Muchos investigadores afirman que las ruinas de estructuras desconocidas fueron descubiertas en la Antártida en la segunda mitad del siglo pasado. El nivel de desarrollo de la civilización que vivió en este continente es inalcanzable (según los estándares modernos) alto. Su vector de desarrollo combinó tanto aspectos tecnológicos como espirituales y morales. Gracias a esto, las criaturas que vivieron en la Antártida hace millones o cientos de miles de años abandonaron la Tierra y partieron para conquistar las extensiones del Universo.
Existe la suposición de que estos no eran terrícolas nativos, sino extraterrestres que llegaron de otro planeta. Tal vez incluso de Marte o Faetón. No eligieron la Antártida por casualidad: era un paraíso floreciente con un clima templado único y una gran variedad de flora y fauna. La mayoría de las estructuras encontradas ni siquiera pudieron ser identificadas. Pero los científicos todavía creen que reconocieron varios hallazgos. Uno de los tipos de edificios del legado de una civilización desconocida es la puerta estelar.
También se han encontrado en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Irak, Corea del Norte, Tíbet, pero fue en la Antártida donde se encontró una instalación operativa. Así lo afirmó el investigador y contactado Corey Goode. Supuestamente, se comunicó con uno de los exploradores polares de los años 70, quien era miembro de la expedición a la sección cerrada de la Antártida. Allí, dijo, en lo profundo del hielo había una ciudad entera, o más bien una base.
Se hizo posible llegar a él debido a las cuevas descongeladas. Todos los edificios están construidos con una aleación negra de metal y piedra. Un material increíblemente fuerte, pero al mismo tiempo tenía una excelente conductividad térmica, gracias a la cual la temperatura dentro de las estructuras se mantuvo igual, alrededor de 21 grados centígrados. Esto es sorprendente, pero los exploradores polares se desvistieron, estando muy por debajo del hielo. Era obvio para todos que se trataba de una tecnología fuera del alcance de los terrícolas. Todo lo que se encontró allí pertenecía a alguien: extraterrestres, dioses, viajeros del tiempo, pero no a nosotros.
Cuando se examinó el hallazgo, resultó que cierto generador emite energía. Era una estructura cristalina que vibraba y pulsaba levemente, creando vibraciones a partir de las cuales se producían reacciones físicas y químicas dentro de las estructuras. Gracias a este esquema complejo e incomprensible, todo el complejo es bastante adecuado para la vida, a pesar de que tiene al menos cientos de miles de años.
El hallazgo más importante es una especie de estructura toroidal. Era un pequeño pedestal con una parte superior redondeada. Había todos los mismos cristales. En el momento en que resonaron, apareció en el centro un coágulo azulado a una altura de aproximadamente un metro. Podría describirse como un torbellino de energía incomprensible. Dos investigadores se le acercaron y en el mismo momento se desmoronaron en un montón de chispas. Quedan cuatro exploradores polares. Lo que vieron los sorprendió tanto que salieron corriendo horrorizados. Solo unos minutos después se dieron cuenta de que se olvidaron de vestirse y abandonaron la zona cálida.
Habiéndose vestido de alguna manera, los exploradores polares regresaron a la base, donde contaron todo. Desde entonces, no se han enviado más científicos allí. El objeto fue ocupado por los militares, que organizaron allí una base secreta. El objetivo del proyecto es estudiar las tecnologías que se encuentran en el hielo. En ese momento, en los años 70, parecía que esa cosa mató a los compañeros de expedición. Pero, ¿y si la planta funciona y terminan en otro mundo? Después de todo, cuando hay una entrada, seguro que hay una salida en el otro extremo. ¿Es esto una especie de ascensor a otro planeta? Y, tal vez, en el futuro, las personas podrán crear tales telepuertos y, por lo tanto, es necesario estudiar tales hallazgos al más alto nivel internacional.
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