«Además de preocupada, estoy muy cabreada porque entiendo que la naturaleza es así, pero es que parte de esto se podría haber evitado», se lamenta Susi. Su casa, un adosado de Almoradí, se encuentra a un escaso metro de la crecida del río Segura, que ha inundado en el segundo día de la DANA (depresión aislada en niveles altos) buena parte la Vega Baja.
La casa de su suegra Asunción ha salido peor parada al entrar de momento más de un metro de agua. Mientras apuntala con maderas los bajos de las puertas de su domicilio, y se queja de que el ayuntamiento no le ha facilitado bolsas de arena para evitar la entrada de agua, Susi insiste: «El río lleva años sucio, lleno de cañas porque no lo han querido limpiar y ahora les han venido las prisas», añade.
Esta impresión la suscriben todos los vecinos de varias localidades consultadas. Aseguran que venían reclamando a la Confederación Hidrográfica del Segura una mayor limpieza y que la gota fría se preveía con bastantes días de antelación.
A la ausencia de limpieza se le une una construcción descontrolada de viviendas en localidades que han bebido del auge de extranjeros británicos o alemanes que en las últimas décadas se han instalado a vivir.
Es el caso de Algorfa, un pequeño municipio repleto de nuevas viviendas. En la tarde de este viernes la preocupación ha ido en aumento cuando se ha confirmado la rotura del río Segura a su paso con Almoradí, llegando a cubrir el nivel del caudal hasta el puente cuyo lateral se ha desprendido.
Así llegamos hasta la casa de Antonio, al que pillamos achicando agua de su domicilio cuyo patio trasero está totalmente inundado. Su vecino Francisco también ha tenido se ha visto afectado por el temporal. Con sus 77 años lo tiene claro: «Esta gota fría es mucho peor que la del 87», año en el que tuvo lugar la última riada.
El fantasma de aquel año se repite también entre los más viejos del lugar. Otro policía municipal confirma que es el peor temporal que ha vivido, peor incluso que el de hace 32 años. Aunque sus efectos se han reproducido, con casas y coches inundados, los servicios de emergencia de nuevo, con bomberos y unidades militares han rescatado a decenas de personas atrapadas.
Una escena que ha tenido su epicentro en Orihuela, donde las calles han quedado totalmente inundadas desde el jueves, quedando este viernes todas las entradas y salidas a la capital de la Vega Baja cerradas al tráfico rodado. «Mi calle se inundó ayer y hoy ha vuelto a tener dos palmos de agua, mientras que vecinos míos el agua les ha llegado hasta la rodilla», cuenta Juana.
En su caso, asegura, lleva dos días sin salir de casa gracias a que no le falta comida o agua. En cambio José se muestra preocupado porque se han quedado sin suministro de agua en los hogares de Almoradí y desde el consistorio les han dicho que probablemente hasta el lunes no se restablezca. De hecho, ha acudido al supermercado a por víveres y afirma que ya no quedan. «Están desabastecidos de botellas de agua».
La visita de Pedro Sánchez ha sido acogida con indiferencia. «Está muy bien que venga el presidente, pero lo que vamos a necesitar ahora son ayudas para nuestras viviendas inundadas», apunta María también en Orihuela, «así que espero que no haya venido de vacío».
Recuerda María, como ha hecho anteriormente Susi o Francisco, que Sánchez podría tomar nota «y aprender de los errores». «Estas inundaciones han pasado por la fuerte lluvia, sí, pero también por la falta de limpieza del río, han mirado para otro lado», sentencia.
https://www.eldiario.es/cv/alicante/urbanismo-multiplicat-DANA-limpiado-inundacion_0_941756553.html
Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, reza el refrán popular. Y así es.
Y lo digo desde Alicante, sin luz, con un palmo de agua en el exterior y tras ver como un rayo caido sobre la línea telefónica entró en mi domicilio y cayó al suelo frente a mi a tres metros…………..y es la segunda vez.