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Respice polum significa «mirar al polo» en latín.
Es el nombre de una doctrina diplomática colombiana inaugurada por el presidente Marco Fidel Suárez a comienzos de la década de 1920, una doctrina que sigue vigente: mirar en dirección al polo norte, hacia Estados Unidos como guía.
Y así es. Colombia ha mantenido históricamente una estrecha relación con EE.UU. en lo político, en lo económico, en lo cultural y en lo militar.
Luego de que el vecino del norte le pagara una indemnización de US$25 millones a Colombia a principios del siglo XX por la intervención estadounidense en la pérdida del istmo de Panamá, prácticamente han sido aliados sin vaivenes.
La que más ayuda recibe
Y en épocas recientes la relación no ha hecho más que estrecharse.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, con quien tiene un tratado de libre comercio (TLC) vigente desde mayo de 2012. También es el primer inversor en este país.
Colombia es además la nación latinoamericana que más ayuda recibe del gobierno estadounidense. En 15 años de Plan Colombia EE.UU. envió a este país unos US$10.000 millones.
Esa iniciativa ahora pasó a llamarse Plan Paz Colombia y prevé unos US$450 millones en el primer año (el Congreso de EE.UU. todavía debe terminar de aprobarlo) para asistir en la implementación de los acuerdos de paz -que están en fase de revisión tras no ser aprobados en referendo el pasado 2 de octubre- con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y, eventualmente, la del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
¿Cambiará?
¿Es la victoria de Donald Trump en las elecciones de este martes el augurio del fin de esta sociedad de tantas décadas y el fin de la ayuda estadounidense a Colombia y de la estrecha relación comercial?
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Para empezar, las referencias de Donald Trump a Colombia durante la campaña han sido casi nulas. De hecho, casi nunca ha hablado de este país en tiempos recientes.
Lo que prima ahora en Colombia es la incertidumbre, una que puede llegar a ir aclarándose a medida que se acerque el 20 de enero, día de la asunción del nuevo presidente, o tal vez después.
«Les puedo asegurar de que yo voy a abogar para continuar la política bipartidaria (republicana-demócrata) a favor de Colombia, de respaldar a Colombia, de ayudar a Colombia en sus esfuerzos para crear una democracia más incluyente, que sea un socio para todos y especialmente para Estados Unidos», le dijo Kevin Whitaker, embajador de Estados Unidos en Colombia, a la emisora local Caracol Radio.
«Esperamos poder continuar siendo los socios estratégicos de Estados Unidos en América Latina«, aseguró, en la misma línea, el presidente colombiano Juan Manuel Santos tras conocerse la victoria de Trump en las elecciones.
¿Será así?
Asistencia
La primera duda surge en torno a la asistencia estadounidense a Colombia.
Adam Isaacson, experto en relaciones colombo-estadounidenses de la Oficina en Washington sobre América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), cree que en ese sentido hay dos posibles escenarios.
El primero tiene que ver con la insistencia del presidente electo en que pondrá a Estados Unidos primero, por delante de cualquier otra prioridad.
«Implicará menor asistencia, probablemente incluida la militar, y mucho mucho menos apoyo diplomático, si acaso algo, a los esfuerzos del gobierno de Juan Manuel Santos para alcanzar la paz con las guerrillas», escribió Isaacson en su blog.
El segundo escenario podría combinarse con el primero: por el desinterés del Ejecutivo estadounidense en Colombia la relación pasaría más por el grupo de republicanos en el Congreso encargados del vínculo con el país sudamericano.
«Esto podría implicar una posición más crítica respecto a las negociaciones de paz», escribió.
Cree que el paquete de ayuda propuesta en el Plan Paz Colombia corre un serio riesgo, según le dijo a BBC Mundo.
Para Whitaker la implementación de ese plan tiene menos que ver con lo que pasa en EE.UU. y más con lo que pasa en Colombia.
«Yo sé cómo es mi Congreso: para ellos, si estamos hablando de financiamiento, decir ‘sí’ es difícil porque no hay plata, decir ‘no’ es difícil porque uno quiere ayudar a Colombia. Decir ‘a ver’ es lo más fácil, y mientras no haya acuerdo esa es la respuesta que vamos a recibir», expuso en la emisora colombiana.
No obstante, Sebastián Bitar, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes y doctor en Relaciones Internacionales, considera que la caída del Plan Paz Colombia no sería una catástrofe.
«El paquete de asistencia puede que sea importante para el posconflicto y que soluciones algunos problemas específicos del posconflicto, y podemos sobrevivir sin él», le dijo a BBC Mundo.
Y aclaró: «Colombia puso mucho más en el Plan Colombia que Estados Unidos».
Es cierto, Colombia desembolsó unos US$120.000 millones desde 2000 en el marco de ese plan.
Dinero invertido
- US$10.000 millonesdestinados por EE.UU. desde 2000 al Plan Colombia
- US$120.000 millonesdesembolsados por Colombia desde 2000 en el marco del plan
Intercambio comercial
Trump ha dicho que quiere deshacerse o limitar ciertos tratados de libre comercio.
El embajador Whitaker aclaró que no estaba haciendo predicciones, pero le dijo a Caracol Radio: «En las campañas se dicen algunas cosas y al gobernar se hacen otras cosas, a veces».
Aunque Isaacson no descarta una avanzada del nuevo presidente estadounidense sobre el TLC, le dijo a BBC Mundo que no imagina que intente eliminarlo.
«No creo que el sistema estadounidense le dé al Ejecutivo demasiadas herramientas para limitar un tratado de comercio extranjero sin tener que promulgar leyes», explicó.
De ocurrir, cree Bitar, sería catastrófico, porque se le cerraría el mercado estadounidense al país, un mercado que Colombia decidió privilegiar por sobre los de China e India, limitando sus opciones.
Migrantes
Trump dijo en alguna ocasión que quería deportar a los aproximadamente 11 millones de migrantes indocumentados que hay en Estados Unidos
Aunque ahora asegura que sólo deportará automáticamente aquellos que hayan cometido delitos, el riesgo de deportación seguirá presente para el resto, de todos modos.
Eso podría impactar en los migrantes colombianos sin papeles, pero no debería impactar en la inmigración regular.
Por otra parte, Isaacson le dijo a BBC Mundo: «No he escuchado acerca de ninguna propuesta de reducir el número de visas para colombianos».
Lo mejor, lo peor
Para Bitar lo peor que puede pasarle a Colombia en el gobierno de Trump es que comience una guerra comercial con países como China y México, creando un efecto contagio de crisis hacia todos los países emergentes.
Es algo que impactaría en inversión, empleo, crecimiento económico, desarrollo.
Lo mejor que podría ocurrir, considera el académico, es que Trump conforme un equipo de asesores muy cercanos a Colombia, que conozcan bien el país y la histórica relación bilateral.
En ese caso el país podría apuntar a mantener el status quo y seguir con su política de respice polum.