No fue una tragedia más. Y desató las mayores protestas vistas en Marruecos desde 2011 y la llamada Primavera Árabe.
Mouchine Fikri, de 31 años, era un vendedor de pescado en la ciudad Al Hoceima, en el norte de Marruecos.
Pero Fiki no tenía pescado para vender.
La policía había confiscado y destruido su mercadería porque no está permitida la pesca de pez espada en esta época del año, según la prensa local.
Entonces en la noche del pasado 28 de octubre, Fikri y un grupo de amigos se treparon a un camión de basura para recuperar los 500 kilos de pez espada.
Cuando la compactadora de basura comenzó a funcionar, los jóvenes pudieron escapar, excepto Fikri que murió aplastado.
Detenidos
Un video que circula en las redes sociales muestra al vendedor de pescado saltando a la parte trasera del camión de basura para recuperar sus peces, antes de encontrar la muerte.
Testigos dijeron que un oficial de seguridad ordenó al conductor de camión que arrancara el compactador con Fikri dentro.
Pero los fiscales que investigan el caso dijeron que «no hubo orden de agredir a la víctima».
Once personas presuntamente relacionadas a la muerte del vendedor de pescado fueron detenidas.
Entre ellos figuran cinco funcionarios de la ciudad de Al-Hoceima, dos de los cuales trabajan en el Ministerio del Interior. Hasta ahora, tres personas fueron liberadas bajo fianza.
Los detenidos están acusados de homicidio involuntario y falsificación de documentos públicos.
Protestas
La muerte de Fikri desató una ola de protestas contra el gobierno en Marruecos, un hecho poco común en ese país africano.
Estas demostraciones se comparan con aquellas que siguieron a la muerte de un vendedor de frutas tunecino en 2010, lo que ayudó a desencadenar los levantamientos de la primavera árabe.
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El padre de Mouhcine Fikri instó a los manifestantes a mantener la calma, diciendo que confía en que los responsables recibirán «la pena más dura» y que no quiere que su «hijo sea la causa de la sedición en Marruecos».
«Los ciudadanos marroquíes quieren … estabilidad, quieren reforma y estabilidad», dijo en el video publicado en el sitio de noticias marroquí Hespress.
Análisis de Rana Jawad, corresponsal de BBC en el norte de África
La muerte del vendedor de pescado Mouhcine Fikri provocó indignación en las calles y en las redes sociales ya que su historia resuena con la gente de todo Marruecos. La razón por la que murió es como un símbolo de todo lo que está mal con el Estado.
Sigue siendo un país con altos índices de desempleo y pobreza y un lugar donde muchos sienten que las autoridades estatales a menudo abusan de sus poderes. El norte de Marruecos tiene una larga historia de disidencia política y sus habitantes creen que son más marginados más el resto del país.
Las manifestaciones que ocurren desde el fin de semana son a gran escala, y se dice que son las mayores desde 2011, durante las llamadas revoluciones de la primavera árabe en la región.
En aquel entonces, el estado aplacó la ira de la gente introduciendo reformas políticas y económicas y la familia real le dio al gobierno mayores poderes. Con la detención de 11 personas por la muerte de Fikri, las autoridades parecen estar enviando un mensaje fuerte para absorber parte de la ira en exhibición.