Más de 15 millones de ciudadanos del estado español, un 30% de la población, están en grave riesgo de pobreza y exclusión social, de los cuales unos 4 millones se encuentran en una situación severa, con ingresos inferiores a los 4.500 euros anuales, unos 330 euros mensuales.
Llega de nuevo un duro invierno en un país inundado de corrupción política, con temperaturas gélidas que “congelarán” millones de hogares, más de un 15% de población que no tiene medios económicos para tener calefacción en casa, personas mayores, enfermas, familias con menores que no podrán calentarse en los duros meses de una estación donde se rebela el verdadero rostro de un gobierno que saquea las arcas del estado, que maltrata a la ciudadanía, que destroza el presente y el futuro con todo tipo de políticas austericidas, donde se legisla para el poderoso y el ladrón de guante blanco, pisoteando los derechos sociales más elementales la legislación internacional en materia de derechos humanos y la propia Carta Magna.
El frío inundará las calles de angustia y de tristeza, la desolación de un régimen putrefacto, donde se hace evidente el nuevo gobierno del PP con el apoyo de su bisagra o nueva marca blanca, PSOE.
Los trenes seguirán parando en medio de sus rutas por las personas que se tiran desesperadas a las vías para quitarse la vida, los más de 25.000 suicidios por motivos económicos de los últimos cinco años posiblemente se triplicarán, la policía seguirá desahuciando a punta de pistola cada día a cientos de familias humildes de sus viviendas, el despilfarro de una monarquía caduca y medieval seguirá avergonzando al mundo civilizado y democrático.
El sector energético español dobla el margen de beneficio de los grandes gigantes europeos, España se coloca en el tercer lugar en pobreza energética de toda la Unión Europea, solo en 2015 murieron más de 10.000 personas por la incapacidad de poder mantener una temperatura adecuada en sus casas.
Son asesinatos de estado, es la marca, la imagen internacional de un estado bajo cero en democracia, en libertad, en derechos civiles, una podredumbre moral que late bajo un cielo encapotado de nubes negras, de holocausto social, de personas abrazadas bajo mantas viejas de lana, olor a tierra mojada, telediarios de mentiras, neveras vacías y desesperanza.
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