El reto de tener suficiente sangre para transfusiones es cada día mayor. Muchas campañas se enfocan en aumentar el número de donantes, pero al mismo tiempo, algunos científicos intentan otros métodos para combatir la escasez.
La carrera por tener abastecidos los bancos de sangre es uno de los grandes desafíos médicos de la actualidad, sobre todo en situaciones catastróficas como terremotos o huracanes.
En esos desastres, la sangre se vuelve un bien escaso y valioso, igual que la comida, los refugios y el agua.
En países como Estados Unidos, por ejemplo, en julio de 2018 la Cruz Roja declaró una «emergencia de escasez de sangre» y lanzó un llamado urgente para que las personas donaran todo tipo de sangre, especialmente la O.
Y es que la de tipo O, considerada la sangre universal, se le puede trasfundir de manera segura a cualquier paciente.
Pero a la par de aumentar el número de donantes, los científicos intentan otras maneras de tener mayores cantidades de la versátil sangre O.
Ahora, un grupo de científicos de la Universidad British Columbia en Canadá anunció un logro que, según ellos, «incrementaría enormemente el suministro de sangre para transfusiones».
El avance ya había sido presentado en 2018, pero solo ahora el estudio fue publicado en la revista Nature Microbiology.
¿En qué consiste el hallazgo y cómo lo lograron?
La clave está en el intestino
Los investigadores afirman que a partir de enzimas del intestino humano lograron convertir sangre del tipo A y B, que tienen limitaciones para que alguien la pueda recibir, en sangre tipo O, que se le puede entregar a cualquier persona.
Aunque previamente ya se habían identificado enzimas que podrían ofrecer un resultado similar, en este caso lo lograron hacer de manera «30 veces más eficiente» que esas otras candidatas.
Las células de sangre A y B están recubiertas por unos tipos de azúcares llamados «antígenos» que son detectadas por el sistema inmunológico.
El tipo de sangre O no tiene esos antígenos, así que si una persona con sangre O recibe sangre A, B o AB, su cuerpo detectará los antígenos que vienen con ella y destruirá sus células.
Por el contrario, como la sangre O no tiene antígenos, las sangres A, B y AB la pueden recibir sin tener nada que rechazar.
«Hemos estado particularmente interesados en las enzimas que nos permiten remover los antígenos A y B de los glóbulos rojos», dijo en un comunicado Stephen Withers, uno de los autores del estudio.
«Si logras remover esos antígenos, que son simples azúcares, entonces puedes convertir sangre A o B en sangre O».
La sangre más popular
Según explica la Cruz Roja, la sangre O es la más común y más solicitada, y usualmente es la primera que se acaba en las reservas de los hospitales.
Este tipo de sangre es la que se busca en situaciones de emergencia en las que no hay tiempo para determinar el tipo de sangre del paciente.
Por eso, el hallazgo de Whiters y su equipo resulta esperanzador, aunque todavía falta que su investigación pase algunas pruebas.
«(El hallazgo) tendrá que pasar por muchos ensayos clínicos para asegurarnos de que no tiene ninguna consecuencia adversa, pero se ve muy prometedor».
Si tienen éxito, confían en que su técnica ayudará a ampliar los suministros de sangre, pues muchas más personas podrán donar sangre que se convierta en sangre universal.
https://www.24horas.cl/noticiasbbc/el-prometedor-logro-de-los-cientificos-que-convirtieron-sangre-a-y-b-en-el-tipo-universal-o-y-como-podria-salvar-miles-de-vidas-3385347