Wayne: Bienvenidos a la Enseñanza Viva. La llamo Enseñanza Viva porque tiene que ver con esta energía viva que está aquí, y esta energía viva es experimentada a través de los cuerpos. Cada uno de nosotros tiene un cuerpo y una mente que nos permiten pensar y sentir, experimentar. En la India esta enseñanza se conoce como el sendero del conocimiento, Jnana. A menudo cuando hablamos del conocimiento nos referimos al intelecto, al poder de la mente. Pero este camino del conocimiento es realmente mucho más grande que eso. El conocimiento del que estamos hablando no sólo surge del intelecto, sino también de nuestro sentido intuitivo. Y podemos conocer cosas de forma tan poderosamente intuitiva como podemos hacerlo lógica e intelectualmente. La Enseñanza está operando a todos estos niveles. Está penetrando a través de ambos: el intelecto y el sentido intuitivo. Y tanto si hay charla como ausencia de charla, si hay pensamiento o ausencia de pensamiento, para mí no hay ninguna diferencia. No te anotas tantos por aquietar tu mente. No es el objetivo de esta Enseñanza. En la Enseñanza Viva la mente es aceptada junto con todo lo demás.
Esta Enseñanza es de inclusión total. Es eso lo que me resultó tan atractivo cuando me encontré por primera vez con mi Gurú Ramesh Balsekar, a quien conocí hace 25 años en Los Ángeles. Y a medida que él expresaba esta enseñanza, para mí era revolucionario porque era una enseñanza acerca de estar vivo. Así que no era solo un paquete de ideas y prácticas filosóficas o esotéricas, sino algo que existía poderosamente en la vida. Y este hombre era el presidente jubilado del Banco de la India, un hombre de mundo. Tenía una mujer, hijos y nietos. Practicaba golf, era un entusiasta de los deportes, un hombre interesado por todos los aspectos de la vida. No solo un hombre sentado en un ashram o una cueva, en algún lugar aislado del resto del mundo. Y la espiritualidad en la que estaba implicado era una que incluía la vida. Y eso fue lo que me llamó la atención, lo que era tan refrescante y atractivo para mí, porque yo, por mi temperamento, no me adaptaba a vivir en una cueva o al celibato en un ashram. No era mi idea de la vida. Pero también quería paz, y quería, básicamente, lo quería todo. Ésta ha sido una característica mía que me llevó en un período de mi vida al alcoholismo y a la adicción a las drogas, queriendo obtener todo. Y el mismo temperamento que casi me mató, me fue muy útil en esta enseñanza, porque estaba buscando más allá de lo limitado ―ideas limitadas de lo que puede ser la iluminación, o ideas limitadas de lo que es una vida espiritual― una definición mucho, mucho más amplia de lo que eso puede ser.
Lo que Ramesh estaba proponiendo era vivir totalmente, y comprender cómo fue que vivir totalmente es verdad. Todo aquello de lo que hablaba eran indicadores para ver eso, no solo para comprenderlo intelectualmente, sino para vivirlo, verlo, para tenerlo como una experiencia viva. A eso se refiere esta Enseñanza Viva, la comprensión de que esta experiencia de vivir es espiritual. Esto requiere una expansión de vuestra definición de espiritual, una expansión radical de vuestra definición de espiritual, porque tendemos a tener una idea de lo espiritual como bueno. Las cosas en que pensamos ―lo simpático, lo bueno, lo amable, lo cariñoso, lo suave― esas son las cosas espirituales. Y pensamos que lo duro, lo restrictivo, lo desagradable es material. La mayoría de nosotros tenemos muy arraigada la forma en que vemos la vida espiritual y cómo vemos la material.
Con suerte podemos dejar atrás estas limitaciones para darnos cuenta de que lo que somos, lo que todo es, es espiritual y eso incluye lo malo, las cosas negativas. Lo cual es bueno, porque al mirar en nuestro interior cuando estamos solos, nosotros solos y nadie más, cuando miramos lo que somos, inevitablemente vamos a ver cosas que consideramos negativas. Todos tenemos cualidades que no nos gustan, que nos inhiben, que nos hacen comportarnos de maneras en que nos gustaría no hacerlo, hacemos cosas que nos gustaría no hacer. Somos crueles con las personas a las que amamos, impacientes y malhumorados. Así que cuando nos damos cuenta de que esas cualidades se ponen allí, que son parte de lo que es, el juego cambia, la vida cambia, y nuestra completa actitud y punto de vista en la vida cambian. Y llega más paz, paz con quien somos y con lo que está ocurriendo, sin importar si nos gusta o no. Ésa es la paz de la aceptación, la aceptación de lo que es.
Una de las maneras en que yo hablo de esta energía viva, la cualidad que nos anima, es la metáfora del océano y la ola. Es importante para mi enseñanza. Y sé que algunos de vosotros estáis aquí por primera vez, así que quiero estar seguro de que estáis al tanto de lo que estoy hablando. En esta metáfora, todo lo que hay, es océano. Cuando el océano se mueve, es una ola. Las olas son las cosas del mundo. Todos los objetos que existen son olas. Así que el océano es la sustancia y las olas son la manifestación de eso. Son las cosas que son observables, las cosas a las que se puede apuntar y nombrar. Cada ola es diferente, así que puedes decir que esta ola es este ancho, este alto, este color, esta duración, esta forma. Puedes hablar acerca de las cualidades de estas diferentes olas. Y ya sea la ola una galaxia o una partícula subatómica, todo en el universo puede ser entendido como una ola o un movimiento del océano.
Lo importante que debemos recordar sobre una ola es que, cuando estás en la orilla y ves una ola dirigirse hacia ti, el agua no está realmente dirigiéndose hacia ti. Lo que se está moviendo hacia ti es energía. Es la energía que hace una ola. Puedes mirar una ola particular, y digamos que le das el nombre de Sandra. Sandra está allí, a ochocientos metros, y Sandra viene hacia ti. Pero esa Sandra que está a ochocientos metros de distancia, no es la misma colección de moléculas de agua que rompen en la orilla enfrente de ti. Todo lo que se está moviendo es energía, y esa energía tiene una forma que es observable y nombrable, pero lo que es, es energía.
Cada uno de nosotros con un nombre y una forma somos olas. Y una ola es simplemente un movimiento energético en el océano. Si puedes captar eso, entonces todo está claro. Ves lo que realmente eres. Pero ese es un gran «si», un gran, gran «si», porque como seres humanos algo peculiar nos sucede a la edad de dos años. Cada ser humano a la edad de dos años, repentinamente y sin previo aviso o causa comienza a sentir que él o ella es, no una ola, sino una entidad separada independiente, separada del océano, independiente del océano, separada de las otras olas, no como una ola, sino como una gota separada e independiente. Una vez que te sientes separado, entonces asumes que todo lo que observas está también separado. Todas las demás cosas que ves, asumes también no que son olas, sino cosas separadas e independientes, y ahí es donde comienzan todos los problemas. Y por problema quiero decir que es donde empieza nuestro sufrimiento, porque ya no vivimos la verdad, vivimos una mentira. El hecho de que esa mentira sea compartida por vuestros padres, vuestros profesores y vuestros líderes religiosos, no la convierte menos en una mentira. Todo el mundo está de acuerdo en que somos entidades separadas e independientes capaces de hacer que las cosas sucedan por nuestro propio poder independiente. La pregunta es, ¿es eso verdad? Y ésa es la pregunta de esta Enseñanza: ¿es eso verdad? Cuanto más de acuerdo está todo el mundo, más intensamente lo sentimos, pero la pregunta permanece: ¿es eso verdad? Y la Enseñanza Viva es una colección de indicadores que te animan a mirar por ti mismo.
Debo advertiros que no es fácil, y que no recibiréis apoyo de los que os rodean o del conjunto de la sociedad, todos los cuales han invertido mucho en la mentira. Las posibilidades son razonablemente buenas de que, si estáis aquí, estáis aquí porque se ha formado una grieta en el sólido muro de certeza sobre cómo son las cosas. Cualesquiera experiencias hayáis tenido, llegó un momento en que comenzaron las preguntas. Comenzasteis a mirar lo que está pasando realmente. No puedo deciros lo raro que es que ocurra algo así. Llevo involucrado en esta enseñanza durante casi 25 años. Viajé extensamente con mi gurú Ramesh. Durante unos años fui su guía en sus giras por Estados Unidos, y organizaba sus retiros y cosas. Un día, bastante inexplicablemente, sugirió que yo empezase a hablar acerca de su tema, y llevo haciendo eso durante los últimos 12 ó 13 años. He viajado a lo largo de todo el mundo y hablado con gente en todas partes. Y lo que puedo deciros es que es excesivamente, excesivamente raro que haya algún punto de entrada para la idea de que, «Tal vez, solo tal vez, no soy el dueño de mi destino. Quizá, solo quizá, no soy una entidad separada independiente con autoría». Pero ocurre. Mientras hablo, o no hablo como podría ser el caso, me gustaría hacer una invitación abierta a que si algo surge en vosotros, una pregunta o un comentario, un deseo de compartir algo relacionado con lo que estamos hablando, por favor, no lo dudéis, porque esto es verdaderamente una Enseñanza Viva. No estoy aquí para dar una conferencia, os lo aseguro.
Pregunta: Has mencionado que esto es extremadamente raro. Me pregunto por qué es tan excepcional. Algunas personas son intelectuales, otras son devocionales. ¿Crees que la mayoría de la gente es devocional?
Wayne: Cuando hablo acerca de esta grieta ―tanto si es explorada a través de Bahkti, devoción, o conocimiento a través de Jnana, o a través del servicio o del karma, o a través del cuerpo, de Hatha yoga― lo que estoy diciendo es que la grieta en sí misma es rara. Y todos estos caminos, el camino de la devoción, el camino del conocimiento, el camino del servicio, el camino del cuerpo, no están separados o compartimentados. Son parte de un continuum y se desplazan de uno a otro, y cada uno tiene todos esos componentes dentro de sí. Es solo que algunas personas tienen una fuerte tendencia hacia un aspecto o hacia el otro, basada en su personalidad. Pero todo el mundo tiene todos ellos.
Pregunta: Has hablado acerca de vivir una mentira. ¿Cómo puede haber una mentira, porque eso implica que hay algo más, y en la no dualidad se supone que no hay nada más? Ahí es donde me bloqueo.
Wayne: En eso es donde a menudo nos atascamos en la enseñanza, porque tenemos lo relativo, lo dualista en lo que hay opuestos polares, verdad y falsedad, enfermedad y salud, bueno y malo. Son los opuestos polares que hacen posible la vida, y a lo que estamos apuntando es a la Unicidad más allá de la dualidad. La Unicidad es el todo que es el contenedor de la dualidad. Así que cuando lo vemos desde una perspectiva no-dual dirías, «¿Cómo puede ser relativo? ¿Todo es uno?» Y ciertamente hay la apariencia de muchos. Y ésta es la increíble, la bella paradoja que está implícita en estar vivo. En la experiencia dualista hay una apariencia de separación, una apariencia de esto y aquello, incluso aunque inherentemente todo es Uno. Por eso me gusta tanto la imagen del océano y las olas, porque con esta imagen puedes tener ambos, puedes tener billones de olas cada una diferente, cada una única, cada una con cualidades y características distintas y, aun así, ¿qué son? Todo lo que es una ola, es océano, es todo lo que es, un movimiento energético de océano. Y he dicho antes, una ola no es ni siquiera una bolsa de agua moviéndose, lo que llamamos una ola es simplemente un movimiento de energía a través del océano. Ni siquiera tiene una sustancia identificable excepto en el momento de la observación.
Pregunta: Bueno, parece que intelectualmente puedo captar que la dualidad es parte de la Totalidad, pero la comprensión intelectual no es suficiente. Pienso que la comprensión tiene que ser más intuitiva, la comprensión intelectual no es suficiente.
Wayne: Pero es un comienzo, un buen comienzo.
Pregunta: Sería bueno hablar acerca de la compresión intuitiva. Parece que es una corazonada, y una corazonada sucede o no sucede…
Wayne: La corazonada es equivalente a la comprensión intelectual. Equivalente en el sentido de que va y viene. Es relativa, pero no es la Comprensión Final. Es un indicador o trampolín, incluso esta revelación intuitiva. Ahora la cuestión sobre estas revelaciones intuitivas es que parecen expansivas. No son restringidas o limitadas como la comprensión intelectual. Parte del atractivo para la gente con este tipo de mente es que la comprensión intelectual es finita, tiene límites, puedes jugar con ello y absorberlo, puedes interiorizarlo y decir: «Lo tengo». Las revelaciones intuitivas son mucho más expansivas, pero son también de naturaleza dualista. Si son experimentadas, entonces es que son de naturaleza dualista. Y, como tales, solo pueden ser indicadores, de la misma forma que la comprensión intelectual puede ser un indicador hacia esta cosa más amplia y todo-inclusiva que llamamos Comprensión Final o Verdad.
Pregunta: Así que no puedes definir la comprensión final, no es intelectual, no es intuitiva.
Wayne: No, no puedes. No es nada y a la vez es todo. Así que empiezas a sonar como un sabio o como un idiota, que son dos tipos de personas a menudo difíciles de distinguir.
Pregunta: Así que cuando no seguimos nuestros instintos, ¿es eso lo que causa sufrimiento a la edad de dos años, no seguir nuestros instintos?
Wayne: Veo a muchos niños de dos años cuyo instinto es golpear a otros niños en la cabeza y quitarles su juguete. Parte del proceso de socialización es resistir ese instinto porque tiene implicaciones sociales y eso es parte del desarrollo humano.
Pregunta: ¿Son las emociones y los instintos dos cosas diferentes?
Wayne: Creo que no es cuestión de que nuestra naturaleza intuitiva no esté desarrollada con el mismo énfasis, socialmente, como lo está nuestro desarrollo intelectual. Y puede haber formas, varias terapias y prácticas que puedes emplear para impulsar tu sentido intuitivo, de la misma manera que hay varias prácticas para agudizar tu capacidad intelectual. Pero en lo que concierne a la enseñanza, a la edad de dos años desarrollamos un sentido que predomina sobre ambos, nuestro sentido intuitivo e intelectual, y es lo que yo llamo la falsa sensación de autoría (FSA). Y la falsa sensación de autoría reclama lo que surge. Ya se trate de una intuición o algo intelectual, la FSA lo reclama y dice: «Soy responsable de eso. Estoy haciendo eso. Estoy controlando eso». Es un sentido sutil y es particularmente difícil identificarlo porque ha estado contigo desde que tenías dos años y está integrado en ti, en tu identificación de quien eres. Así que esa reclamación de ser una entidad separada independiente con autoría, capaz de conocer cosas intuitivamente, capaz de conocer cosas intelectualmente, es lo que surge a la edad de dos años y lo que provoca el sufrimiento humano. Por eso el énfasis de la Enseñanza se pone en ese aspecto.
Pregunta: A medida que la FSA disminuye, ¿percibes que tu apego a tu familia, a tus relaciones, cambia sustancialmente mientras la FSA disminuye?
Wayne: Las reacciones al cuestionamiento de la FSA y a la disminución de su validez, esas reacciones estaban todas sobre la mesa, porque en mi caso había una fuerte resistencia a ese suceso, «flipping y flopping» como lo llamaba Ramesh. Y parte de esa experiencia era un distanciamiento, una des-identificación, una especie de aplanamiento de las cosas o de indiferencia emocional. Lo que pasa es que la FSA dice; «No estoy a cargo, así que nada tiene realmente ningún valor ni ningún significado, es todo simplemente lo que ocurre, todo simplemente es. No estoy ahí haciéndolo y controlándolo, entonces solo soy una marioneta, y nada tienen ningún valor o significado particular porque todo lo de valor o significado está ligado a mí».
Pregunta: Eso me sucedió a mí inicialmente leyendo tus libros, esa fue mi primera respuesta.
Wayne. No estás solo en eso. Mucha, mucha gente cuenta lo mismo. Es una reacción muy, muy común y entonces, a medida que la FSA comienza a debilitarse, plantea otra estratagema. Dice: «Te van a ocurrir cosas malas porque yo no estoy aquí para protegerte y garantizar que tus intereses son lo más importante. Vas a ser como los restos de un naufragio en el río de la vida y cualquier cosa se presente va a sucederte a ti, y no estaré aquí para hacer las cosas bien». Lo que es tan fraudulento, porque si la FSA es esa gran protectora, entonces ¿por qué me ha ocurrido toda esa mierda en los últimos 50 años? Si estás aquí, protegiéndome de las miserias de la vida, ¿cómo es que las cosas malas siguen ocurriendo? Así que la FSA no resiste el escrutinio. Pero el hecho es ¡que es una reclamación muy fuerte y poderosa¡