En las sociedades modernas existe el imperativo de evitar sufrir y buscar la manera de ser siempre felices. Sin embargo, se considera esta búsqueda como una fuente de malestar. Y lo curioso es que en el sufrimiento también es posible encontrar el bienestar. Acompáñanos a explorar las bondades, la naturaleza y el sentido del sufrimiento en el ser humano.
Es un hecho que todos padecemos sufrimientos en esta vida. Estos obstáculos no deberían representar un freno en nuestra existencia; más bien, todo lo opuesto, es decir, ser el motor de cambio y un impulso para mejorar como personas.
Y es que ver el lado positivo a las cosas negativas es una buena manera de cambiar no solo la mentalidad, sino también la existencia.
Naturaleza del sufrimiento humano
Según el filósofo y teólogo medieval Tomás de Aquino, se requieren de dos condiciones para que exista el sufrimiento. La primera es el logro de un mal y la segunda involucra nuestra consciencia plena de ello. En este aspecto, el mal es entendido como una privación de bien o una imperfección.
En tanto, tal no comporta una existencia real o efectiva, sino una falta o privación. Santo Tomás reconoce que en el vivir hay sufrimiento. Por eso considera al dolor como la percepción del mal que hay en la vida. No obstante, el sujeto que sufre debe ser capaz de percibirlo.
Ante ello, lo que para algunos es un sufrimiento, para otros quizás no lo sea. Solo aquel ser capaz de percibir el mal puede sufrir. En este caso, estamos ante una subjetividad del sufrimiento.
De acuerdo con este filósofo, existen dos tipos de sufrir. El interno es producto de la reflexión interna, es aquel dolor que se origina por el pensamiento, el recuerdo o la simple imaginación. El sufrimiento externo hace referencia a aquello que percibimos mediante nuestros sentidos. Por ende, este es de naturaleza física.
El sufrimiento y el deseo
Un artículo publicado por la Universidad de Murcia menciona la interpretación de Arthur Schopenhauer (1788-1860) sobre el sufrimiento. Sostiene el filósofo que el deseo es la fuente del pesar en los seres humanos.
Esto es así porque no podremos nunca colmarlo por completo. En este aspecto, el deseo es infinito, ya que en el momento en que es satisfecho surge un nuevo deseo.
Se considera a esta filosofía como pesimista porque estamos ante una negatividad del vivir; y el bien y el mal se entrelazan durante la vida. Schopenhauer argumenta que el sufrimiento es la esencia de la existencia.
El sentido del sufrimiento
Felipe Miramontesa retoma los aportes de las teorías de Victor Frankl (1905-1997) y Scheler (1874-1928) sobre el sentido de sufrir. El primero sostiene que la vida tiene sentido y el hecho de que exista el sufrimiento no lo desvanece. Más bien ocurre todo lo contrario, ya que el sentido se enaltece y resalta. Su concepción defiende al ser humano como un buscador de sentido, libre y responsable ante la vida.
Por su parte, Scheler alega que la espiritualidad del hombre está en su libertad de actuar de manera ética y moral. Así, el sufrimiento se torna más claro, ya que el ser humano puede accionar ante él. Es decir, tomar una postura ante el pesar y sobrellevarlo de manera digna.
De igual modo, este filósofo considera que debemos aprender a dominar el sufrimiento. ¿Cómo? A través de la ejercitación en el silencio, la autorreflexión y la meditación. Todo ello generará tranquilidad en el alma, dispuesta para la libertad de nuestras acciones.
Así es que Frankl y Scheler exponen el sentido del sufrimiento. Para ellos, este pesar nos brinda consuelo ante las adversidades de la vida. La condición para que ello suceda es que el sujeto que sufre pueda dirigirse hacia su propia interioridad. Allí encontrará el sentido a todo aquello que le ocurra en la vida, sea bueno o malo.
Sufrimiento y sentido de la vida
Sabemos que el sufrimiento llega de manera inevitable y en cualquier momento, tomándonos por sorpresa. Estas situaciones, que podemos considerar como límites, generan perturbación y angustia en el ser humano.
No obstante, es posible encontrar sentido a nuestra vida a pesar de los malos momentos que transitamos. Se trata, según la tesis propuesta por Iván Pinedo Cantillo, de una búsqueda y hallazgo de un sentido positivo.
Esto ve más allá de los sentimientos negativos y opresores que pueden generarnos las situaciones límites. En definitiva, son procesos de lucha y elección por nuestros destinos individuales.
De este modo encontramos en el sufrimiento un potencial de realización humana. En este aspecto, el psiquiatra y filósofo alemán Karl Jaspers (1883-1969) resalta una postura existencial ante el mismo. Considera que debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué voy a hacer con este pesar?
La respuesta a esta interrogante provocará la búsqueda libre de una actitud ante el sufrimiento y la postura que adoptemos quizás se convierta en un poder transformador para el individuo que sufre.
Beneficios del sufrimiento
Puede sonar paradójico, pero es posible encontrar beneficios en el sufrimiento. Según Alexander Berzin, cultivando la paciencia alejamos las emociones perturbadoras de nuestra mente. De esta forma seremos capaces de soportar las dificultades y el sufrir.
Hay que acotar que no se trata de cualquier tipo de paciencia, sino de aquella que apunta a aceptar y soportar el sufrimiento. En este sentido, tenemos dos caminos a elegir.
El primero de ellos implica buscar una solución a la situación que atravesamos. Si logramos encontrar una, debemos concentrar nuestras energías en ello. Por otro lado, si no hay nada que se pueda hacer, se trata solo de aceptarlo y transitarlo de la mejor manera posible. De esta manera, se rescatan las siguientes cualidades del sufrimiento, según Berzin:
- menos arrogancia,
- aumenta la humildad,
- estimula la compasión,
- consciencia sobre nuestras acciones.
Sentido filosófico del sufrimiento
Los filósofos existencialistas del siglo XX han teorizado mucho sobre el sentido del sufrimiento y su relación con el sentido mismo de la vida. Unos de ellos fue Albert Camus (1913-1960), quien vio las bondades del sufrir. Según este filósofo, el pesar es un puente necesario que debe atravesarse para separarnos de las perturbaciones de la vida.
Partiendo de ello, el camino comienza en un primer estadio, según un artículo publicado por la Universidad del Norte. Este se denomina como «voluntad de vivir» y se trata de una rutina de la vida. Es decir, vivimos nuestro día a día de manera mecánica e irreflexiva, todo ello para evitar el sufrimiento. El problema surge cuando comenzamos a cuestionarnos sobre nuestra realidad y existencia.
En ese momento, se produce una catarsis. Ella es entendida como una herramienta utilizada para expulsar todo el sufrimiento contenido durante el estadio previo.
De esta manera, el ser humano será consciente de la realidad de la vida: sufrir es parte de ella y condición necesaria para la libertad, ya que sus esfuerzos no estarán centrados en evitar lo inevitable y podrá vivir con libertad. Es lo que Camus denomina como «absurdo».
En el sufrimiento no todo es dolor
Teniendo en cuenta lo dicho, el sufrimiento es una parte necesaria de la vida humana. A pesar de ello, no todo es dolor. O, mejor dicho, en el pesar podemos encontrar sentido y una forma de superarnos a nosotros mismos.
No se trata de quedarnos estancados ni de evadir las malas circunstancias que nos presenta la vida. Más bien, en lo malo también podemos encontrar lo bueno.
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