http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37932541
Los que trasnocharon lo sabían. Los que no, se despertaron con la noticia: Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos.
El resultado de la elección se confirmó alrededor de las 3 de la madrugada, pero desde horas antes ya se veía venir.
La noticia fue recibida por muchos latinos de Miami (Florida) con una especie de lenta y profunda tristeza, mezcla de preocupación e inquietud.
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Las urnas los pusieron de frente con la realidad: viven una burbuja y las ciudades multiculturales e integradoras que los recibieron están incrustadas en un país que es bien diferente.
Y ese país es capaz de votar por quien los insultó, los denigró y amenaza con deportar a millones de ellos.
Por supuesto que sabían que el centro rural del país es diferente, pero a algunos les resultó difícil enfrentar el hecho de que son mayoría y le han colgado al magnate inmobiliario el título de «presidente electo».
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«Me rompió el corazón»
En Miami cundía la preocupación y hasta el miedo ante el posible despertar de un odio racista que los políticos estadounidenses antes barrían bajo la alfombra y Trump destapó y hasta sacó partido de él.
«Para ser honesto, me rompió el corazón», le dijo a BBC Mundo Jonathan, hispano emigrado a Florida desde Nueva York.
«Duele ver cómo hay quien vota por quien promueve el racismo, la misoginia, por alguien que no defiende los derechos de los negros», agregó.
«Trump es de verdad alguien despreciable y es duro ver que hay mujeres, homosexuales, negros e hispanos que lo apoyan«.
El resultado de la elección a nivel nacional contrasta con el hecho de que los inmigrantes latinoamericanos concentrados en el condado de Miami-Dade votaron abrumadoramente por Hillary Clinton, con la clara excepción de los de origen cubano.
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También en Broward, otro de los bastiones de población hispana, la candidata demócrata superó ampliamente el 60% de los votos.
Pero los hispanos están concentrados en el sur de Florida. En general, en el tercer estado más habitado del país, la población latina no alcanza el 25%.
Con lo que, aunque Clinton obtuvo una sólida victoria entre los latinos, eso resultó insuficiente para que la ex secretaria de Estado obtuviera los 29 votos electorales del estado.
En Florida, estado péndulo, la victoria fue 49,1% a 47,8% para Trump.
¿Nuevo Chávez?
Un resultado que despertó lamentos, pero también, como constató BBC Mundo, algo de a «mal tiempo buena cara».
No fueron pocos los que expresaron cierta confianza en que, como dijo Marta Fernández, cubana de 78 años, «no va a pasar nada».
«Desde que estoy aquí he visto a 11 presidentes, y ninguno ha hecho nada. He recorrido medio mundo y en todos los lugares en que he vivido, he visto lo mismo: bla, bla, bla».
O como resumió la joven venezolana Patricia Pérez, «este país no es Latinoamérica y él no va a poder hacer cualquier locura que se le ocurra«.
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«Los que sienten miedo deberían pensar en que las medidas que quiera aplicar Trump tienen que pasar por controles y otras instituciones», agregó Pérez.
En Miami hay bastantes venezolanos que tratan de ver el lado bueno de que pueda haber un presidente Trump en malos términos con el presidente Nicolás Maduro.
Pero, por otro, esos venezolanos no han podido evitar ver a Trump reflejado en el espejo de Hugo Chávez.
El republicano ha mostrado durante la campaña que no repara demasiado en la institucionalidad. O, lo que es lo mismo pero expresado de manera más contundente, tiene en opinión de algunos un cierto aire autoritario.
En cualquier caso, ante la comparación con Chávez, insisten en que en Estados Unidos las condiciones son muy diferentes.
«Este país no va a permitir que ese hombre se quede 18 años en el poderhaciendo lo que quiera», le dijo un venezolano a BBC Mundo.
La excepción cubana
Miami es sobre todo un bastión del exilio cubano y, de acuerdo a las encuestas a pie de urna, estos sí que votaron por Trump.
Si Clinton era vista como una continuadora de las políticas de Obama, para una parte de los cubano-estadounidenses eso era motivo de rechazo.
El deshielo de las relaciones entre La Habana y Washington, de la que Obama es principal artífice, tiene la culpa.
«Esto es una república con leyes para defender al pueblo. La Constitución no estaba bien representada y Clinton iba a seguir los pasos de Obama«, le dijo a BBC Mundo un votante de Trump de origen cubano-estadounidense que prefirió no dar su nombre.
¿Y si lo hace bien?
Pero el sentimiento de los cubanos es una excepción entre los diferentes grupos de hispanos.
No coinciden la mayoría de los venezolanos ni otro grupo tradicionalmente asentado en Nueva York y cada vez más importante en Florida: los puertorriqueños.
Y aunque es difícil saber por quién votaron, baste señalar que en Osceola, condado de fuerte presencia puertorriqueña a las afueras de Orlando, Clinton ganó con un 60%.
Además, los consultados por BBC Mundo se mostraron igualmente preocupados por el resultado.
Néstor, de 70 años, expresó su pesimismo. «No hay mucho que podamos hacer porque ganó. Va a estar en la Casa Blanca y no espero que salga nada bueno de él», dijo.
«Su ego es tan alto, tan alto, que no le permite entenderse bien con otra gente».
Tampoco estaba contento Juan, puertorriqueño republicano que considera que Trump carece de los conocimientos básicos, en particular de política internacional, como para que se le encargue tan alta responsabilidad.
«Esperemos que haga un buen trabajo, si no, en cuatro años votamos por otro. Para eso vivimos en una democracia».