Paco Bou – planosinfin.com
Alejandro Jodorowsky dice que un árbol sano es aquel que produce frutos dulces y nutritivos, aunque en su apariencia externa sea un árbol “torcido”. En cambio un árbol majestuoso que produce frutos “tóxicos” es un árbol enfermo.
Sanar es traicionar la intención primitiva de nuestro árbol genealógico, decir no, romper el contrato de mantenimiento neurótico del árbol. En palabras de Alejandro Jodorowsky: “La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla o repetirla en una forma positiva”
¿Dónde está ese contrato de mantenimiento neurótico de mi árbol genealógico?
Recordemos que cuando hablamos del árbol genealógico nos estamos refiriendo a nuestros hermanos, padres, tíos, abuelos, hermanos de los abuelos y bisabuelos. Un verdadero equipo formado por no menos de 14 personas. Ese “equipo” necesita que nosotros desempeñemos un rol determinado, que nos ajustemos a una forma de actuar determinada. Ese “contrato” que llevamos en nuestro inconsciente más profundo provoca que sigamos al pie de la letra unos determinados condicionamientos intelectuales, emocionales, creativos y corporales que son herencias de nuestro linaje.
Este “bagaje”, con el que cargamos sin ser conscientes, condiciona nuestra vida.
Marianne Costa dice que el análisis metagenealógico de nuestro propio árbol, puede aclararnos las causas originales que desencadenaron esas formas de actuar que nos son propias.
Su visión y comprensión resulta sanadora, pero podemos ir más lejos, hacia la superación de esas hirientes rutinas que nos limitan. Para ello localizaremos los nudos de nuestro árbol, observaremos sus secretos y veremos cómo liberar sus nudos para alcanzar una vida más sana y consciente.
***
Los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen detrás, “es agua sucia” como diría Marianne Costa.
Para quién interese tema, buscar: Metagenealogía, Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa, 2011