La técnica de la tortuga ayuda a los niños, desde edades muy tempranas, a conocer sus emociones. En este caso, de manera concreta, hablamos del enfado, la frustración o la ira.
Todos los niños sufren pataletas. Lo hacen para mostrar su frustración cuando no reciben lo que quieren o para obtenerlo. Esto, que es tan común, no es más que una evidencia de que no saben gestionar sus emociones. Por eso, la técnica de la tortuga es una buena manera de enseñarles a cómo hacerlo.
La técnica de la tortuga puede ponerse en práctica en casa, pero también en las aulas. Además, puede ser beneficiosa para niños que tienen TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) como recoge el artículo Tratamiento cognitivo-conductual de conductas disruptivas en un niño con TDAH y trastorno negativista desafiante.
La pequeña tortuga Manolita
Cuando un niño se enfada o tiene una reacción impulsiva que termina en una pataleta, lo primero que hay que hacer es recordarle el cuento de la pequeña tortuga Manolita. Este dice así:
Manolita es una pequeña tortuga que siempre está metida en problemas. Cuando un ejercicio no le sale bien siente mucha rabia y se enfada. Lo mismo le ocurre cuando la profesora le llama la atención por hablar en clase o si, en el recreo, un compañero le empuja le termina dando una patada. Por todo esto, Manolita suele estar castigada o sola, pues ningún amigo quiere jugar con ella.
A Manolita todo esto la hacía sentir muy triste, aunque no podía evitar la rabia que sentía en esas situaciones. Un día cuando regresaba del colegio se encontró con una tortuga muy mayor y sabia que le dijo:
-Manolita, ¿no te das cuenta de que la solución a todos tus problemas se encuentra en tu caparazón? Cuando te encuentres con una situación a la que no sabes cómo hacerle frente, métete en tu caparazón y cuenta hasta 10.
La pequeña tortuga Manolita decidió poner esto en práctica. Cuando, en el recreo, una amiga le pegó una patada sin querer jugando al fútbol se metió en su caparazón, contó hasta 10 y, cuando salió, ¡ya no estaba tan enfadada!Así, siguió jugando y divirtiéndose hasta que terminó el recreo. Esta estrategia le ayudaba a ver las cosas con perspectiva. Todo mejoró…
Sus compañeros ya no la dejaban de lado, la profesora ya no la castigaba y ella se sentía mucho mejor, más contenta y feliz. Así que Manolita continuó utilizando esta estrategia que aquella tortuga mayor, un día, le dio. ¡Funcionaba!
El autocontrol en la técnica de la tortuga
La técnica de la tortuga puede aplicarse a cualquier edad. Sin embargo, cuanto antes aprendan a ponerla en práctica, mucho mejor. Por eso, durante preescolar es conveniente que los más pequeños sepan ya el cuento de la pequeña tortuga Manolita.
Además, contamos con diferentes formas de trabajar esta técnica, pues no se trata solo de contarles el cuento a los niños y ya está. Ellos deben trabajarla para saber cómo y cuándo utilizarla. Para esto existen algunos recursos muy útiles.
«Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier intento de atender a otra cosa».
-Daniel Goleman-
La palabra «tortuga»
Utilizar la palabra «tortuga» es una técnica que recoge el artículo Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en mi aula de infantil. Cuando un niño está enfadado porque es castigado o porque un compañero le ha hecho algo, el profesor o uno de sus padres debe decir en alto «tortuga».
En el momento en el que esa palabra es pronunciada, el niño tiene que abrazar sus piernas y apoyar la cabeza en ellas, con los ojos cerrados, simulando que está dentro de un caparazón. Durante unos segundos, debe tensar bien todos sus músculos, respirar profundamente y contar hasta 10. Después, tras salir de esa postura, los músculos se relajarán y el niño se sentirá más tranquilo.
Con forma de caparazón
En las clases de los niños de preescolar, sobre todo, suele haber juguetes. Por eso, otra forma de iniciarles en el control y gestión de sus emocionespuede ser poniendo una pequeña casa que, por fuera, parezca el caparazón de una tortuga y la tenga representada.
Cuando el profesor diga en voz alta la palabra tortuga, el niño que está enfadado o sufriendo una pataleta debe introducirse dentro de la casa. En ella tiene que cerrar los ojos y contar hasta 10. También, dentro de la casa puede utilizar la técnica anterior de tensar la musculatura. Al salir, estará mucho más tranquilo.
La técnica de la tortuga en otras etapas
¿Por qué es importante que la técnica de la tortuga se ponga en práctica desde las edades más tempranas? Porque esto hará que los niños automaticen una estrategia que les puede ayudar a regular una emoción que, por su nivel de madurez, les puede superar. De esta manera contribuiremos a su adaptación a entornos hostiles, poniendo valiosos ladrillos que le servirán en su adolescencia. De esta manera, la educación emocional, igual que la educación en otros muchos tipos de disciplinas, tiene unos efectos muy potentes cuando se produce en la infancia.
Como hemos visto, la técnica de la tortuga es una forma de madurar emocionalmente, pero hay otras muchas. Cualquiera de ellas, bien dirigida e implementada, dará valor a esa caja de herramientas emocionales que todos llevamos con nosotros.
«La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto un aprendizaje crucial en la vida diaria».
-Daniel Goleman-
https://lamenteesmaravillosa.com/la-tecnica-de-la-tortuga-para-las-pataletas-de-los-ninos/