Desde tiempos remotos, la clarividencia está presente en diferentes culturas y épocas. Pareciera que el ser humano siempre ha creído en la posibilidad de ver el futuro y en la existencia de personas que cuentan con ese don. El psiquiatra John Barker quiso examinar este fenómeno más de cerca; fue así como creó la Agencia de Premoniciones Británica.
Barker era un prestigioso psiquiatra, lo que hace más interesante a esta historia. No fue un tarotista, ni un astrólogo o adivino quien tomó la iniciativa de crear dicha agencia, sino un hombre de ciencia, graduado como médico en Cambridge, en 1948. Se especializó en la llamada «terapia aversiva» y un famoso artículo suyo, publicado en The Lancet, fue definitivo para mejorar las condiciones de los internos psiquiátricos en Gran Bretaña.
Durante buena parte de su carrera trabajó con David Enoch, otro psiquiatra reconocido, en lo que ellos llamaban las «orquídeas psiquiátricas» o casos poco comunes en la disciplina. Entre estos, síndrome de Otelo, síndrome de Couvade y uno muy especial: «morirse de miedo». Esto último fue lo que, finalmente, llevó a Barker a fundar la Agencia de Premoniciones Británica.
«Por más racional que seas, NO subestimes al instinto, la premonición o el presentimiento, recuerda ellos estaban antes de cualquier lógica».
-Luis Gabriel Carrillo Navas-
Una catástrofe en Aberfan
Aberfan era un pequeño poblado británico del que casi nadie sabía, hasta el 21 de octubre de 1966. En la mañana de ese fatídico día se derrumbó una pila de carbón que estaba en la ladera de la montaña. Esto llevó a que 50 mil toneladas de lodo se precipitaran sobre varias casas y una escuela en la que los niños asistían a clase a diario. En total murieron 144 personas, incluyendo 116 niños.
Todo el país puso sus ojos en el pequeño poblado. Sin embargo, lo que llamó la atención de John Barker fue un niño que resultó ileso de la tragedia , pero poco después murió, sin explicación, aparentemente «de miedo». De este modo, el psiquiatra llegó al poblado y casi desde el comienzo escuchó historias extrañas.
Se enteró de que un niño de 8 años, llamado Paul Davis, dibujó un derrumbe en la ladera de la montaña y lo tituló «El fin». Otra niña, Eryl Mai Jones, le dijo a su madre, una semana antes, que no tenía miedo de morir. Y la noche previa a la tragedia le contó un sueño a su mamá: «Soñé que iba a la escuela y no había escuela. ¡Algo negro había caído por todas partes!».
La Agencia de Premoniciones Británica
Barker, ciertamente era dado a interesarse por los fenómenos extraños. De hecho, formaba parte de la Sociedad Británica de Investigación Psíquica, que estudiaba sucesos paranormales. Lo acontecido en Aberfan lo llevó a interesarse por la clarividencia. Se le ocurrió que podría ser buena idea recopilar los testimonios de premoniciones de una tragedia.
Para lograrlo, le pidió a Peter Fairley, el corresponsal científico del Evening Standard de Londres, que publicara un aviso solicitando relatos al respecto. Recibió en total 76 respuestas. Varias de ellas incluían detalles que la prensa no publicó. Dentro de esos mensajes estaban los de Kathleen Lorna Middleton y Alan Hencher, dos de las personas que se convertirían en los pilares de sus estudios.
Ese fue el inicio de la agencia británica, una institución que estudiaría las predicciones de catástrofes. Barker creyó que la clarividencia quizás era más común de lo que se pensaba y que muchas personas eran capaces de predecir los desastres; una especie de «sensores humanos».
Un extraño final
Durante los meses siguientes se produjeron predicciones verdaderamente llamativas, en especial por parte de Middleton y Hencher. Después de un tiempo, 18 premoniciones parecían cumplirse y 12 de ellas provenían de esas dos personas. Entre los casos más notables estaban los de un accidente aéreo y una tragedia en tren.
Muy llamativa fue la predicción de Middleton sobre la muerte de Robert Kennedy, que comenzó a advertir casi un mes antes de que se produjera. Con todo, la agencia se enfrentaba a una contradicción: si se preveía una catástrofe y esta se anunciaba, sería complicado que se produjera, ya que se redoblarían los esfuerzos para que no pasara.
Total, dos años después de inaugurar la Agencia de Premoniciones Británica, John Barker recibió un anunció inquietante de Alan Hencher: debía tener cuidado, pues su vida corría peligro. Lo asombroso es que Middleton, sin tener noticia de esto, también lo llamó para advertirle algo similar. El 18 de agosto de 1968, Barker sufrió un derrame cerebral y murió. Desde días atrás estaba más estresado de lo normal por las advertencias de los videntes. ¿Murió «de miedo»? Difícilmente lo sabremos.
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