Sólo una de las múltiples farmacéuticas que están fabricando (y vendiendo muy bien) las vacunas de la Covid ha accedido a enseñar su contrato con la Unión Europea. Y sólo en parte. Se trata de la empresa CureVac en cuyo accionariado está el Estado alemán. Estos acuerdos siguen siendo secretos pese a las generosas ayudas estatales y a que las vacunas las paga la población.
No es algo nuevo, ya ocurrió hace más de diez años cuando se produjo aquella pandemia que por suerte entonces no fue tal, como luego se documentó, de la llamada gripe A. Los millonarios contratos con los diferentes laboratorios que fabricaron las inmunizaciones fueron secretos. Poco, muy poco se ha avanzado desde entonces.
Como cuenta la eurodiputada Sira Rego en este hilo de Twitter, esta semana los políticos europeos que lo deseen podrán ver el contrato de la citada farmacéutica CureVac con la Comisión Europea (CE) para suministrar su vacuna para la COVID-19. Los eurodiputados llevan meses pidiendo transparencia a la CE respecto a esos contratos, pero lo único que hemos podido saber ha sido gracias a filtraciones involuntarias como en el caso de una ministra belga que nos permitió saber el precio de cada dosis.
En efecto, la ministra belga de Presupuestos, Eva De Bleeker, ha desvelado los diferentes precios secretos de las vacunas que la CE ha negociado con los laboratorios, una lista confidencial que colocó en Twitter y que borró después, reconociendo que había sido «demasiado transparente».
Según esa lista, el precio de las dosis de la vacuna de AstraZeneca-Oxford se eleva a 1,78 euros, el de Johnson & Johnson alcanza los 6,9 euros, el de Sanofi-GSK a 7,56 euros (unos 9,3 dólares) y el de CureVac a 10 euros (unos 12,2 dólares). La dosis de la vacuna de BioNTech-Pfizer, costaría 12 euros (unos 14 dólares) y son necesarias dos dosis por persona como se hace en España. Las de Moderna, 14,6 euros.
Quizá esto es lo que quieren a toda costa ocultar las farmas, aunque muy probablemente en esos contratos haya otras «sorpresitas». ¿Qué van a poder ver exactamente los eurodiputados? Pues una versión «redactada» del contrato (esto es, una versión con partes eliminadas), durante sólo tres días y sólo en franjas horarias concretas, cuenta Rego.
Por supuesto, todo ello bajo unas condiciones estrictas:
nada de teléfonos móviles o cámaras, sólo podemos llevar folios y un lápiz y nos obligan a firmar previamente un contrato de confidencialidad que nos prohíbe difundir nada de lo que leamos en el contrato».
Vaya que para ver contratos secretos que deberían ser públicos, porque el precio de esos productos sanitarios los paga el público (e incluso se han fabricado con dinero público), los políticos -representantes públicos- tienen que firmar un contrato que siga manteniendo el secreto de esas empresas privadas. ¿Alguien entiende la utilidad de ver esos acuerdos pues?
Hay que recordar, por si alguien no lo sabe, que la CE es el Gobierno de la Unión Europea:
como siempre ocurre en este tipo de negociaciones tan opacas y oscuras llevadas a cabo por la Comisión Europea, una siempre termina pensando lo mismo: si tanto les cuesta ser transparentes, será porque algo tendrán que ocultar«, concluye la política.
Es que ni siquiera en la nota de prensa del Parlamento Europeo hay claridad sobre este asunto. Para muestra este botón, a ver quién lo entiende:
Se abre una sala de lectura para los eurodiputados que deseen revisar los contratos de vacunas: actualmente hay un contrato disponible (CureVac) y otros se liberan a la espera del acuerdo de las empresas farmacéuticas».
No existe transparencia y no sabemos por quienes estamos gobernados y con qué fin lo hacen pero con el de la salud pública no, ya que ellos mismos están creando dudas y desinformando sobre las vacunas que luego quieren que la gente acepte mayoritariamente.
Contratos secretos y censurados entre la UE y las farmacéuticas por las vacunas Covid
Están cometiendo un genocidio y el que no lo vea o es muy corto o es un vendido que actúa por intereses, espero que Iker Jiménez y Gaona sean los primeros en la cola para vacunarse de verdad.