Tailandeses son humillados y detenidos acusados de no ser lo bastante respetuosos con el rey fallecido
A Jirawat Pathumthong, de 19 años, le sacaron de la cama entre gritos sus propios vecinos, los mismos que le obligaron salir a la calle para purgar en público su ‘pecado’: haber escrito un mensaje ‘ofensivo’ contra el rey Bhumibol en un grupo cerrado de Facebook.
Le delató su propio jefe, Chotipat Hancharoen-asawasuk, quien admitió con orgullo haber desvelado su identidad y dirección minutos después de haberle despedido, cuando una turba se presentó frente a la empresa para exigir llevarse al joven. «Les di la información para demostrar que no ocultábamos nada, pero deberían haber dejado que la Policía se hiciera cargo», decía ayer, citado por el diario online Khaosod. «No deberían haberle asaltado. Quiero decir, tú y yo le hubiéramos querido dar una paliza, ¿verdad? Pero no es lo correcto», le confesaba al periodista del citado medio.
La misma ‘tentación’ pareció acechar a la masa que decidió vengar la afrenta contra el monarca a patadas. En el vídeo casero captado por sus agresores este martes, se aprecia al joven siendo empujado por la multitud por las calles de Chonburi mientras algunos presentes gritan improperios. «¡Recuérdalo bien, esa cicatriz en la cara es de un nativo de Petchabun!», se escucha a uno de ellos, mientras Jirawat es obligado a pararse ante una pequeña fuente sobre la que alguien coloca una fotografía del rey Bhumibol, fallecido el jueves. A esas alturas, tiene la cara ensangrentada. «Has insultado a mi padre real», continuaba el exaltado. Otros eran mucho más amenazantes. «¿Quieres morir aquí mismo? Discúlpate ahora», gritaba otro, mientras las patadas se multiplicaban sobre el cuerpo y la cara del joven, quien trataba de agacharse frente al retrato de Rama IX cuando uno de sus vecinos le forzó a doblarse pisándole la cabeza. En un momento de la grabación, al joven se le oye gemir. «No quería hacerlo. Yo amo al rey, todo ha sido culpa mía».
Cinco agresiones en tres días
El caso de Jirawat es el quinto de tres días y supone una escalofriante tendencia. Un día antes, otro perturbador vídeo se extendía por las redes sociales: en él podía verse a una mujer de avanzada edad siendo zarandeada, insultada y abofeteada por los pasajeros de un autobús, que le reprochaban haber hablado de forma negativa sobre el monarca. «Lleva difamando al rey durante una hora», denunciaba una de las participantes en el linchamiento. «No tienes derecho a existir», gritaba otra.
Según el diario online Prachatai, la mujer en cuestión sufre problemas mentales. «Yo estaba en el mismo autobús y esa mujer está mentalmente enferma. Hablaba sola pero como si estuviera charlando con alguien, y se reía en tono muy alto», comentó un testigo en los comentarios del vídeo del incidente. «Yo la estaba escuchando y se refería a un rey de telenovela, un rey del inframundo o algo así», se leía en otro comentario.
La policía intervino para interrogar a la víctima, pero en ningún caso adoptó medidas contra sus agresores. El domingo, una mujer fue detenida en Koh Samui acusada de Lesa Majestad y obligada a arrodillarse ante un retrato de Bhumibol ante una multitud de 500 personas que la insultaban y grababan en vídeo. El sábado, dos incidentes similares sucedieron en Phuket y en Phang Nga: en ambos la policía arrestó a los señalados por la turba para investigarles. En el caso del joven detenido en Phuket, Sutee Arammetapongsa, su crimen fue haber escrito un dicho budista, «nacer, existir y morir es algo normal», en su muro de Facebook… en agosto de 2015. El hombre arrestado en Phang Nga, miembro de la Armada tailandesa, se preguntó en su página de Facebook si la gente quería tanto a sus padres como decía querer al rey.
Cazando a los que no sufran por la muerte de Bhumibol IX
Una ‘caza de brujas’ en toda regla se ha extendido por Tailandia en busca de aquéllos ciudadanos que generen dudas sobre lo genuino de su dolor por la muerte de Bhumibol IX, indiscutiblemente venerado por la población gracias al artículo 112 del Código Penal tailandés que castiga con hasta 15 años de cárcel cualquier crítica a la monarquía. En estos días, varios usuarios de redes sociales han denunciado haber sido acosados y humillados incluso por no vestir de negro riguroso.
La persecución corre a cargo de voluntarios, fanáticos seguidores de la monarquía, con el aparente apoyo del régimen militar que gobierna el país desde 2014 pese al infame recuerdo que ha dejado la intervención de este tipo de agrupaciones en el pasado reciente. En la masacre de Thammasat, de la que hace unos días se celebró el 40 aniversario, grupos armados pro monárquicos se sumaron a las filas del Ejército para disolver una movilización de universitarios pro democráticos: murieron entre 46 y 100 personas, algunos ahorcados, apaleados o quemados vivos: los estudiantes fueron acusados de ‘comunistas’.
Pese al vivo recuerdo de aquellos acontecimientos, ninguno de los agresores de las pasadas jornadas han sido detenidos. Muy al contrario, el ministro de Justicia tailandés Paiboon Koomchaya animó a los tailandeses a castigar a aquéllos que difamen a la monarquía, lo que para muchos de estos agresores implica desde eludir el discurso oficial hasta no respetar el luto que se ha impuesto en el país. «No hay mejor manera de castigar a esa gente que hacerlo socialmente», dijo el ministro antes de señalar que perseguirá semejantes conductas. Koomchaya también animó a los tailandeses afincados en el extranjero a permanecer «vigilantes» y denunciar a quienes cometan crímenes de Lesa Majestad, según Matichon online. «Siempre me ha preocupado el fenómeno, pero el problema es que [quienes cometen crímenes de Lesa Majestad] se han trasladado al extranjero y debemos respetar la soberanía de otros países», afirmó Paiboon.
Sus declaraciones sonaban especialmente preocupantes dado que poco antes, el presidente de un grupo fundamentalista pro monárquico llamado Organización para la Recogida de Basura, el doctor Rienthong Nanna, escribió en su muro de Facebook la dirección en París de una compatriota que presuntamente aloja en su domicilio de la capital francesa a Saran Chuichai, una universitaria transexual acusada de Lesa Majestad, en el exilio desde la llegada de la Junta Militar al poder. Usuarios de redes sociales han colgado fotos de Saran con disparos de bala, otros han descalificado sus comentarios sobre el rey con textos amenazantes. «Ejecutadla, es sólo una ‘camisa roja’ que siempre insulta a la monarquía y a los tailandeses», decía uno de ellos. En Tailandia se tacha de ‘camisas rojas’ a los seguidores del depuesto primer ministro Taksin Shinawatra, popular entre las clases sociales medias y bajas. «Creo que deberíamos contratar un gángster para que se ocupe de ella», aportaba otro. «¿Podrían enseñar las fotos de sus padres? Quisiera verles las caras. ¿Cómo criaron a su hijo para que se convierta en ese demonio?».
Cualquiera puede sumarse a la caza de brujas desde que la Comisión Nacional de Difusiones y Telecomunicaciones (NBCT) pidiera a los servidores de Internet y a los internautas que denuncien todo «contenido inapropiado» en las redes sociales. La institución ha pedido a Facebook, Twitter, Youtube y Line que bloqueen cualquier crítica a la monarquía. «Necesitamos una seria cooperación por parte de Facebook y YouTube para bloquear 120 páginas web que están publicando contenido inapropiado», solicitó el secretario general de la NCTB.
Ciudadanos convertidos en policías
No existe el mismo celo para perseguir a las víctimas del acoso. Este martes, un internauta bajo pseudónimo pedía a sus correligionarios que dirijan su ira contra el corresponsal de la BBC, Jonathan Head, muy criticado en Tailandia por su imparcialidad. «Grupos que pueden organizarse y controlar pacíficamente a las masas también podrían seguirle y hacerle la vida muy difícil, como debe ser la vida de cualquier mentiroso», escribía. «Interrumpidle, hacedle sentir incómodo, que se vea en dificultades, pero no seáis ‘camisas rojas’ y recurráis a la violencia», añadía. La cobertura de la BBC ha sido duramente criticada por las autoridades, ofendidas porque el canal británico habló de ‘miles’ de asistentes al cortejo fúnebre, en lugar de los ‘cientos de miles’ que según el régimen acudieron. El canal tailandés de la BBC ha sido bloqueado por las autoridades.
El domingo, los tres principales proveedores de Internet detallaron los mecanismos para delatar críticas a la monarquía y habilitaron direcciones de correo electrónico ex profeso, en un gesto muy preocupante. «Pedir a la gente que denuncie contenidos dudosos es fomentar una atmósfera de miedo aún más opresiva», lamentaba una portavoz de Abogados Tailandeses para los Derechos Humanos, una ONG especializada en defender derechos fundamentales. «Eso va a animar a la gente a recelar unos de otros. La sociedad está perdiendo el sentido común». El editorial del Bangkok Post también lamentaba el nuevo y peligroso fenómeno. «Un pequeño número de tailandeses auto-designados, en las calles pero sobre todo en la red, parecen sentirse lo bastante fuertes en la ofensa y en la confrontación para, a falta de una frase mejor, [ejercer de] ‘policía de duelo’. No son necesarios ni queridos, y su rudeza es muy desagradable en el actual estado de ánimo nacional».
Las declaraciones del ministro de Justicia se vieron cuestionadas horas después por el portavoz de la Junta, Piyapong Klinphan, quien animó al público a no tomarse la justicia por su mano pero sí a denunciar para que así se siga el procedimiento legal previsto. El Ministerio de Justicia está elaborando una carta para pedir ayuda en la repatriación de aquellos exiliados que hayan insultado a la Monarquía: según Klinphan, el movimiento está destinado a evitar que los monárquicos se decidan a aplicar su particular justicia.
La escalada de la persecución es tan preocupante que una importante voz pro monárquica, el doctor Tul Sittisomwong, ha pedido a ultramonárquicos, monárquicos e incluso antimonárquicos que se moderen. «Aquellos que se se expresan en sentido contrario a la gente normal deben refrenarse, mientras que los contrarios deben pensar en qué es apropiado. «Los sentimientos hacia Su Majestad pueden ser diferentes y no deben ser forzados». El reconocido médico ha sido insultado por sus propios partidarios en Facebook por defender la moderación.
En otro orden de cosas, el primer ministro y general Prayuth Chan-o-cha ha anunciado que Tailandia debe cumplir al menos con 15 días de luto antes de iniciar el proceso de sucesión real. «Sobre la sucesión, de acuerdo a la Constitución, los ciudadanos no deben estar preocupados», dijo el general saliendo al paso de los rumores generados por la decisión del príncipe Vajiralongkorn de esperar «un tiempo razonable» antes de iniciar el protocolo. Según algunas filtraciones de Wikileaks, el círculo real que rodeaba al monarca fallecido era más favorable de la coronación de la hija menor del rey Bhumibol, Sirindhorn, más cercana a sus intereses y con un enorme apoyo popular en Tailandia. Hoy, la princesa fue encargada de los detalles de la cremación de los restos de su padre.