por
Armonia Corporal
10 Claves para usar tu mente para adelgazar cuidándote y dejar de sabotearte
Que todos queremos, intentamos o pretendemos adelgazar (o al menos una gran mayoría) es una gran realidad ya que algunas de nuestras aspiraciones es vernos esbeltos, bellos y dentro de los cánones de belleza impuestos por la sociedad que despiadadamente son cada vez más estrictos y fuera de la realidad. Es cierto que deseamos un cuerpo delgado pero no debemos realizar este ejercicio por encima de nuestra salud sino que estar sanos, tener una alimentación consciente, placentera y saludable, hacer ejercicio y aprender a gestionar emociones y pensamientos deben estar siempre por encima. Con este principio, nuestro cuerpo tendrá de forma natural (salvo excepciones que puedan ocasionarse por algún trastorno o enfermedad) un peso equilibrado para nuestra estatura y corpulencia.
Cuando conseguimos alinearnos con nuestra mente para experimentar la vida como queremos y alcanzar nuestro objetivo, sin duda, todo será más fácil y llevadero, no se convertirá en ese sufrimiento que siempre pensamos que puede ser emprender una dieta para perder peso y de hecho, podemos hacer que sea algo beneficioso y motivante. Tu mente está a tu servicio y solo es cosa tuya ponerla a trabajar para materializar lo que quieres.
¿Cómo hacerlo? A continuación te dejo 10 claves que te ayudarán sin duda a poner tu mente a tu servicio con el fin de adelgazar y por supuesto, evitar el auto sabotaje.
Las 10 claves para adelgazarcuidándote y dejar de sabotearte:
1. Elige un buen lugar para comer
Olvídate de comer de pié frente a la nevera, en el ordenador o en el sofá. Escoge un buen lugar para comer tranquilamente, en una buena postura y que sea un espacio “digno” para comer.
2. Dedícate a comer
Es decir, olvida de hacer “multi-task” mientras comes. Comer es comer, no es ver la tele, leer el periódico, ver emails, etc. Comer así provoca que comamos más y de forma compulsiva.
3. Tira todo lo que no es saludable
Revisa tu despensa y nevera y desecha todo aquello que no sea saludable (es decir “comida basura” fuera de tu área de actuación). Sustituye todo por buena y sana comida.
4. Tú elijes lo que comes
Si comes en un restaurante, elije tú lo que realmente quieres comer y no aquello que te ofrecen. Tú eres quien debe mandar sobre tu alimentación de forma consciente.
5. Retira todo de tu vista
Cuando estés cocinando (ya sea para ti o para otros) y termines, guarda todo lo que sobra antes de sentaros a comer, será una buena forma de solo comer aquello que está en la mesa y preparado para el efecto.
6. Lista de compra siempre en mano
Olvida lo de ir al supermercado sin nada pensado o con las cosas en la cabeza. Una lista y ceñirse a ella evitará que piques todo aquello que no necesitas o que no vas a comer y que además seguro que no son del todo saludables.
7. No te lo comas todo
Si, sabemos que dejar comida en el plato no es de demasiada buena educación pero le estamos mandando a nuestro cerebro el mensaje de que tenemos la capacidad de elegir cuánto comer y de que tenemos suficiente alimento ya, no soy una despensa que necesito almacenar.
Otros casos en los que aplicar este principio es puntal para nuestra autoestima, es en no comer todos los restos para no tener que tirarlos: Las galletas y el resto de natillas que se dejan mis hijos, o restos en los platos, o restos de la comida que hay en la nevera. ¡Olvídate de ser un cubo de basura con patas! Los restos puedes congelarlos, regalarlos, o si no hay opción tirarlo al contenedor de residuos orgánicos donde gracias a tu aportación lo convertiran en compost. Es cuestión de decidir donde quieres que vaya a parar todo eso: a un tupper para ahorrarte preparar una comida o a tu cintura. Tu eliges.
“Puedes comer todo lo que quieras, pero ¿qué es lo que realmente quieres comer cuando decides desde la serenidad conectad@contigo mism@?”
8. No comas cuando estés estresad@
Si tienes ansiedad, nervios o cualquier otra emoción discordante, no es el momento de comer. Permítete reconocer que emoción o sensación es la que te está dando la lata (te puede ayudar la respiración consciente, y el mindfulness), luego una vez gestionada esta parte, decide si realmente tienes hambre física, o hambre emocional (la que nos lleva a comer compulsivamente con el objetivo de tapar esta emoción).
9. Date tu tiempo, no corras: la vida no es una maratón
Comer deprisa no solo no es bueno sino que realmente es bastante nocivo para nuestra salud y también para nuestro objetivo de adelgazar. Tómate tu tiempo, come despacio porque el aumento de azúcar en sangre que es lo que nos da la señal de saciedad tarda 20 – 30 minutos en llegar así que tranquilidad. Masticar lentamente, soltar los cubiertos o saborear son algunos trucos que te ayudarán a ralentizar el ritmo.
10. Escucha a tu cuerpo
Si tienes hambre de verdad porque a tu cuerpo le haga falta comer, él te lo dirá. Escúchalo (a tu cuerpo) y come cuando realmente te haga falta. Sí nuestro cuerpo físico tiene hambre es recomendable darle comida, pero si es nuestro cuerpo emocional o mental que se siente desbordado o desacorde comer no va a solucionar ninguno de estas situaciones, al contrario, las agrava. Cuando aprendes a escucharte, el autosabotaje cae en picado.
Y ahora, por favor no me creas, y si realmente quieres ver si esto funciona aplícalo durante un par de semanas y luego me lo explicas.
Gracias por leerme,