El Cabrón sustituye simbólicamente al Rey de España Felipe VI en el regicidio originario de la institución monárquica.
El protagonista de la Fiesta Nacional de España o Día de la Hispanidad del pasado 12 de octubre no fue la Hispanidad misma, ni el Ejército español, ni la Familia Real. Fue el Cabrón, el macho cabrío, la mascota de la Legión Española. El llamado ‘carnero Miura’ fue el tema que más atrajo la atención de los borregomátrix, porque obviamente se sentían identificados con un animal de su misma especie. En muchos medios de desinformación se habló del tema con la superficialidad y la banalidad habituales. Pero pocos comprendieron la profundidad de la ceremonia.
El momento más simbólico del desfile fue cuando el Cabrón pasó frente al Rey de España. El macho cabrío es el animal sacrificial por excelencia, pero también lo es la monarquía, aunque hoy muy poca gente lo sabe. El macho cabrío pasando por delante del Rey simbolizaba la sustitución sacrificial, gracias a la cual el rey era indultado, y en su lugar se sacrificaba una víctima sustitutoria, un «rey de burlas», como nos mostró J. G. Frazer. De manera que entre el Rey y el Cabrón hay una relación muy estrecha. Ambos son dos caras de la misma moneda. La muerte del Cabrón significa la vida del Rey.
Miura, de 3 años, releva a Pepe, que murió 3 días antes del desfile, con 11 años de servicio. Todo esto parece confirmar que no estamos ante simples mascotas sino ante víctimas de sacrificios rituales.
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http://www.elplural.com/politica/2016/10/12/el-carnero-miura-la-legion-y-el-homenaje-casual-millan-astray-en-el-desfilePero el Cabrón del desfile del 12 de octubre nos recordó otra cosa muy importante: que la guerra también responde a una mecánica sacrificial. Que en útlima instancia una guerra es un sacrificio ritual a gran escala que las naciones o los Estados más poderosos celebran, en los que sacrifican a otras naciones y Estados menos poderosos, pero también a su propio pueblo, según una lógica de jerarquía de poderes basada siempre en la fuerza, en la violencia, en el privilegio adquirido, y solo muy secundariamente en el derecho o en la justicia. La guera es siempre religiosa, ritual, sacrificial.
Anverso y reverso de la Bandera X ‘Millán Astray’ de la Legión.
El paso del Cabrón frente al Rey fue este año particularmente simbólico porque el primero estaba ataviado con un capote de honor, basado en la X Bandera de la Legión ‘Millán Astray’. Este símbolo ha sido polémico porque este general fue uno de los líderes del franquismo, y la Ley de Memoria Histórica obliga a retirar todos los símbolos franquistas de los espacios públicos, como la calle que lleva su nombre en Madrid.
Pero a nosotros lo que nos interesa es que esta bandera tiene un ojo enmarcado por un triángulo, que nos ha recordado inmediatemante al ojo y a la pirámide masónicos. No sabemos hasta qué punto hay una conexión directa de la Bandera ‘Millán Astray’ con la masonería y los Illuminati. Lo cierto es que la masonería fue en España perseguida desde 1936 e ilegalizada por el régimen franquista.
Millán Astray con ojo y brazo mutilados en el frente de batalla.
Millán Astray es un personaje muy respetado en la Legión, no solo porque fue su fundador, sino también porque se distinguió por su valor en el frente de batalla y sobrevivió a diversas heridas y mutilaciones de guerra, entre ellas un brazo y un ojo. Por lo que creemos que el ojo y el brazo que aparecen en esta bandera aluden directamente a los que perdió el general en el frente. Pero lo interesante es que esto no nos aleja del tema que nos ocupa, sino que nos ofrece una dimensión más profunda.
El Cabrón que desfiló el 12 de octubre en Madrid no solo era la otra cara de la moneda del Rey, la conmemoración de los regicidios que dieron origen a la institución monárquica, sino también un símbolo del espíritu de entrega y sacrificio que caracteriza a la Legión, encarnados de manera singular en su fundador Millán Astray. El autor del lema «¡Viva la Muerte!»
Todo esto nos lleva ineludiblemente a la que probablemente sea la ceremonia militar española más singular: la del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, Protector y Patrón de la Legión Española, que tiene lugar el Jueves de la Semana Santa de Málaga.
De nuevo seguimos sin alejarnos del tema del desfile del ‘carnero Miura’ y de su trasfondo sacrificial. Recordemos las palabras de Cristo: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). El Cabrón que desfiló en Madrid simbolizaba también al dios sacrificado.
El Cristo de la Buena Muerte era una obra del escultor Pedro de Mena y Medrano, realizada entorno a 1660. Fue descuartizada y quemada en una revuelta popular anticlerical en 1931. La escultura actual es una reconstrucción de 1941 del original. Con lo que este Cristo está también particularmente cargado del simbolismo de la agresión y la mutilación.
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Como se ve en todo este simbolismo se superponen diversas capas. Unos símbolos remiten a otros símbolos, hasta el punto de que deja de tener sentido distinguir entre el símbolo y lo simbolizado. Le escultura de Pedro de Mena era solo eso, una escultura, un símbolo. Pero cargado de sacralidad, como todos los símbolos religiosos. A esto se sumaba el hecho de que había sido profanada. Esto es, había sufrido una suerte de nuevo sacrificio, como el sufrido por el Cristo que representaba, con lo que su simbolismo inicial se recargaba, se reactualizaba. Por cierto que la pierna izquierda que pudo recuperarse se conserva en la Congregación de Mena, de nuevo, como si de una reliquia de un ser sagrado se tratara. Y para más inri todos los acuartelamientos de la Legión tienen una copia de este Cristo.
El Estandarte del Cristo de la Buena Muerte, al mismo tiempo vagina y útero simbólicos.
Detalle del Estandarte junto a un legionario, con las banderas de la Legión como orla, entre ellas la X Bandera ‘Millán Astray’, la primera a la izquierda.
El momento culminante de esta celebración es cuando los legionarios portan en sus hombros al Cristo y lo sacan en procesión. En este evento el otro papel protagonista lo desempeña el Estandarte del Cristo de la Buena Muerte, que representa a este en una mandorla mística, orlado con los guiones de los tercios y las banderas de la Legión. Si este Estandarte juega un papel coprotagonista en esta celebración es porque lo que recrea es no solo un sacrificio, sino de hecho un sacrificio-hierogamia, como vamos a tratar de mostrar.
El Cristo de la Buena Muerte saliendo de la iglesia «bajo la mirada» del ojo de Millán Astray.
El Cristo pasa junto al Estandarte al inicio del acto: nace simbólicamente saliendo del útero-vagina de la Diosa Madre.
El Estandarte acompaña al Cristo, para colocarse a continuación frente a él.
Durante la procesión los legionarios cantan «El novio de la muerte»:
«Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
«Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera».»
Esta parte de la canción la cantan mientras la Cruz descansa en los hombros de los legionarios y el Estandarte avanza por el lateral hasta colocarse frente a ella. Se habla de un legionario herido caído en el frente, cuya sangre «riega… la tierra ardiente», «que va a unirse en lazo fuerte» con la muerte. Mientras el Estandarte se coloca frente a la Cruz los legionarios siguen cantando:
«Cuando al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Aquella carta decía:
«Si algún día Dios te llama,
para mí un puesto reclama
que a buscarte pronto iré».»
Se trata del mito de la bajada a los infiernos de la doncella, como lo encontramos en el mito de Core-Perséfone que protagoniza los Misterios de Eleusis. O de la subida al Cielo de la Virgen para encontrarse con su Hijo.
Hierogamia de la cruz-falo y la mandorla-vagina.
Por fin llega el momento en el que los legendarios levantan la cruz y representan simbólicamente la hierogamia:
««Por ir a tu lado a verte,
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi bandera».»
Representa la muerte del legionario en el frente leyendo una carta de su amada y observando su retrato. Y al mismo tiempo se trata de una hierogamia-sacrificio en la que coinciden la muerte de una víctima sacrificial masculina y una hierogamia-cópula simbólica en la que la víctima masculina se une con una figura sagrada femenina, que al mismo tiempo es la Tierra Madre que acoge su cuerpo muerto.
El simbolismo de todo el ritual no deja lugar a dudas de todo lo que estamos diciendo. La cruz es también un falo que penetra la Tierra, la mandorla es al mismo tiempo la vagina de un ser sagrado femenino y el útero de la Tierra.
https://www.youtube.com/watch?v=TyxzrlJ2_FY
El Dios se hace hombre frente a su mujer, madre y esposa.
Después se escenifica la muerte de la víctima sacrificial y a continuación los legionarios elevan la Cruz en diagonal representando la resurrección, mientras las banderas de la Legión descienden ante ella.
Después de todo lo que hemos dicho no nos extraña que la Virgen de la Soledad se haya fusionado con el Cristo de la Buena Muerte en la Congregación de Mena, y que ambos ocupen un papel destacado. Evidentemente en el régimen patriarcal cristiano la figura sagrada masculina ocupa un lugar preminente. Pero lo interesante de este ritual es que la figura sagrada femenina, aunque sea de una manera muy estilizada, también ocupa un papel protagonista. Y además se puede percibir en este ritual un transfondo pagano muy marcado, presidido por la fusión del sacrificio y la hierogamia, como hemos intentado mostrar. En la última Semana Santa, el Obispo de Málaga, al concluir la parte principal de la celebración exclamó:
«¡Viva el Cristo de la Buena Muerte. Viva la Virgen de la Soledad!»
https://www.youtube.com/watch?v=22eoXVqkL0E (23′ 30»)
María Magdalena frente al Cristo de la Buena Muerte.
Tampoco parece extraño, después de lo que hemos dicho, que María Magdalena forme parte del mismo grupo escultórico que el Cristo de la Buena Muerte.
http://www.cofradiamena.com/congregacion/nuestros-titulares/maria-magdalena
En suma, hemos llegado desde el Cabrón del 12 de octubre, y a través de la figura de Millán Astray y su Bandera X de la Legión, al ritual hierogámico-sacrificial del Cristo de la Buena Muerte de la Semana Santa de Málaga.
Ahora se comprende por qué este Cristo se llama de la «Buena Muerte»: porque muere haciendo el amor. Incluso podríamos decir que se trata de amor incestuoso, en la medida en que el ser sagrado femenino es al mismo tiempo la madre y la esposa del ser sagrado masculino. En efecto, lo hemos visto nacer simbólicamente de este útero y volver a él tras su muerte. Pero además todo el simbolismo no deja lugar a dudas de que estamos también ante una cópula simbólica: ante una penetración de una cruz-falo y una mandorla-vagina.
Todo esto nos permite comprender también el espíritu de sacrificio de la Legión, encarnado de manera muy evidente en el Millán Astray mutilado y en el brazo y el ojo que aparecen en su bandera. Después de todo, aunque no sea directamente, el simbolismo del ojo de Millán Astray es muy cercano al del Ojo Udjat de la mitología egipcia, del que nos hemos ocupado en otro artículo. Y que está en la base del Ojo Illuminati.
http://deliriousheterotopias.blogspot.de/2016/10/la-simbologia-del-ojo-en-el-antiguo.html
Y todo esto también esperamos que haya servido para comprender por qué el protagonista del 12 de octubre no fué ni España, ni el Ejército, ni el Rey Felipe VI. El protagonista de la Fiesta Nacional de España fue el Cabrón.
¡Gracias a Dios, o gracias al Cabrón, todavía no han prohibido todos los símbolos!