La Historia del planeta NIBURU, resulta ciertamente difícil de creer.
A pesar de lo extendida que se encuentra y la cantidad de adeptos que tiene.
En pleno siglo XXI, cuando nuestros telescopios y sondas nos permiten escudriñar el espacio, como nunca antes, resulta que ahora, vamos a creer a los babilónicos y a la teoría de cospiranoia y tragarnos que hay un planeta que no se ha descubierto.
Veamos que nos dice la Wikipedia de este tema:
Nibiru (planeta)
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Igualmente es el nombre que recibe un hipotético planeta propuesto por Zecharia Sitchin, basándose en la idea de que las civilizaciones antiguas habrían obtenido sus conocimientos y su desarrollo gracias a hipotéticos contactos con extraterrestres. Sin embargo, esta última descripción es considerada inverosímil por científicos e historiadores.
Nibiru en la mitología de Babilonia
Nibiru, para los babilonios, era un cuerpo celeste asociado con el dios Marduk. Nibiru significa «lugar que cruza» o «lugar de transición». En muchos textos babilonios se identifica con el planeta Júpiter, aunque en la tablilla 5 de la Enûma Elish se asocia con la Estrella Polar, que también se conocía como Thuban o posiblemente Kochab.
[editar] Nibiru según la descripción de Zecharia Sitchin y la ufología
En opinión de Zecharia Sitchin, el planeta sería real, y habría adquirido el nombre del dios babilonio Marduk a consecuencia de una usurpación del poder por parte de este dios en el 2024 a. C., atribuyéndose la creación de la Tierra mediante la falsificación en las copias del poema épico Enûma Elish.
Según la descripción de Sitchin sobre la cosmología sumeria, Nibiru sería el buscado 12º planeta, o el Planeta X (que incluye la descripción de 10 planetas, más el Sol, y la Luna).
Igualmente indica que en la antigüedad se habría producido una catastrófica colisión de uno de sus satélites con Tiamat, un hipotético planeta también postulado por Sitchin, y que habría estado entre el planeta Marte y Júpiter; hecho que habría formado el planeta Tierra y el cinturón de asteroides. Además, según Sitchin, Nibiru habría sido el hogar de una poderosa raza alienígena, los Anunnaki. Como consecuencia de la colisión, según afirma Sitchin, el planeta Nibiru habría quedado atrapado en el Sistema Solar, volviendo al lugar de la colisión periódicamente en una órbita excéntrica. Más tarde vinieron a la Tierra.
Sitchin cita algunas fuentes que según él, hablarían sobre el planeta, que posiblemente sería una estrella (concretamente una enana marrón) que estaría en una órbita sumamente elíptica alrededor del Sol, la cual tuvo su perihelio hace aproximadamente 3.600 años y un período orbital de unos 3.600 a 3.760 años. Sitchin atribuye estos datos a los astrónomos de la civilización maya.
En un libro recientemente publicado, titulado 2012: cita con Marduk, el escritor e investigador turco Burak Eldem presenta una nueva teoría, sugiriendo que son 3.661 años los que duraría el período orbital del supuesto planeta y reclamando que habrá «una fecha de vuelta» para el año 2012. Según la teoría de Eldem, 3.661 es un séptimo de 25.627, que es el ciclo total «de 5 años mundiales» según el Calendario maya extendido. El último paso orbital de Marduk, añade, sucedió en 1649 a. C. y causó grandes catástrofes sobre la Tierra, incluyendo la erupción de Thera o como se conoce actualmente Santorini.
Según los seguidores de Sitchin, sus ideas estarían avaladas por su dominio en lenguas muertas como el sumerio, y asistidas por la traducción de piezas consideradas tesoros; aunque esto realmente no es científicamente un fundamento astronómico.
[editar] La opinión científica
La comunidad científica niega tajantemente la existencia de un planeta así,[1] y ha realizado múltiples declaraciones en este sentido.[2] Para los astrónomos, «las persistentes reclamaciones de un planeta cercano pero invisible son simplemente absurdas».[1]
Desde los foros científicos se alerta sobre una estrategia habitual para confundir y alimentar el mito de la existencia de este planeta, consistente en relacionar el planeta ficticio Nibiru con cualquier comentario acerca del Planeta X o con el planeta enano Eris.[1]
En 1930, Clyde Tombaugh encontró el planeta Plutón, luego de una sistemática búsqueda iniciada por el Observatorio Lowell como resultado de las predicciones de Lowell acerca de la existencia de un miembro adicional en nuestro sistema solar. Sin embargo, se comprobó que la masa de Plutón era diminuta, y una vez analizada la órbita de Caronte (la luna de Plutón) se encontró que la masa del sistema era demasiado pequeña par afectar a la órbita de Neptuno. La búsqueda del Planeta X continuó.[3]
En 1983 se produjo el lanzamiento del satélite-telescopio infrarrojo IRAS. Basadas en las observaciones de este satélite, se publicaron unas declaraciones, y posteriormente en 1984 también un artículo científico en la revista Astrophysical Journal Letters titulado “Unidentified point sources in the IRAS minisurvey (Fuentes puntuales no identificadas en el mini estudio de IRAS)”, en las que se discutían varias fuentes infrarrojas detectadas de origen desconocido.[1] Este artículo provocó gran revuelo, y el resurgimiento de todo tipo de bulos y teorías conspirativas.[3] No obstante, más tarde se descubriría que estos «objetos misteriosos» resultaron ser lejanas galaxias.[1]
En 2008, un equipo japonés anunció que según sus cálculos, debía existir un planeta no descubierto a una distancia de unas 100 UA.,[4] con un tamaño de hasta dos tercios del de la Tierra. Estos cálculos refuerzan la hipótesis de la existencia de un planeta X, pero nada hace pensar que su órbita pueda ser distinta a la del resto de objetos del cinturón de Kuiper.[2]
En la búsqueda de nuevos objetos y planetas solares continúan astrónomos Franceses, Alemanes y la NASA. También el Vaticano, junto con la Universidad de Arizona en Tucson (2006), ha creado un observatorio en el Observatorio Astronómico del Monte Graham (MGIO) en el sureste de Arizona equipado con un telescopio infrarojo a cargo de la orden Jesuita, que cuenta con Astrónomos y Matemáticos que operan el telescopio de tecnología avanzada (VATT) por comisión del Papa Juan Pablo II. No obstante, ninguno de estos equipos busca un planeta que pueda relacionarse con el planeta Nibiru.
[editar] Otros argumentos
Marshall Masters, en uno de sus libros, apoya la teoría de la existencia del planeta Nibiru en nuestro sistema solar.[5]
[editar] Su influencia en la cultura popular
Recientemente ha sido publicado un videojuego llamado «Nibiru: El Mensajero de los Dioses»; es una aventura gráfica de la compañía Future Games, con la producción de The Adventure Company. La historia parte de un supuesto hallazgo de los nazis, al final de la II Guerra Mundial, de la manera de aprovecharse de la tecnología de los habitantes del planeta, pero sin tiempo para conseguir influir en el resultado de la guerra. Sus hallazgos quedarían escondidos y es en el tiempo actual cuando vuelven a aparecer, en esta aventura que destaca por sus grafismos y su ambiente de intriga.
Parece que los científicos japoneses creen que es posible que exista un planeta, de tamaño hasta dos tercios, del nuestro.
Claro que eso de la órbita tan rara, definitivamente, no tiene ni pies ni cabeza ¿o , sí?
Veamos estas noticia del 12 de Julio de 2010:
http://www.cienciakanija.com/2010/07/12/la-muerte-de-nemesis-oscura-y-lejana-companera-del-sol/
La muerte de Némesis: Oscura y lejana compañera del Sol
Los datos que en un tiempo sugirieron que el Sol estaba orbitado por una lejana y oscura compañera, ahora generan aún más dudas.A lo largo de los últimos 500 millones de años aproximadamente, la vida en la Tierra se ha visto amenazada en muchas ocasiones; el registro fósil está salpicado con eventos de extinciones. Lo que es curioso en estos eventos es que parecen tener lugar con alarmante regularidad.
La periodicidad es tema de controversia entre los paleobiólogos pero hay un creciente consenso en que algo de enorme poder destructivo sucede cada 26 o 27 millones de años. La cuestión es, ¿qué?
En este blog hemos revisado varias ideas como el paso del Sol a través de varios brazos espirales de la Vía Láctea (resultó que no podía ser la explicación de las extinciones debido a que el movimiento no tiene la periodicidad correcta).
Pero otra idea propuesta en la década de 1980 es que el Sol tiene una lejana y oscura compañera llamada Némesis que barre la nube de Oort cada 27 millones de años aproximadamente, enviando una lluvia letal de cometas hacia nuestro camino. Es esta helada lluvia letal lo que provoca las extinciones, o esa es la idea.
Hoy, Adrian Melott de la Universidad de Kansas y Richard Bambach del Instituto Smithsoniano en Washington DC reexaminan el paleoregistro para ver si pueden lograr una estimación más precisa de la órbita de Némesis.
Su trabajo generó una sorpresa. Han reunido un masivo conjunto de datos de extinciones de los últimos 500 millones de años, un periodo que es el doble de largo de lo que nadie había estudiado. Y su análisis muestra un exceso de extinciones cada 27 millones de años, con un nivel de confianza del 99%.
Esta es una clara y definida señal a lo largo de una gran cantidad de tiempo. A primera vista, podría pensarse que respalda la idea de que un lejano y oscuro objeto orbita el Sol cada 27 millones de años.
Pero, irónicamente, la precisión y regularidad de estos eventos es en realidad una prueba en contra de la existencia de Némesis, dicen Melott y Bambuch.
Esto se debe a que la órbita de Némesis se habría visto influida por los repetidos encuentros cercanos que sabemos que el Sol tuvo como otras hermanas estelares en los últimos 500 millones de años.
Estos encuentros habrían provocado una variación en la órbita de Némesis de dos formas. Primero, la órbita podría haber cambiado súbitamente por lo que en lugar de como un único pico, la periodicidad tendría dos picos o más. O, segundo, habría cambiado gradualmente en hasta un 20%, en cuyo caso el pico se habría difuminado con el tiempo.
Pero los datos indican que tiene lugar una extinción cada 27 millones de años con la regularidad de un reloj. “Los datos de fósiles, que motivaron la idea de Némesis, ahora están en su contra”, dicen Melott y Bambuch.
Esto indica que otra cosa debe ser el responsable. No es fácil imaginar un proceso en nuestro caótico entorno interestelar que pueda tener un latido tan regular; tal vez la respuesta esté más cerca de casa.
Sin embargo, hay una buena noticia. El último evento de extinción de esta cadena se produjo hace unos 11 millones de años por lo que, al menos en teoría, tenemos mucho tiempo para descubrir de dónde llegará la siguiente catástrofe.
Sea cual sea, el origen del ciclo de extinciones de 27 millones de años está convirtiéndose en uno de los mayores misterios científicos de nuestra época.
Parece que no ya un planeta sino toda una extrella hermana de nuestro sol podría existir, según los estudios de dos astrónomos, muy alejados de pertenecer o apoyar teorías cospiranoias.
Aún creen que lo sabemos todo, y que esto no puede ser.
Leamos la siguiente noticia:
Las Anomalías de las sondas Pioneer y la confirmación en 2008 por otras sondas, obliga a replantear todos los modelos cosmológicos Oficiales. Explicación detallada.
Desde hace décadas, uno de los grandes misterios de la Astrofísica, hacía referencia a las anomalías detectadas en la aceleración y trayectoria de las sondas Pioneer.Seguidamente exponemos gráficamente las trayectorias anómalas de la Pioneer de modo resumido y facilitado. El informe completo, pueden descargarlo aquí. ( http://meetings.ifae.es/Thursdays/041118_Andringa.pdf)
1º.-La trayectoria prevista calculada:
2º.-Las desviaciones de las sondas Pioneer: (el efecto Doppler)
3º.-Las mediciones originales de las anomalías:
El cuadro resúmen de las anomalías:
Se le denominó principio de “incertidumbre sistemática“, y pone de relieve la razón por la que Lissauer y Matese, decidieron analizar la posibilidad de que el sistema solar fuera binario.
Recientemente, en 2008, estas anomalías fueron igualmente reportadas por otras cuatro sondas espaciales:
Four More Spacecraft Show Bizarre Speed Changes
Poco a poco ha cobrado importancia la idea de redefinir conceptualmente:
1º.-la Revisión completa de la Teoría de la de la Relatividad y la Gravedad del Sistema Solar.
2º.-El impulso estelar de Lissauer que se confirma creciente, lo que implica que la constante cósmica no es constante, y que existe un influjo de gravedad por otros cuerpos de gran masa en la parte exterior del cinturón de Kuiper-Oort.
3º.-La estructura y definición del Aether, en el marco de una detección-pliegue del espacio-Tiempo, tal y como se expone en:
La física del aether (Eter) alcanza sus primeras formulaciones lógicas.
4º.-Y en esta misma línea el análisis detallado de la materia oscura.
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