Existio otra humanidad

La colección otros Mundos de Plaza y Janés, significó un antes y un después en la divulgación de las tesis alternativas.

Buena parte de estos libros no se han digitalizado, y poco a poco van desapareciendo de Las Bibliotecas al no ser demandados por desconocimiento de los lectores.

Sin duda una colección imprescindible para comprender la evolución histórica de nosotros mismos, de buscar respuestas a esas preguntas que el día a día se empeña en ocultarnos.

maestroviejo

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El libro Existio otra humanidad fue publicada en 1975 por el famoso escritor JJ Benitez, se publico en está colección por primera vez, expone las pruebas irrefutables de que hace millones de años existieron civilizaciones antiguas en nuestro planeta ya desaparecidas dejando pocos rastros de su existencia.
En 1977 se estreno un documental con el mismo nombre, J. J. Benitez conocido por sus investigaciones y divulgación del fenómeno OVNI5 ha sido altamente criticado por sus metodología de investigación

Las investigaciones y teorias propuestas en este documento están basadas en las piedras de Ica8 de Perú, que causaron revuelo en aquellos años, ya que son concideradas como OOPArt1, tienen relieves de artefactos tecnológicos avanzados y animales prehistóricos que suguieren ser dinosaurios.

Hasta ahora el hombre sólo había logrado soñar, nada más, con remotas civilizaciones. A lo sumo —y después de no pocos esfuerzos—, algunos estudiosos se habían encontrado con esporádicas y tímidas pruebas de la existencia de otros hombres, de otras culturas e imperios que nunca se habían remontado en la Historia más allá de los 10.000 ó 15.000 años. Intencionadamente he querido pasar por alto los últimos hallazgos de la Paleontología.

Hasta hoy, el «hombre de Leakey» —última sorpresa para los que siempre han amarrado al ser humano a una edad máxima de un millón de años— constituye tan sólo un hecho aislado. Trascendental, eso sí, pero perdido. Único. Sin más compañía —al menos por el momento— que la vejez del barranco africano de Olduvai, donde Leakey desenterró con emoción el cráneo de un «australopithecus» que caminó por aquellas tierras de Tanzania hace ya unos tres millones de años. «Es la más antigua reliquia —dijeron los sabios— del primer «hacedor de útiles», del Horno habilis.»

Estos paleontólogos ignoraban entonces —y posiblemente también hoy— que en un lugar de Perú, en un desierto blanco y pedregoso del Departamento de Ica, un médico peruano había descubierto la más estremecedora, rotunda y completa prueba de la existencia de otra civilización —de otra Humanidad diría yo— que pobló el planeta, no hace miles de años, sino posiblemente millones. Esta vez no se trataba de simples o complicadas teorías

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