Uno de los casos más extraños y desconcertantes del folclore ovni es la historia de un soldado raso, Gerry Irwin. A continuación te contamos los detalles.
Hay algunas historias en la vida que están tan llenas de giros en la trama y fenómenos extraños que parece casi seguro que no podrían ser ciertas. Tal es el caso de la historia que se encuentra en el libro No Return: The Gerry Irwin Story escrito por David Booher.
Pero el libro no es un cuento de ficción, más bien es una mirada intrigante a un evento misterioso en la vida de un hombre llamado Gerry Irwin y los eventos aún más extraños y a menudo tristes que tuvieron lugar después…
Los párrafos iniciales del prólogo del libro, escrito por el célebre ufólogo Jaques Vallée, relatan lo siguiente:
El 21 de febrero de 1959, un hombre llamado Gerry Irwin se despertó en un hospital de Utah con la mente en un estado de profunda confusión. Había estado inconsciente durante todo el día y la noche, tiempo durante el cual las enfermeras lo habían oído murmurar incoherentemente sobre una «chaqueta en un arbusto». Cuando su condición mejoró, su primera pregunta fue: «¿Hubo sobrevivientes?» Todo lo que recordaba era que había detenido su automóvil porque se estaba cayendo un avión.
Gerry Irwin era un técnico de la base de misiles de Nike en su camino de regreso a su cuartel en Fort Bliss, El Paso, Texas. Cuando vio el objeto brillante en el paisaje extrañamente iluminado, detuvo su automóvil, escribió una nota que colocó en el volante (“Fui a investigar un posible accidente aéreo. Llame a la policía”) y usó betún para zapatos para garabatear «PARE» en el costado del vehículo antes de comenzar a caminar. Un grupo de búsqueda lo encontró inconsciente. No tenía chaqueta. No hubo accidente de avión.
Tras el incidente inicial de aquel fatídico febrero en el condado de Iron, Irwin fue declarado físicamente sano y devuelto a su base en Texas, donde fue ingresado en la sala psiquiátrica. Allí fue monitoreado durante unos días y se le dio un certificado de buena salud. Pero las cosas nunca volverían a ser iguales para el soldado después de ese incidente.
Tiempo perdido
Tras regresar a Texas, Irwin sufriría episodios de amnesia, desmayos y terminaría hospitalizado en el pabellón psiquiátrico de la base más de una vez. En una ocasión, en lo que los libros describen como un «trance», Irwin se ausentó sin permiso y tomó un autobús de Texas a Cedar City, regresando al lugar del incidente original.
Finalmente, el soldado abandonaría su puesto y desaparecería.
«La historia de Irwin no es muy conocida, aunque tiene todas las características de lo que más tarde se llamaría abducción extraterrestre o de ovnis», señala Booher.
«No se registraron eventos de ese tipo en 1959 —cabe recordar que la abducción del matrimonio Hill, considerada como la primera importante registrada, tuvo lugar en 1961—. No podría haber sido una noción preconcebida», agrega.
«Aunque podría haber sido la influencia del gobierno o experimentos de control mental», especula también el escritor. Y el libro analiza de cerca todos estos escenarios.
Irwin, de hecho, abandonó su puesto, pero no desapareció por completo. Y gracias a Booher, su historia tampoco lo hará.
El autor recuerda haber descubierto este «encuentro cercano» en el desierto del sur de Utah, en 2013, cuando leía una de las obras de Vallée. El escrito del ufólogo se fecha en 1988 y se basó en los informes del investigador James Lorenzen.
Los relatos del encuentro de Irwin fueron pocos y distantes entre sí y Booher afirma en su libro que le pareció notable que no se hubiera llevado a cabo ninguna investigación adicional del evento. Era un enigma fascinante que no lo dejaría descansar, por lo que decidió ver si al menos podía localizar a un pariente de Irwin y obtener algunas respuestas.
Pero, en lugar de un pariente, Booher encontró al propio Irwin. Y para su asombro, aceptó ser entrevistado para el libro.
Booher describe a Irwin como muy comunicativo al contar su historia. Pudo escuchar el relato de primera mano, desde que Irwin fue testigo del objeto brillante que creyó el accidente de una aeronave, hasta el punto de regresar a Texas. Pero es allí donde los recuerdos de los hechos traicionan la memoria.
Además de examinar las posibilidades de la abducción extraterrestre y los experimentos de control mental del gobierno, No Return analiza en profundidad la importancia de la memoria para dar forma a los eventos que modelan la vida de una persona.
En un extracto del libro se lee:
La historia que estás a punto de leer depende de una facultad resbaladiza que la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo, damos por sentado. Sin embargo, incluso en las mejores circunstancias, puede eludirnos, y hay ocasiones en las que parece fallarnos por completo. Este es el maravilloso pero errático regalo que llamamos memoria.
Y en este caso, está en la memoria de un —ahora— anciano, que fue el posible sujeto de extraños experimentos —ya sean de origen mundano o extramundano— en los que se basa No Return. Pero Booher hizo su investigación e incluso Irwin le concedió permiso para recuperar sus registros de servicio militar, que fueron fundamentales para unir partes de la historia.
El libro está lleno de interesantes hipótesis sobre lo que le pudo haber sucedido aquel día de 1959 y en los meses siguientes, pero se aleja de todo lo concreto, dejando espacio para que el lector saque sus propias conclusiones:
«Vio algo; nada más y nada menos que una extraña luz en el cielo», dice un párrafo del libro. «Y como nos advierten estos relatos, aquellos que se encuentren con tal luz nunca volverán a ser los mismos»…
Fuente: St. George Utah. Edición: MP.
El caso de Gerry Irwin: ¿abducción extraterrestre o experimento de control mental?