El año nuevo inicia con una configuración planetaria muy favorable, lo que representa un muy buen inicio del 2024. Se trata de un triángulo cósmico, una figura astrológica de energías muy armónicas, por lo que es importante conectarnos mental y emocionalmente con estas influencias, para sacar el mejor provecho posible.

Este triángulo planetario se da en los signos del elemento Tierra, lo que favorece el que desarrollemos acciones de mucha practicidad, de gran sentido común, que permitirán consolidar todas aquellas iniciativas que tomemos.

Estas energías que se activan no serán para idealismos ni sentimentalismos, ni para acciones impulsivas; por lo contrario, nos llevarán a actuar con prudencia, con base sólida, y nos ayudarán a adelantar proyectos realizables, bien estructurados y analizados, y que serán productivos y estables.

En Astrología se le llama “trígono” a la distancia que se forma entre dos planetas, una distancia de aproximadamente 120 grados, lo que conforma un “aspecto” muy armónico, de mucha fluidez, muy benéfico.

En este caso, confluyen tres astros haciendo trígonos entre ellos, lo que dibuja en el cielo un gran triángulo cósmico de energía muy benéfica. Estos tres astros están en los tres signos de Tierra, los signos más prácticos del zodíaco: el Sol en Capricornio, Júpiter en Tauro, y la Luna en Virgo, los tres conectados entre sí, amalgamando sus cualidades de manera muy favorecedora.

El Sol irradia la energía vital, es el alma de este triángulo; Júpiter, el planeta más benéfico del zodíaco, agranda los efectos positivos del triángulo cósmico, y la Luna, da la conexión emocional, el motor más importante para actuar motivadamente.

Buen inicio, entonces, del año 2024. Sintonicémonos con estas energías al recibir el año nuevo y abrazar a nuestros seres queridos.

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