Uno de los elementos más importantes para que se desarrollara la vida en nuestro planeta es el oxígeno; sin embargo, en la era Neoarqueana, hace entre 2.800 y 2.500 millones de años, este era casi inexistente. Actualmente, se sabe que este gas conforma cerca del 21 % de la atmósfera, pero los procesos geofísicos que subyacen a la oxigenación de la Tierra continúan siendo objeto de debate.
En este contexto, un equipo internacional de investigadores ha propuesto que el oxígeno, al menos buena parte de este, pudo ser producido como resultado de la intensa actividad tectónica característica de la Tierra primitiva, que, al sacudir y destruir la corteza terrestre, produjo magmas con altos contenidos de oxígeno y agua.
Según detallan los científicos en un artículo publicado en Nature Geoscience, actualmente un fenómeno conocido como tectónica de placas causa que la corteza terrestre se hunda en el manto de la Tierra, en puntos de convergencia llamados zonas de subducción. Sin embargo, no había pruebas de que este proceso hubiese tenido lugar hace 2.700 millones de años.
En busca de oxígeno primitivo
Para comprobar si los sedimentos de la era Arcaica pudieron formar magmas oxidados a través de este proceso, los expertos analizaron los pequeños cristales de apatita, de tamaño similar al de una célula humana, atrapados en cristales de circón en rocas granitoides de entre 2.750 y 2.670 millones de años, recuperadas del fondo marino frente a la costa atlántica canadiense.
Puesto que los cristales de circón conservan pistas sobre los entornos en los que se formaron y proporcionan dataciones precisas de las propias rocas, los científicos lograron determinar, luego de medir las concentraciones de azufre, si la apatita contenida en estos se produjo a partir de magma oxidado.
Los resultados de espectroscopia de absorción de rayos X sugieren que la concentración de azufre en el magma, que inicialmente era prácticamente nulo, aumentó a 2.000 partes por millón hace alrededor de 2.705 millones de años.
Asimismo, el hallazgo de grandes cantidades del ion de azufre S6+ indica que este provino de una fuente oxidada, lo que coincidía con los datos de los cristales de circón anfitriones.
Estos hallazgos, detallan los autores en un artículo publicado en The Conversation, confirman que la falta de oxígeno disuelto en los depósitos oceánicos del Arcaico no impidió la formación de magmas oxidados ricos en azufre en las zonas de subducción. El oxígeno de estos magmas, señalan, “debió proceder de otra fuente y, en última instancia, se liberó a la atmósfera durante las erupciones volcánicas”.
Un nuevo estudio sugiere un origen insospechado del oxígeno que respiramos