El sepulturero suministraba cabezas de difuntos. Las metía en «un cofre forrado de tela» y las entregaba a un matrimonio de lugareños que volvían a enterrarlas junto a «cabezas de perros en descomposición» y de pollos. Todo en presencia del señor alcalde, que seguía la ceremonia «fumando un puro o leyendo el periódico». Son algunos detalles del espeluznante relato de prácticas satánicas incluido en una denuncia presentada en un juzgado de Gran Canaria contra el alcalde de Teror, Juan de Dios Ramos, uno de los líderes locales más carismáticos del PSOE. El alcalde lo ha negado todo, aunque su relación con la santería es antigua y conocida. El célebre gag de Santiago Segura y Álex Angulo en El Día de la Bestia puede tener una nueva encarnación castiza: «¿Es usted satánico, señor alcalde?»; «Sí señor, satánico y del PSOE».
Denuncian a un alcalde del PSOE en Canarias por participar en la profanación de tumbas para ritos satánicos
El alcalde de Teror, antiguo empleado de la fábrica local de Donuts, ha sido denunciado este lunes ante un juzgado de Gran Canaria por un supuesto «delito continuado de ofensas al respeto debido a los muertos».
Juan de Dios Ramos, uno de los gobernantes más populares del PSOE canario, con tres mayorías absolutas consecutivas, habría participado en la exhumación de cadáveres del camposanto municipal para su utilización en rituales espiritistas, aparentemente de la santería afrocubana, con la que Ramos ha tenido contactos, según es público y notorio en la villa.
Según el denunciante –un vecino de Teror, José Luis Caldas–, además del alcalde, participaron un empleado municipal y un matrimonio de santeros que dirigía el ceremonial repetido en «varias ocasiones», según consta en la denuncia. El antiguo sepulturero, Manuel Cedrés, se ha convertido en el testigo clave de la denuncia. Este viernes, ha declarado al diario La Provincia: «Juan de Dios Ramos sabe que lo que se cuenta en la denuncia es verdad y así se lo contaré al juez si me llama».
El enterrador ha explicado que «todo se hacía al oscurecer» y que el alcalde seguía los rituales a cierta distancia, «fumando un puro o leyendo el periódico».
Según el relato de los hechos incluido en la denuncia, el sepulturero recibía el encargo de un empleado municipal de «proporcionarle la cabeza de un cadáver adulto que yacía enterrado en un nicho». El funcionario le entregaba siempre «un mismo cofre forrado de tela». La cabeza era utilizada posteriormente por un matrimonio de Teror en prácticas macabras en el mismo camposanto. La cabeza del cadáver se volvía a enterrar en un hoyo, esta vez en compañía de cabezas de perros en avanzado estado de descomposición y cabezas de pollos sacrificados en el transcurso del ritual con un machete que el denunciante ha conseguido recuperar, al quedar abandonado tras uno de los ritos, y ha entregado a la Guardia Civil como una de las pruebas que sostienen su denuncia.
«Los pollos los llevaron vivos y allí les arrancaron las cabezas delante de mí», cuenta este viernes Manuel Cedrés a La Provincia. Las cabezas de perros «las trajeron en unas bolsas», mientras que las cabezas de difuntos las sacaron de una tumba y de tres osarios, en distintos rituales. «No tuvieron ningún problema en abrir una tumba para sacar una cabeza», cuenta el antiguo sepulturero, que admite que «los primeros días se iba a su casa muy mal» por lo que había presenciada, pero «después se acostumbró a aquello», según resume el mismo diario local.
Según el antiguo sepulturero, todos los rituales se realizaron en presencia del alcalde, quien, una vez concluidos, conminaba a los oficiantes a «recoger los bártulos». Los participantes vestían túnicas blancas y el ceremonial concluía esparciendo ron y granos de millo y de café en la tierra donde previamente se habían sepultado los restos humanos y animales.
El sepulturero ha contado a La Provincia que «se profanó una tumba y se abrieron tres osarios, donde se guardan restos de los fallecidos cuyos familiares no han pagado nicho en propiedad».
El alcalde ha negado rotundamente su participación en los hechos denunciados y ha anunciado que se querellará contra el antiguo sepulturero, al que acusa de actuar por despecho, al haber sido despedido en 2004.
El alcalde niega cualquier vínculo con rituales ocultistas y se declara «católico, apostólico y practicante». La villa de la que es gobernante tiene la calificación de «Mariana» por residir en ella la Virgen del Pino, patrona de la Diócesis de Canarias y centro de culto y peregrinación para cientos de miles de canarios. Para hacerse una idea, la conmoción causada en las Islas es similar a la que provocaría que el alcalde de Santiago de Compostela o de Zaragoza fueran acusados de participar en rituales satánicos.
Un alcalde «del pueblo y para el pueblo»
La relación del alcalde socialista de Teror con la santería es un secreto a voces en el pueblo. Un vecino, cuyo testimonio recoge La Provincia, admitía que «siempre se ha dicho que Juan de Dios Ramos ha estado vinculado con la santería desde hace varios años. Algo que no tiene nada de malo», puntualiza.
Ramos es uno de los valores electorales más seguros del PSOE, un alcalde que ha cosechado tres mayorías absolutas consecutivas para su partido. En la campaña de 2003, el entonces diputado Juan Fernando López Aguilar lo apoyó efusivamente por sus cualidades de «gobernante honrado, del pueblo y para el pueblo».