En la Unión Europea se han aprobado nuevos alimentos para su venta e ingesta. Y algunos son muy “curiosos” como los insectos de “granja” que pueden venderse con normalidad ya en Europea desde que comenzó este año. Durante los próximos lustros veremos incorporarse a nuestra dieta productos ahora desconocidos -algunos quizá ni los veamos-. Os resumo.
¿Qué es un nuevo alimento? Cada cierto tiempo la Unión Europea revisa cómo ha evolucionado el ámbito y mercado alimentario y desarrolla nuevas normas que por lo general tienen por objeto darle cobertura legal a las diferentes industrias alimentarias para nuevos productos que comernos.
Se consideran nuevos hoy los alimentos o ingredientes alimentarios que NO se hubieran utilizado en cantidades significativas antes del 15 de mayo de 1997 en alimentación humana en la Unión Europea.
Esa es la fecha en la que se hizo el último reglamento al respecto. Puede ser un alimento nuevo o innovador; uno resultante de procesos de producción o nuevas tecnologías; o un alimento tradicional de países que no pertenecen a la UE.
Bajo estas premisas se han aprobado, por ejemplo, los animales enteros como por ejemplo los insectos o sus partes (patas, cabezas, alas). Oye lo mismo están buenos pero la cosa habrá de vencer nuestros prejuicios occidentales. En los países orientales como Tailandia o China y en algunos de América del Sur, como por ejemplo México, es costumbre. En teoría son una buena fuente de proteína a precios asequibles. Cuestión de gustos.
La posición de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre los insectos en la alimentación humana puede encontrarse en este enlace y os la resumo del siguiente modo: No se sabe bien cómo pueden sentarnos a nosotros y al medio ambiente. Por lo siguiente:
-Existe incertidumbre sobre las consecuencias del consumo humano de insectos por los pocos estudios que hay.
-Los datos publicados sobre sustancias químicas peligrosas en insectos criados.
-Se espera que los peligros relacionados con el medio ambiente sean comparables a otros sistemas de producción animal.
Pues como una granja de esos bichos contamine igual que una macrogranja de cerdos lo llevamos claro con el invento.
Menuda paradoja además me viene a la cabeza: Las abejas, con la importancia que tienen para la polinización de las plantas y los excelentes productos que nos brindan, desaparecen de Europa por la enorme contaminación a la que sometemos a nuestros campos con los pesticidas agrícolas y al tiempo van a comenzar a aparecer granjas de insectos para nuestros platos.
Por cierto, que si seguís con cara de asco o circunstancias no os pongáis tan melindrosos que ya comemos insectos y no me refiero a los que ayer se me colaron en el brócoli que me cené. MealFood una empresa que posee una de estas particulares granjas en Doñinos (Salamanca) empezó a producir de manera industrial gusanos de harina (se encuentran con frecuencia en ese ambiente) en 2016.
Al principio, los coleópteros que criaba estaban dirigidos a la elaboración de abono orgánico y quitina, un polisacárido que se utiliza fundamentalmente en la industria química. Pero ahora sus larvas de color amarillo también se destinan a la elaboración de alimentos para mascotas y pienso para peces de piscifactorías.
Otro ejemplo de comida con insectos es el chocolate porque durante la elaboración del cacao es muy difícil dejar a los insectos fuera, según se cuenta en el reportaje que acabo de enlazar. Ahora también se podrá dar bichos a pollos y gallinas, cosa que los criados a la manera ecológica ya han de estar haciendo pues se crían sueltos y a ver, si les apetece tan suculento bocado no se privan.
Otra de las novedades que la nueva normativa sobre nuevos alimentos que os comento que acaba de entrar en vigor es que se ha creado un sistema de autorización centralizado para todo esto (como con los medicamentos). Eso quiere decir, que la Comisión Europea tramita las solicitudes y concede las autorizaciones.
La EFSA realiza las evaluaciones científicas del riesgo de los nuevos alimentos cuya autorización se solicita. Hay que tener en cuenta la poca claridad de ideas de esta agencia con el tema de los insectos “de granja”, así que como con los demás nuevos alimentos diga también que hacen falta más datos para conocer su impacto en la salud humana y ambiental… (Los nanomateriales artificiales -producidos en escala de átomos y moléculas- deben autorizarse como nuevo alimento, demostrando que han sido sometidos a ensayos avanzados y la EFSA evaluará su seguridad…)
En teoría, la finalidad es simplificar el procedimiento y reducir los plazos de tramitación pero también es un guiño a la industria alimentaria para que pueda abrir nuevos mercados con las incertidumbres propias de estos macronegocios, siempre tan delicados en asuntos de salud pública y ecología.
Un ejemplo de nuevo alimento cuya legalidad cubre el nuevo reglamento europeo es la cresta de gallo, que podrá incorporarse a productos lácteos. Al parecer es saludable para las articulaciones.
Las condiciones de autorización de los llamados “Novel Food” o nuevos alimentos pasan porque:
1. No suponga un riesgo para la salud pública (ya hemos visto que deberá someterse a una evaluación científica antes de su autorización para garantizar su seguridad).
2. No resulte desventajoso para el consumidor desde el punto de vista nutricional en el caso de que sustituya a otro alimento similar.
3. No induzca a error, sobre todo si sustituye a un alimento y hay cambios en el valor nutritivo.
¿Pueden los Estados de la UE autorizar o prohibir nuevos alimentos? No, cuando la Comisión Europea aprueba un “novel food” ningún país puede prohibirlo en su territorio, aunque sí puede un Estado acordar la suspensión o restricción provisional de comercialización si considera que constituye un peligro para la salud.
Insectos y otros «nuevos alimentos» que ya pueden comerse en Europa