores, los egipcios creían que la proporción áurea era sagrada, por ello la utilizaron en la construcción de templos y mausoleos.
En la naturaleza este número aparece en los lugares más impensados, como en la colmena de las abejas, en la forma de crecimiento de algunas plantas o en las espirales de algunos caracoles.
El diseño en espirales es común en la naturaleza. Además del caparazón de los caracoles, se encuentra en los remolinos de agua, en las turbulencias del humo de una chimenea, en los cuernos de una cabra montés o en el orden de la materia de las galaxias y este fenómeno es independiente del tejido o material que esté implicado en el proceso.
“…lo que es más sorprendente acerca de la proporción divina es un fenómeno que ocurre de manera natural.”
Quizás lo que es más sorprendente acerca de la proporción divina es un fenómeno que ocurre de manera natural. Se expresa en la disposición de las ramas a lo largo de los tallos de las plantas y las venas de las hojas. Se puede observar en los esqueletos de los animales y los seres humanos y en la ramificación de sus venas y nervios. Incluso se puede ver en las proporciones de compuestos químicos y la geometría de los cristales.
Como resultado de sus propiedades únicas, muchos relacionan a este número áureo con algo sagrado o divino y como una puerta a una comprensión más profunda de la belleza y la espiritualidad en la vida, revelando en gran parte una armonía oculta.
Las mariposas “88” y “89”
Hay unas 165.000 especies de mariposas en el mundo, pero solo una tan particular como la llamada “mariposa 88” justamente porque tiene “tatuado” este número en sus alas.
Su nombre científico sería Lepidóptera Diaethia clymena, más conocida como la “Mariposa 88”, sin embargo nunca nadie supo qué significa esta expresión y meramente se toma como una curiosidad o un dato divertido.
Son muchos los estudios que se han hecho alrededor de esta bella mariposa que podemos encontrar en México, Perú, Argentina, Brasil o Guatemala. Se trata de un patrón genético de esta especie de la familia de las Nymphaliade, que le otorga este número en sus alas. Pero hay un dato más curioso aún: esta peculiaridad genética puede derivar en ocasiones hacia el número 89.
En muchos países, el encontrar esta especie de mariposas con números es un signo de buena fortuna, ya que el número 8 está asociado -en multitud culturas- a la buena suerte. Pero mucho mejor aún encontrar la mariposa 89 ya que esta duplicaría los buenos augurios.
Esferas, espirales, hexágonos, números, son solo algunos ejemplos de las formas que es capaz de crear la naturaleza sin necesitar regla, compás o calculadora.
Sin duda, la naturaleza es muy sabia y tiene mucha más antigüedad que el ser humano. Por lo tanto todos los patrones que se repiten en los seres vivos, provienen de su misma esencia y tienen una correspondencia, porque al final, todo está interconectado.