¿Funcionan las relaciones abiertas?

¿Qué son las relaciones abiertas? ¿Cuál es su impacto real? ¿Cómo han trasformado nuestra idea del amor? En este artículo te lo contamos.
¿Funcionan las relaciones abiertas?

Solo una vez me han propuesto una relación abierta…, dije que no. Y fueron muchos los factores que tuve en cuenta para rechazar la propuesta. Sin embargo, una de las cosas que más influyó en mí fue el miedo. El miedo junto a la incomprensión.

¿Relaciones abiertas? ¿Qué sentido tienen? ¿Son solo un espacio para entregarse a la lujuria o en verdad es posible construir diferentes relaciones al mismo tiempo, todas significativas? Hoy exploro estas preguntas, al menos en primer lugar desde la teoría. Aquí vamos.

¿Qué son las relaciones abiertas?

Una relación abierta es una forma de vincularse entre personas en la que todas aceptan que quienes forman parte de esa relación puedan tener otras relaciones que se pueden considerar como románticas o dentro del terreno de las relaciones de pareja, sin que se conciban como una infidelidad. Se contrapone a la concepción normalizada de las relaciones en la que impera la exclusividad sexual y afectiva.

El término que engloba la diversidad de modos de relacionarse así es amor libre. El amor libre es “una forma de relacionarse sexo-afectivamente de una manera honesta y consensuada en la que no se presupone la propiedad de las personas con quienes se establecen vínculos, ni de sus sentimientos, acciones o pensamientos” (Ferrario, 2018. pg.3).

Lo más probable es que existan tantas relaciones abiertas como cuantas parejas las practiquen. Así las cosas, ¿para qué una relación de este tipo?

“Solo podemos aprender a amar amando”.

-Iris Murdoch-

Pareja hablando

El sentido de una relación abierta

Puede ser una manera de explorar la sexualidad y los afectos, así como una manera de seguir fortaleciendo la comunicación y la confianza. Sé que suena confuso y difícil. Y la verdad es normal que así sea, pues lo único que jamás discutimos ni pusimos a prueba fue cómo sucedía el amor.

Y (hablo a partir de mi propia experiencia) es que siempre tuvimos la idea de un amor entre dos. Caracterizado por la entrega infinita y valiente de los príncipes azules. Es decir que, además de crecer con la idea de exclusividad en nuestras relaciones afectivas y sexuales, crecimos con la idea irreflexiva de que el amor sería para siempre…

Sin embargo, ¿cuántos matrimonios se separan porque vivir ese sueño es tremendamente complicado? Hago esta pregunta para que entendamos de una vez por todas que no se trata de qué tipo de relación hablemos; más allá de ello, todos los vínculos humanos vienen con complejidades.

En definitiva: diría que es una opción para aquellas parejas que, ante la realidad de la atracción de los cuerpos, no se asustan y deciden disfrutar de su relación y de la relación con otros sin que signifique amar menos o querer mal.

Los retos de una relación abierta

El primer reto es el que ya hemos mencionado antes: es difícil sobreponerse a la norma común. Lo primero a superar serán los comentarios de los otros. Y luego, los comentarios de los otros, pero internalizados en nuestros hábitos de cómo querer.

Celos, inseguridades y miedos pueden aflorar. Por eso, es importante entender que esta nunca será una herramienta para salvar una relación. De hecho, las relaciones abiertas deben surgir dentro de un contexto de plena y total confianza, tanto en sí mismo como en el otro.

Los retos son muchos y es por eso que las bases existentes deben ser fuertes y sólidas. Para ello, tenemos una herramienta que ayuda mucho, aunque no sea infalible: la comunicación. Y así como en las relaciones en las que se practica la exclusividad y la monogamia la comunicación es crucial, en las relaciones abiertas esta será una herramienta igual de importante para que aquella decisión se disfrute plenamente.

1. Dar el primer paso

Que las relaciones abiertas sean honestas y consensuadas implica que existe una voluntad mutua para que todo fluya de la mejor manera. Esto presupone las bases fundamentales de un acuerdo.

Si estás dispuesto o dispuesta, tú y tu pareja, a dar el primer paso, dejaremos a continuación puntos claves a pensar a la hora de tener una relación abierta.

2. Partir de una relación estable

Insisto en este punto porque es crucial dejar claro que una relación abierta no es una salida para una relación que esté en crisis. Las relaciones abiertas requieren de confianza y un vínculo fuerte. Además: una relación abierta no debe ser algo impuesto, sino algo que ambas partes buscan, dialogan y practican.

Celos, estrés emocional o sensación de abandono son algunas de las emociones que reportan quienes no tuvieron una grata experiencia con este tipo de relaciones. Pero para eso la escucha en las relaciones abiertas debe ser abierta y sin prejuicios, pues lo cierto es que se ponen sobre la mesa temas de los que huyen las relaciones monógamas.

3. La comunicación

El puente que permitirá que todo fluya de manera sana, responsable y gratificante será la comunicación. Desde el momento en que se busca la opción de una relación abierta, las reglas que se plantean—que paradójicamente suelen ser más complejas que las de una relación monógama— y los acuerdos que se alcanzan se tejen a través del diálogo.

Es muy importante establecer un mínimo acuerdo de cuidado e higiene sexual, pues no queremos que la libertad nos cueste el placer y la plenitud de la vida. Así que la comunicación es el puente que permite conectar y buscar las soluciones para la relación que se busca y se anhela.

Y este puente será tan grande o tan pequeño como cada parte dé y reciba. ¿No crees que sea necesario que todo se cuente? ¿Sabes hasta dónde puedes abrirte con tu pareja respecto de tus otras relaciones? Estas son preguntas que pueden surgir en el camino.

Por eso, es clave que las personas involucradas se conozcan, pero que persigan con voluntad continuar conociendo a su pareja. Así, ambos pueden saber hasta dónde quieren y pueden llegar.

Pareja hablando de sus problemas

4. La escala de prioridades

Y si bien es cierto que la libertad de conocer y disfrutar la vida junto a otras parejas afectivas y sexuales abre un abanico de libertad más grande que el de las relaciones de exclusividad, es importante recordar que sigue existiendo la figura de una pareja principal.

Hay que cuidar ese amor para que florezca. De nada servirá haber propuesto una relación abierta si aquello se deshoja por falta de cuidados. Así que dentro de la libertad es también crucial tener claras las prioridades.

¿Sigues con dudas e inquietudes? Lo sé, tal vez no es para todos ni todas. Aunque lo cierto es que tan solo hay una forma de saber si algo funciona y es intentándolo. Espero que esta guía ayude en tal camino.

“Es más fácil quedar bien como amante que como marido, ya que es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días”.

-Honoré De Balzac-

https://lamenteesmaravillosa.com/funcionan-relaciones-abiertas/

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