by Signs of the Times/Sott.net
Las pastillas anticonceptivas son la forma más popular de anticonceptivos utilizados por las mujeres de los Estados Unidos. Son tomadas por un 16 % de esta población, mientras que poco más del 7 % utiliza formas de anticonceptivos reversibles de acción prolongada, tales como un dispositivo intrauterino hormonal o implante.
Lo que tienen en común estas pastillas, dispositivos e implantes, es que son formas de anticoncepción hormonal–es decir, que contienen o liberan formas sintéticas de hormonas, como estrógeno y progestina (una forma de progesterona), que trabajan para prevenir el embarazo de varias maneras.
El problema es que estas hormonas sexuales también afectan al estado de ánimo y otros procesos biológicos, y manipularlos artificialmente puede provocar muchas consecuencias no deseadas en su cuerpo, algunas de ellas bastante incómodas y otras graves, incluyendo una alteración de la salud mental.
Las pastillas anticonceptivas están vinculadas con la depresión
Los investigadores de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, analizaron los datos de más de 1 millón de mujeres, durante un período de 14 años. Ninguna de las mujeres, quienes tenían entre 15 y 34 años de edad, había sido diagnosticada con depresión al inicio del estudio.
Sin embargo, el análisis mostró que las mujeres que utilizaban anticonceptivos hormonales tenían un riesgo 40 % mayor de desarrollar depresión después de seis meses, en comparación con las mujeres que no lo hicieron. El riesgo fue mayor entre las adolescentes.
Además, usar métodos anticonceptivos hormonales estuvo asociado con utilizar medicamentos antidepresivos posteriormente. Ciertos tipos de anticoncepción hormonal tenían diferentes riesgos. Específicamente, al utilizar:
- Las pastillas de progestina ocasionaron una tasa 1.3 veces mayor de uso de antidepresivos
- Las pastillas anticonceptivas combinadas causaron una tasa 1.2 mayor
- El parche transdérmico produjo un riesgo 2 veces mayor
- El anillo vaginal ocasionó un riesgo 1.5 veces mayor
Los informes anecdóticos sugieren que los anticonceptivos hormonales ocasionan cambios de humor
El principal encargado del estudio, el Dr. Øjvind Lidegaard, profesor de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, dijo para CNN:
«Durante décadas, hemos sabido que las hormonas femeninas, el estrógeno y la progesterona, influyen en el estado de ánimo de muchas mujeres.
Por lo tanto, no es algo tan sorprendente que las hormonas artificiales externas también actúen de la misma manera y en los mismos centros, ya que de igual manera, las hormonas naturales pueden influir en el estado de ánimo de una mujer o incluso ser responsables de desarrollar depresión».
A pesar de este conocimiento, muchos profesionales de la salud son renuentes a sugerir que los riesgos de los anticonceptivos hormonales podrían ser demasiado altos para algunas mujeres, especialmente aquellas con historial de depresión.
Aunque la validación científica ha dado algunos resultados contradictorios, un informe en la revista Oxford Medical Case Reports detalló dos casos de mujeres con un historial de depresión, quienes desarrollaron síntomas depresivos después del tratamiento con anticonceptivos hormonales (la pastilla anticonceptiva oral combinada, pastilla de progestina y anillo vaginal anticonceptivo combinado).
Los informes de casos detallan el inicio de los síntomas depresivos después de utilizar anticonceptivos hormonales
En un caso, una mujer de 31 años de edad experimentó una mejoría gradual de sus síntomas depresivos después de dejar de utilizar el anillo vaginal. Sin embargo, poco después de que comenzó a utilizar una pastilla anticonceptiva combinada «ocurrió un súbito y agudo deterioro».
Aproximadamente un mes después, volvió a experimentar un deterioro de los síntomas «casi al mismo tiempo de iniciar el tratamiento con el anillo vaginal anticonceptivo combinado». Los investigadores señalaron:
«HC [La anticoncepción hormonal] fue interrumpida de nuevo, con una clara mejoría subsecuente de los síntomas depresivos. La paciente se mantuvo estable sin depresión en los siguientes [seis] meses».
En el segundo caso, una mujer de 33 años de edad desarrolló síntomas depresivos poco después de empezar a utilizar una pastilla anticonceptiva de progestina. Sus síntomas desaparecieron por completo en una semana de dejar de tomar la pastilla. Los investigadores concluyeron:
«Debe de haber precaución al iniciarse un tratamiento de HC en mujeres diagnosticadas con depresión, ya que en algunos casos esto podría ocasionar un deterioro de los síntomas depresivos.
Del mismo modo, debe poner atención en el uso preexistente de HC en las mujeres que desarrollan depresión; ya que en algunos casos, interrumpir el uso de HC puede ser suficiente para tratar la depresión».
Los anticonceptivos hormonales están relacionados con el glaucoma y otros riesgos de salud
De acuerdo con un estudio, las mujeres que utilizaron anticonceptivos orales durante más de tres años tuvieron más del doble de probabilidades de ser diagnosticadas con glaucoma, una de las principales causas de ceguera y pérdida de visión.
Los resultados fueron tan sorprendentes que los investigadores recomiendan que las mujeres que han tomado pastillas durante tres o más años sean sometidas a pruebas para detectar glaucoma y acudan en seguida con un oftalmólogo.
Podría parecer inusual que los anticonceptivos puedan afectar su visión, pero es importante entender que hay repercusiones en todo el cuerpo al manipular artificialmente sus hormonas.
La mayoría de las pastillas anticonceptivas, parches, anillos vaginales e implantes contienen una combinación de derivados de las hormonas estrógeno y progestina. Estas actúan al imitar estas hormonas en su cuerpo para engañar a su sistema reproductivo, con el fin de producir los siguientes efectos:
- Prevenir que los ovarios liberen óvulos
- Engrosar el moco cervical para ayudar a impedir que el esperma fertilice un óvulo
- Adelgazar el revestimiento del útero, lo que hace difícil que un óvulo se implante, en caso de ser fertilizado
Sin embargo, su sistema reproductivo no se encuentra aislado. Está conectado con sus otros sistemas corporales, y por lo tanto la anticoncepción hormonal es capaz de alterar mucho más que su estado reproductivo.
De acuerdo con un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el 30 % de las mujeres que han utilizado pastillas anticonceptivas y casi la mitad de las mujeres que usan otros métodos de anticoncepción hormonal dejaron de utilizarlos debido a la «insatisfacción», que fue ocasionada con mayor frecuencia por los efectos secundarios.
Los posibles riesgos para la salud incluyen:
Las pastillas anticonceptivas podrían acabar con la líbido
Alrededor del 15 % de las mujeres que toman anticonceptivos orales reportan un menor libido, probablemente debido a que disminuyen los niveles de hormonas sexuales, incluyendo la testosterona.
Además, un estudio encontró que las mujeres que tomaron anticonceptivos orales mostraron siete veces la cantidad de globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG, por sus siglas en inglés) que afecta la libido, en comparación con las mujeres que nunca utilizaron las pastillas anticonceptivas.
A pesar de que los niveles de SHBG disminuyeron en las mujeres que habían dejado de tomar las pastillas anticonceptivas, estos niveles continuaron siendo de tres a cuatro veces más altos que en las mujeres que no tenían antecedentes de utilizar anticonceptivos orales, lo que sugiere que los anticonceptivos orales pueden acabar con la libido de una mujer, a largo plazo.
Los investigadores concluyeron que:
«Las consecuencias de salud mental, metabólicas, y sexuales a largo plazo, pueden resultar como consecuencia de los elevados niveles crónicos de SHBG[en mujeres que toman o han tomado anticonceptivos orales]».
Las hormonas sintéticas en el agua potable podrían aumentar las tasas de cáncer en los hombres
No solo las mujeres están en riesgo por las hormonas sintéticas contenidas en los anticonceptivos hormonales. Un análisis de datos de 100 países encontró que utilizar anticonceptivos orales está relacionado con el cáncer de próstata, que podría ser debido a la exposición a estrógenos sintéticos excretados por las mujeres, los cuales acaban en los suministros de agua potable.
Si bien se ha argumentado que solo una pequeña cantidad de estrógeno adicional es excretado por una mujer que utiliza esta forma de anticoncepción, esta «pequeña cantidad» es agravada por millones de mujeres, muchas de las ellas utilizan las pastillas anticonceptivas durante largos períodos de tiempo.
Además, la progestina y el estrógeno sintético no se biodegradan rápidamente y es mucho más difícil eliminarlos a través de los sistemas de purificación de agua convencionales, lo que ocasiona una mayor acumulación en el medio ambiente.
A pesar de que este estudio no prueba una relación causa y efecto–es decir, no comprobó que los estrógenos ambientales de mujeres que utilizan anticonceptivos orales causaran el cáncer de próstata en los hombres–se encontró una relación significativa entre los dos, que merece que se realice una mayor cantidad de investigación, especialmente en función del rol bien establecido de los estrógenos en una variedad de tipos de cáncer y la prevalencia del uso de anticonceptivos hormonales.
Los métodos no hormonales de anticoncepción
Es posible que las mujeres y hombres que buscan opciones no hormonales anticonceptivas reversibles se sorprendan al saber que hay muchas opciones. Los convencionales profesionales de la salud suelen orientar a los pacientes hacia las opciones hormonales populares, pero hay muchas más opciones.
Los métodos de barrera, que funcionan al prevenir que los espermatozoides de un hombre lleguen al óvulo de una mujer, incluyen el diafragma, capuchón cervical, esponja y condones masculinos y femeninos. Ninguno de estos es infalible, por lo que muchas parejas los utilizan en combinación con métodos basados en el conocimiento de la fertilidad.
El conocimiento de la fertilidad implica saber cuándo ocurre el período fértil de una mujer cada mes, y posteriormente evitar realizar el coito durante (y justo antes de) ese tiempo (o usar un método de barrera, en caso de hacerlo).
Cuando el conocimiento de la fertilidad es utilizado sistemática y adecuadamente, es muy efectivo para prevenir el embarazo; menos de 1 a 5 de cada 100 mujeres quedarán embarazadas al utilizar de esta manera el conocimiento de la fertilidad.
Con el fin de monitorear la fertilidad, las mujeres pueden utilizar una serie de métodos, incluyendo monitorear la temperatura basal corporal, producción de moco, indicadores de saliva y de posición cervical.
Muchas mujeres utilizan una combinación de métodos, y también hay monitores de ovulación disponibles comercialmente que pueden utilizarse junto con los otros métodos. El 99 % de las mujeres en los Estados Unidos, se encuentra en edad reproductiva, ha utilizado al menos un método anticonceptivo en algún momento de su vida, con un 88 % de opciones hormonales a elegir.
Sin embargo, podría sentirse aliviado al saber que no tiene que estar sujeto a los riesgos de la anticoncepción hormonal, o aprender a vivir con los efectos secundarios, con el fin de tomar el control de su salud reproductiva. Un experimentado proveedor de atención de salud holística puede ayudarle a elegir las mejores opciones de anticoncepción no hormonal.