«¿Estás utilizando todo tu poder personal?» Leo.

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poder

Puede que sientas que no logras concentrar todo tu poder y enfocar tus potenciales en tus objetivos, y puede que sea porque no sabes cómo funciona. Del total (100%) de tu éxito, el 50% está presente en tus potenciales natales, que aunque sean diferentes de los de otra persona, son lo que justamente tú necesitas para conquistar tus éxitos y aprender las lecciones programadas para tu vida. Depende de las lecciones que has venido a este plano a aprender, así has traído contigo los potenciales necesarios, las herramientas con las que te podrás ayudar para ello.

El 50% de los elementos necesarios YA ESTÁN INCORPORADOS EN TI, en tu yo, en tu poder personal. De ese 50% no sólo que lo dispones a tu antojo sino que hace la diferencia entre el triunfo y la derrota, entre que aprendas la lección o la dejes pendiente, porque tarde o temprano deberás aprenderla. En el otro 50% faltante, tienes la aplicación de tu voluntad (25% que depende sólo de ti) y el manejo del entorno (25% que si bien no te pertenece, puedes aprender a lograr que trabaje a tu favor).

Si pones la voluntad necesaria, si quieres trabajar para encontrar las respuestas que necesitas, dispones de otro 25%, que también es tuyo, porque es tu voluntad, depende de si lo quieres obtener de verdad o no quieres poner esfuerzo en hacerlo.

El 25% que pertenece a la influencia del entorno, también depende de ti mismo, aunque sea un potencial del que no dispones porque lo posee el entorno. Si desarrollas la capacidad de gestionarlo, es decir, de administrar ese entorno para tu beneficio, finalmente obtienes el 100% y no puedes fallar. He observado la aplicación reciente de estos porcentajes, que han sido publicitados a nivel mundial.

Sabes que ha habido recientes elecciones en EEUU y por supuesto, los que han perdido se encuentran disconformes, y así lo están manifestando. Me llama la atención en el ciudadano norteamericano que siempre enarboló la bandera de la democracia, que ahora esté protestando contra los resultados de la democracia de la que siempre estuvo tan orgulloso. Me parece una falta de respeto contra los que han creído, con razón o sin ella, que era necesario votar en un sentido o en el otro. El acuerdo fue “votemos para ver quién gana”, y se votó; haya sido el resultado como haya sido, es necesario respetarlo y aceptarlo, si es que uno es leal a su propias creencias.

Por un lado, en mi búsqueda de comprender la conducta humana, he aprovechado para que esto me deje dos lecciones importantes. La primera es que las personas estamos gradualmente perdiendo el respeto por la opinión del otro, cuando esta opinión es contraria a la nuestra. Distinto sería si se hubiera cometido un ilícito, pero todavía, a la fecha, no ha sido cometido. Esta protesta sin razón se llama “Intolerancia”, como que yo soy negro y tú eres blanco o viceversa, como que yo nací en EEUU y tú no, como que yo porque tengo y tú porque no tienes, o al revés. Eso revela una evidente falta de amor, de empatía y de respeto, y así está hoy el mundo.

Quien no practica la empatía con su semejante, sólo se está dañando a sí mismo. En el sentido en que vivimos en un colectivo social humano en el que el dolor de otro nos afecta a todos, y en el otro sentido, en que se está perdiendo la fuerza del grupo, la identidad de tribu que fue la que sustentó la supervivencia de la especie.

Por otro lado, no me cabe estar de acuerdo o en desacuerdo, en pleno gusto o en disgusto, porque no soy ni quiero ser, ciudadano norteamericano, pero sí puedo ver aquí una notable lección. De alguien que tenía todo en contra: la prensa, las encuestas, la simpatía de la gran mayoría, la opinión de muchos votantes, un pasado algo turbio y hasta la falta del apoyo total de su propio partido político; y sin embargo, ganó las elecciones a pesar del esfuerzo de todos sus opositores. Eso significa que supo gestionar o administrar el 100% a su favor, para bien o para mal del mundo entero, pero ésa no es la cuestión que me interese, sino que me concentro solamente en su forma de administrarse.

Este reciente presidente electo en EEUU, ha utilizado todo su poder personal, su voluntad en contra de lo que fuese, y ha sabido manejarse con la administración del entorno, a fin de que lo votaran. Ése es el único hecho que me interesa; la habilidad en lograr sus objetivos. Antipático para muchos, y no simpático para muchos otros, obtuvo una mayoría y se robó el triunfo en las narices de todos sus opositores, que lo daban por perdedor. No analizo su conducta personal ni su pasado ni su pensamiento ni su comportamiento: sólo analizo cómo maneja su poder personal, analizo su triunfo, busco ver cómo lo logró cuando nadie creía que lo lograra.

¿Tenía más de la mayoría del entorno en contra? Sí, pero supo capitalizar y dar una esperanza a muchos disconformes, tal como lo hizo Hitler antes de la Segunda Guerra. Controló su entorno, no declinó en su voluntad y direccionó su 50% de poder personal, y al final, se salió con la suya. Tal vez, muchos votaron a lo que creyeron el mal menor, pero así como nadie creía que Hitler iba a llegar donde llegó, tampoco nadie creía que D. Trump iba a ganar las elecciones.

Este ejemplo, más allá de los resultados que traiga consigo, nos está diciendo que la mayoría de nosotros no estamos utilizando todo nuestro poder personal, o tal vez no estemos poniendo toda nuestra voluntad, o bien, no entendemos cómo poner al 25% (nuestro entorno) a nuestro favor, para que el esfuerzo de sus soplidos ayuden a nuestro velamen a dirigirse en la dirección en que queremos.

De chico siempre me preguntaba cómo un velero podía navegar en contra del viento, se me antojaba imposible; pero luego entendí que la cuestión no pasaba por la dirección del viento sino en el manejo de las velas y en la voluntad de llegar a destino. Hay una manera de colocar las velas en sesgo con el viento y avanzar en el sentido contrario, es decir, navegar (en zig-zag, pero avanzando) HACIA DONDE SOPLA EL VIENTO, es decir, en contra del viento.

Esta reflexión me permite afirmar con toda seguridad que la mayoría de lo que logras es tu triunfo, y que la mayoría de lo que no logras, no es por culpa de los otros, sino porque no sabes manejarlo. Porque no sabes generar tu “suerte” cuando fracasas. Bien, para eso está la vida, para que aprendamos, aún a fuerza de fracasar y golpearnos contra la pared.

En cuanto al poder personal, se ve disminuido por dos factores: uno, lo que no sabes que tienes a favor porque no te conoces del todo, y el otro, las contras y trabas que no logras controlar, también porque no te conoces del todo. Entonces, como reflexión, para esos momentos en que no logras lo que quieres, te dejo la pregunta… ¿Estás utilizando todo tu poder?

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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