El estudio de los primates no deja de ofrecer gratas sorpresas. Investigadores de las Universidades de Viena y St Andrews han publicado en la revista Animal Behaviour un revelador descubrimiento. Durante meses siguieron la conducta en su hábitat natural de la comunidad Waibira de chimpancés en el bosque de Budongo (Uganda). Los primatólogos eran conscientes de que muchas especies animales emplean señales acústicas y no vocales para transmitir información a larga distancia. Sin embargo, el medio utilizado por dicha comunidad de chimpancés resultó muy sofisticado. Como los autores del trabajo refieren en su artículo, los chimpancés salvajes tamborilean con sus manos y pies en las raíces exteriores de los árboles, «generando sonidos de baja frecuencia que pueden alcanzar distancias de más de un kilómetro. El tamborileo en las raíces se produce en ráfagas de golpes y suele ir acompañado de aullidos, la vocalización típica de la especie a larga distancia».

Indagando más en la cuestión, el equipo de científicos comprobó que existían diferencias entre las percusiones ejecutadas por los chimpancés machos y su sincronización con los aullidos, de tal manera que podría tratarse de un elaborado código personal o «firma» de identidad de cada ejemplar.

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