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Y es que este lago de agua dulce de origen tectónico es un una hendidura en nuestro planeta de 650 km de largo por unos 80 de ancho en forma de media luna en el situada en el sur de Siberia.
Pese a su enorme extensión, ya que abarca unos 31.500 km2, tan solo ocupa el séptimo lugar en un ránking de lagos grandes, quedando detrás del Mar Caspio y de los Lagos Superior, Victoria, Hurón, Michigan y Tanganika.
Pero, dejando a un lado el “salado” Caspio (que como y bebe aparte), nos encontramos con el lago más profundo del planeta, alcanza una profundidad contrastada de 1.637 m y eso que su lecho está cubierto de sedimentos acumulados durante los últimos 25 millones de años (se calcula una capa de un espesor de cercano a los 7 kilómetros)
Con estas dimensiones el Baikal contiene una quinta parte de todo el agua dulce no helada del planeta, unos 23.600 km3. Echando algunas cuentas nos da que con este agua podríamos cubrir todo el planeta con una capa de 20 centímetros (no está mal) y que bastaría para abastecer a toda la población mundial durante 40 años sin ningún problema de escasez.
Por su ubicación al sur de Siberia este lago permanece congelado entre 4 y 5 meses al años, con un espesor de hielo medio de 60 a 90 centímetros, que en el norte del lago puede alcanzar los 2 metros. Por supuesto, soporta caminatas a pie e incluso rutas en todoterrenos de grandes proporciones.
La enorme masa de hielo del Baikal es caldeada durante los cortos días de invierno por los tímidos rayos de sol y enfriada por las gélidas noches siberianas (mínimas de hasta -45º), lo que favorece que el hielo se resquebraje y rompa. Resulta habitual encontrar enormes témpanos de hielo de gran pureza que surgen de las fisuras del Baikal, especialmente cerca de las costas donde alcanzan alturas de hasta 12 metros.
Los neutrinos los detecta un telescopio subacuático con forma de red de pescador que cuenta con 288 módulos ópticos, distribuidos en ocho “collares” que están sumergido más de un kilómetro en la frías aguas del Lago Baikal.
Otros detectores de neutrinos se han instalado en mar abierto (utilizando batiscafos) o bajo el hielo de la Antártida (mediante costosas perforaciones), la gran ventaja de este telescopio es que durante varios meses al año se puede trabajar sobre el lugar donde se despliegan los detectores de neutrinos con poco más que perforar una capa de un par de metros de hielo.
El Lago Baikal es fácilmente detectable desde los satélites meteorológicos y por supuesto también desde la Estación Espacial Internacional (ISS) que siempre nos ha proporcionado espectaculares imágenes.
Algunas de ellas recubiertas de misterio. A finales de abril de 2009 desde la ISS se observaron unos extraños círculos en el hielo, con un diámetros de casi cuatro kilómetros y medio.
Las teorías más científicas sugieren la existencia de convección (ascenso de aguas más cálidas hacia la superficie) generada quizás por actividad hidrotérmica, lo que podría ser un indicativo de una futura rotura del hielo. Pero esta explicación no es del todo convincente para alguno de los círculos generados sobre aguas profundas.
Y es que el Baikal es entorno de leyenda, naturaleza y misterio que invita a intentar resolver algunos de sus enigmas … y que sigue subrayado en mi agenda viajes, de momento puedes disfrutar de fotografías 360º de AirPano.
Baikal: ¿Qué son esos enigmáticos circulos?