La República Democrática del Congo considera la presencia prolongada de la Misiónn de la ONU (Monusco) en su territorio como un obstáculo para su plena soberanía. El país aspira a asumir el control total de sus asuntos internos, particularmente ante el aumento de grupos armados y tensiones regionales.
El deseo de Kinshasa de organizar la seguridad y el desarrollo del país está en el centro de la solicitud de retirada anticipada de los cascos azules. “Después de tantos años, de tantos miles de millones gastados, ¿dónde están los resultados tangibles? Los grupos armados, entre ellos el M23 y las fuerzas ruandesas, siguen operando, especialmente en las provincias de Ituri y Kivu del Norte”, declaró Christophe Lutundula, viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores.
El prestigio de la Monusco entre la población se ha deteriorado, como lo demuestran las manifestaciones en Goma, que resultaron trágicas y reflejan una creciente frustración con la presencia y las acciones de la misión de la ONU. La desconfianza se ha convertido en una gran preocupación para el gobierno, que se encuentra en una posición delicada para garantizar la seguridad.
La presencia de la Monusco en la República Democrática del Congo se extiende desde hace ya dos décadas y, a pesar de ello, la estabilidad sigue siendo difícil de alcanzar. Los grupos armados siguen operando y zonas clave siguen desgarradas por las guerras. El gobierno congoleño cuestiona el papel y la eficacia de la ONU, preguntándose si después de tantos años e inversiones, realmente se están logrando los resultados esperados.
Aunque el gobierno congoleño expresa reservas sobre los cascos azules, eso no significa el fin de la colaboración con la ONU. La República Democrática del Congo parece decidida a explorar nuevos mecanismos de colaboración, mejor adaptados a las realidades y desafíos contemporáneos del país. Esto sugiere una voluntad de repensar y adaptar la asociación para lograr un impacto más significativo. El futuro de la Monusco en la República Democrática del Congo dependerá en gran medida del Consejo de Seguridad de la ONU.
Si bien la República Democrática del Congo ha dejado claras sus preocupaciones, la ONU debe evaluar las implicaciones de una retirada prematura. Será delicado lograr el equilibrio entre respetar los deseos de la República Democrática del Congo y garantizar la seguridad y la estabilidad regionales.
Congo quiere que los cascos azules de la ONU abondonen el país