Aun teniendo en cuenta que, por entonces, la población española era más reducida, 24 millones en 1936, y unos 20 millones a principios del siglo XX, el porcentaje de muertos sobre la población ha sido superior en 2015.

Y si los cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE) se cumplen, a medida que pasen los años la merma de la población española solo empeorará debido a la reducción que año a año se produce en los nacimientos, y al regreso a sus países de origen de los inmigrantes, como consecuencia de la crisis económica.

En tan solo 50años España se convertirá en un país de viejos solitarios, con 5,4 millones menos de habitantes, donde uno de cada tres tendrá más de 65 años, y nacerán menos de 300.000 niños.

Ante el descenso de la natalidad y el envejecimiento poblacional, en España habrá más defunciones que nacimientos durante los 50 próximos años, un panorama nada alentador. El saldo vegetativo que calcula el INE, (muertes menos nacimientos) será negativo en 8,5 millones para los próximos 50 años.

Y en cuanto a las preferencias de quienes se van, cada vez son más los españoles que optan por la cremación, y piden que sus cenizas sean esparcidas o conservadas en algún lugar significativo, algo que ha prohibido recientemente la Iglesia católica, que sigue prefiriendo la sepultura tradicional de los cuerpos.

En la actualidad, de las más de 422.000 personas que mueren, el 36 % (algo mas de 150.000) son incineradas, según datos de la asociación que representa al sector funerario.

MSN