Los ministros de Relaciones Exteriores de China han celebrado tradicionalmente el nuevo año visitando el continente africano. La gira africana de Wang Yi en 2022 comienza con Eritrea en el contexto de la estrategia de Estados Unidos en el Cuerno de África para hacerse con el control del Mar Rojo, estratégicamente vital, que conecta el Océano Índico con el Canal de Suez.
Eritrea y China son amigos cercanos. China fue un partidario del movimiento de liberación de Eritrea desde la década de 1970. El presidente de Eritrea, Isaias Afewerki, el revolucionario veterano que dirigió el movimiento independentista, había recibido entrenamiento militar en China. Más recientemente, Eritrea fue uno de los 54 países que respaldaron la política de Hong Kong de China (frente a 39 que expresaron su preocupación en un bloque occidental rival) en la Asamblea General de la ONU en octubre de 2020.
En noviembre pasado, Eritrea firmó un memorando de entendimiento con China para unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. El vecino Djibouti ya es un participante importante en el BRI. También lo es Sudán a lo largo de la costa del Mar Rojo.
La relación entre Etiopía y Eritrea es fundamental para la cohesión regional en el Cuerno de África. Ha sido una relación conflictiva, pero China, que también tiene estrechos vínculos con Etiopía, está bien situada para meditar la reconciliación.
Una opinión común es que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, logró una sorprendente victoria en el conflicto con el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF), respaldado por Estados Unidos, con la ayuda de drones armados suministrados por los Emiratos Árabes Unidos, Turquía e Irán. Pero las guerras civiles se ganan sobre el terreno. Y el eje político-militar entre Etiopía y Eritrea para enfrentarse al TPLF resultó ser el factor decisivo. China alentó el acercamiento entre Addis Abeba y Asmara.
Efectivamente, los dos líderes entendieron que tienen una congruencia de intereses para frustrar al TPLF, que es un representante estadounidense para desestabilizar sus países y desencadenar cambios de régimen. (Lea el análisis en CounterPunch titulado Conflicto de Etiopía por diseño de EE . UU .).
Washington está muy disgustado de que la influencia de China en Djibouti esté en aumento y le molesta que el régimen marxista de Isaias Afewerki mantenga a Estados Unidos a distancia.
El Cuerno de África tiene una gran importancia estratégica y Etiopía se encuentra en su centro. Desestabilizar Etiopía e impactar a toda la región; instalar un régimen dictatorial expansionista etnocéntrico (TPLF); sembrar división y envenenar la atmósfera de comprensión mutua y cooperación que se está construyendo dentro de la región: esta es la agenda neocolonial.
El presidente Uhuru de Kenia, hablando en la toma de posesión del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, dijo: “Etiopía es la Madre de la independencia africana … para todos nosotros en el continente, Etiopía es nuestra Madre … Como sabemos, si la Madre no está en paz , la familia no puede estar en paz «.
Estados Unidos va por las venas yugulares de la Madre del África poscolonial. Una analogía sería desestabilizar a India para hacerse con el control de la región del sur de Asia, con la diferencia de que Etiopía es el único país africano que nunca ha sido colonizado.
La repulsión generalizada entre los afganos de todo el continente es palpable por el hecho de que Estados Unidos utilice su poder del TPLF para desestabilizar a Etiopía. Su grito colectivo es «No más»: no más colonialismo, no más sanciones, no más desinformación, no más mentiras de la CNN, BBC, etc. El grito resuena ampliamente entre los etíopes, eritreos, sudaneses, somalíes, kenianos y amigos. de Etiopía.
La paradoja es que Etiopía tiene hoy un gobierno elegido democráticamente después de décadas de violencia bajo el TPLF que gobernó con mano de hierro durante más de 30 años con el respaldo de Estados Unidos. La gente de Tigray en realidad suman solo el 5% de la población de Etiopía, pero esos detalles eran irrelevantes para Washington mientras el gobierno de Addis Abeba obedeciera su dictado.
También hay un subtexto religioso. La gente de Tigray son cristianos, mientras que el grupo étnico más grande de Etiopía es el Oromo, originario de la región de Etiopía y Kenia. Son un pueblo cusita que ha habitado el este y el noreste de África desde al menos principios del primer milenio. La gente de Oromo tiene una historia gloriosa de resistencia forzada a la conversión religiosa, principalmente por exploradores europeos, misioneros cristianos católicos.
En términos generales, la ideología de la resistencia está incrustada en la memoria colectiva Oromo. Abiy Ahmed es el primer oromo étnico en convertirse en primer ministro. El premio Nobel Abiy Ahmed es un político extraordinario, con visión de futuro y profundamente comprometido con la soberanía nacional de la identidad plural de su país.
En términos geopolíticos, Washington vería muchas ventajas en la desestabilización de Etiopía, ya que desencadenaría una conflagración regional de múltiples vectores, como sucede cuando las naciones multiétnicas se deshacen, como la ex Yugoslavia o la India o Rusia de hoy. Y los países vecinos serían inevitablemente arrastrados a guerras étnicas como Sudán, Eritrea, Djibouti, Somalia y Kenia, e incluso Egipto y los estados del Golfo Pérsico.
El hecho de que los Emiratos Árabes Unidos, Turquía e Irán, aliados improbables, estén apoyando el esfuerzo desesperado de Abiy por preservar la soberanía y la cohesión nacional de Etiopía y ayudó a impulsar su campaña militar para evitar otro intento del TPLF respaldado por Estados Unidos de capturar el poder lo dice todo.
En esta matriz, mientras que EE.UU. apunta a dominar el Cuerno de África enormemente estratégico, el “Plan B” será el saboteador al poner a la región en un caos de modo que China también sea un perdedor. El caso es que el mundo occidental no tiene respuesta al BRI de China.
China y Etiopía tienen una fuerte afinidad política y profundos vínculos económicos, y Etiopía es uno de los cinco principales destinos de inversión de China en el continente africano. Más allá de la inversión, las relaciones se extienden al comercio, la financiación de la infraestructura y otras áreas. El compromiso económico con China ha brindado a Etiopía muchas oportunidades.
Curiosamente, incluso antes del advenimiento del BRI, China ya era uno de los principales financiadores de la infraestructura de Etiopía. La inversión china en el sector manufacturero, por cierto, una de las áreas de enfoque del gobierno de Abiy en la actualidad, ha contribuido a la transformación y diversificación económicas del país y a la creación de empleo.
Un informe reciente del conocido grupo de expertos mundial ODI con sede en Londres titulado The Belt and Road and Chinese Enterprises in Ethiopia estima que el BRI de China “tiene el potencial de abrir nuevas vías de desarrollo a través del desarrollo de infraestructura, estimulando la inversión y la creación de empleo y promover la transformación económica… BRI puede ser un motor para el crecimiento y el desarrollo. Sin embargo, esto no es un hecho … «
El informe de ODI, con fecha de agosto de 2021, concluye: “Los inversores chinos están preocupados por la incertidumbre económica y política en Etiopía. La incertidumbre política tiene que ver con los conflictos internos y la inestabilidad política, que pueden afectar no solo la rentabilidad de los inversores, sino también su seguridad personal y la seguridad de sus activos. Los desafíos económicos se relacionan con los altos costos de producción y transporte y las dificultades para acceder a las divisas, que es un problema para prácticamente todas las empresas chinas en el país. Los desafíos identificados por los inversores chinos podrían representar una amenaza para el desarrollo sostenido de la cooperación económica entre China y Etiopía «.
En pocas palabras, si hay caos en Etiopía, la locomotora del BRI de China en las vastas regiones del Cuerno de África y África Oriental puede ralentizarse potencialmente si no descarrilarse. Eso es lo mínimo que Estados Unidos puede hacer frente a la sombría perspectiva de que no tiene una oferta alternativa que hacer a las naciones africanas para contrarrestar el BRI.
Si la locomotora BRI avanza sin obstáculos, todo el proyecto neocolonial occidental en África en el siglo XXI está amenazado de extinción. La angustia existencial se muestra en el anuncio de la Administración Biden en la víspera de Año Nuevo de poner fin al acceso de Etiopía al programa de comercio libre de impuestos de EE. UU. En virtud de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África de EE. UU. (AGOA) «en medio del creciente conflicto en el norte de Etiopía».
El presidente Biden ya había amenazado en noviembre con que Etiopía quedaría aislada de la AGOA debido a presuntas violaciones de derechos humanos en la región de Tigray. ¡Biden habló con absoluta desesperación en anticipación de la visita de trabajo de Wang Yi a Etiopía el 1 de diciembre!
Fuente: The Indian Punchline
https://orientalreview.org/2022/01/08/neocolonialism-haunts-horn-of-africa/