La colección otros Mundos de Plaza y Janés, significó un antes y un después en la divulgación de las tesis alternativas.
Buena parte de estos libros no se han digitalizado, y poco a poco van desapareciendo de Las Bibliotecas al no ser demandados por desconocimiento de los lectores.
Sin duda una colección imprescindible para comprender la evolución histórica de nosotros mismos, de buscar respuestas a esas preguntas que el día a día se empeña en ocultarnos.
maestroviejo
El libro Alquimia fue escrita en 1960 por el historiador de arte suizo Titus Burckhardt con el titulo original en aleman «ALCHEMIE» (© 1960 Olten Walter. La alquimia como precursor de la quimica moderna puede compararse con la mística 19 en lo que permite al hombre llegar al conocimiento de su naturaleza inmortal rechazando toda tesis psicológica y enfrentándose a esa imagen que se tiene como un delirio irracional.
Traducida por Ana M. de la Fuente para la editorial Plaza y Janes y publicada en esta colección en el año 1976.
INTRODUCCION
Desde el Siglo de las Luces, la alquimia ha sido considerada como precursora de la química moderna y, por tanto, casi todos los investigadores que se han ocupado de ella se han limitado a buscar en sus escritos el punto de arranque de los posteriores descubrimientos de la Química.
Este enfoque unilateral ha permitido, por lo menos, sacar a la luz un cúmulo de antiguas prácticas artesanas para la preparación de metales, colorantes y vidrio, escogidas de entre unos procesos aparentemente absurdos que, sin embargo, desempeñaban el papel más importante en la alquimia propiamente dicha.
El que tal legado fuera en realidad copioso hacía más inexplicable aún aquel tenaz apego de los alquimistas a las fórmulas de su «magisterio» que, desde el punto de vista químico, eran del todo insensatas. La única explicación consistía en suponer que el irresistible deseo de obtener oro ha tentado una y otra vez a los hombres a creer en fórmulas fantásticas que, si bien se mira, no son sino la aplicación práctica de la antigua filosofía natural, entreverada de supersticiones; algo así como si se hubiera tratado de infundir ni el cuerpo la «materia prima» aristotélica de todas las osas mediante una combinación de toscas operaciones manuales y mágicos conjuros.
A nadie le pareció inverosímil que, del engaño en el error.