Con la edad, las hembras de esta especie que han criado machos, producen menos leche y de menor calidad, lo que aumenta la mortandad de su descendencia futura.
Respecto a la especie humana, ya se sabía que durante el embarazo, las mujeres consumen un 10% de energía más cuando esperan a un niño que a una niña.
Los autores de esta investigación se proponen investigar ahora si este descubrimiento es extensible a la especie humana.
¿También en humanos?
Quieren saber si las madres que crían niños varones, también envejecen antes y tienen menos posibilidades de criar más hijos (o hijas) a medida que cumplen años.
A tenor de la investigación desarrollada con carneros, la respuesta parece ser que sí.
Si esto es así, habría que asumir que el envejecimiento femenino está relacionado en parte con la crianza de hijos varones.
Y que es la naturaleza la que marca el envejecimiento prematuro de las mujeres, porque es la que determina el sexo de la descendencia.
Las posibilidades de tener un niño o una niña no necesariamente cumplen con las leyes del azar en humanos y en muchas especies animales, señalan al respecto los investigadores.
En la naturaleza, la proporción de sexos, de hijos varones entre los recién nacidos, varía de acuerdo con muchos factores ecológicos, morfológicos o de comportamiento.
Todos estos factores inciden en el envejecimiento prematuro de las madres.
Primer paso
Para comprobar esta suposición, un equipo del Laboratorio de Biometría y Biología Evolutiva (Universidad Claude Bernard Lyon 1 / CNRS / VetAgro Sup) y de la Universidad de Sherbrooke (Canadá), analizó el efecto de los hijos machos en el envejecimiento materno.
Los investigadores se valieron del seguimiento a largo plazo realizado a una colonia de borrego cimarrón (Ovis canadensis) ubicada en Alberta, Canadá.
Establecido durante más de cuarenta años, este seguimiento ha permitido una evaluación precisa del proceso de envejecimiento.
Resultados: las hembras jóvenes muy productivas no solo envejecen más rápido, sino que el fenómeno se acelera si han criado más hijos que hijas.
En otras palabras, para el mismo número de borregos destetados entre dos y siete años de edad, la senescencia del éxito reproductivo se acelera a medida que aumenta la proporción de corderos machos.
Más aún, las hembras que han criado más machos cuando eran jóvenes, más riesgos corren sus futuros corderos de morir durante su primer invierno.
Los mecanismos detrás de estas diferencias observadas siguen siendo poco conocidos.
Una hipótesis se basa en la composición de la leche producida por las hembras que envejecen: la supervivencia invernal de los corderos depende mucho de la cantidad de energía que la madre asigna a la lactancia durante el verano.
A tenor de lo observado en esta investigación, las madres que tienen mucha descendencia al comienzo de su vida, y en particular si sus hijos son machos, producen leche de menor calidad y / o en menor cantidad a medida que van cumpliendo años.
El equipo de investigación se propone extender el campo de investigación a otros mamíferos, incluida la especie humana.
Ya se sabe que, en ciertas poblaciones preindustriales, las mujeres que dieron a luz a más hijos varones tuvieron una vida útil más corta. Ahora se trata de profundizar más en esta constatación.
Sons accelerate maternal aging in a wild mammal. Mathieu Douhard, et al. PNAS February 18, 2020. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.1914654117