Ladrillos mesopotámicos revelan la fuerza del antiguo campo magnético de la Tierra

Antiguos ladrillos inscritos con los nombres de reyes mesopotámicos han revelado importantes conocimientos sobre una misteriosa anomalía en el campo magnético terrestre hace 3.000 años, según un nuevo estudio.

Crédito: MysteryPlanet.com.ar/Slemani Museum.

La investigación, publicada en PNAS, describe cómo los cambios en el campo magnético terrestre quedaron impresos en granos de óxido de hierro dentro de antiguos ladrillos de arcilla, y cómo los científicos pudieron reconstruir estos cambios a partir de los nombres de los reyes inscritos en los ladrillos.

El equipo espera que el uso de este «arqueomagnetismo» mejore el conocimiento sobre la historia del campo magnético terrestre y permita datar con mayor precisión artefactos arqueológicos que anteriormente no se podían fechar con certeza.

«A menudo dependemos de métodos de datación como fechas de radiocarbono para establecer una cronología en la antigua Mesopotamia. Sin embargo, algunos restos culturales comunes, como ladrillos y cerámicas, no pueden datarse fácilmente porque no contienen material orgánico. Este trabajo ahora ayuda a crear una línea de base de datación importante que permite a otros beneficiarse de la datación absoluta utilizando arqueomagnetismo», comentó el profesor Mark Altaweel del Instituto Arqueológico de la University College London, coautor del estudio.

Anomalía geomagnética

El campo magnético terrestre experimenta fluctuaciones a lo largo del tiempo, lo cual deja una marca característica en minerales sensibles al campo magnético. Con esta premisa, el equipo analizó la firma magnética latente en granos de óxido de hierro incrustados en 32 ladrillos de arcilla provenientes de diversos sitios arqueológicos en Mesopotamia, que coincide geográficamente con el territorio actual de Iraq.

Cada uno de estos ladrillos, al ser confeccionado, llevaba inscrito el nombre del monarca reinante, cuya datación ha sido aproximada por los arqueólogos dentro de un rango temporal plausible. La combinación entre el nombre grabado y la fuerza magnética registrada en los granos de óxido de hierro brindó un mapeo histórico de los cambios en la intensidad del campo magnético terrestre.

Este ladrillo se remonta al reinado de Nabucodonosor II, según la interpretación de la inscripción. Fue saqueado de su contexto original antes de ser adquirido por el Museo de Slemani y almacenado allí con acuerdo del gobierno central. Crédito: Museo de Slemani.

Así, los investigadores lograron confirmar la existencia de la «Anomalía Geomagnética de la Edad del Hierro Levantino» (aprox. 1050-550 a.C.), un periodo en el que el campo magnético terrestre fue inusualmente fuerte alrededor de la actual Iraq por razones poco claras. Se ha detectado evidencia de la anomalía hasta en China, Bulgaria y las Azores, pero los datos desde la parte sur de Oriente Medio en sí habían sido escasos.

«Al comparar artefactos antiguos con lo que sabemos sobre las condiciones antiguas del campo magnético, podemos estimar las fechas de cualquier artefacto que haya sido calentado en tiempos antiguos», mencionó el profesor Matthew Howland de la Universidad Estatal de Wichita, autor principal del estudio.

Para medir los granos de óxido de hierro, el equipo extrajo cuidadosamente diminutos fragmentos de las caras rotas de los ladrillos y utilizó un magnetómetro para medirlos con precisión.

Reinados

Un beneficio adicional de la datación arqueomagnética de los artefactos es que puede ayudar a los historiadores a precisar más exactamente los reinados de algunos de los antiguos reyes que han sido algo ambiguos.

Aunque la duración y el orden de sus reinados son bien conocidos, ha habido desacuerdos dentro de la comunidad arqueológica sobre los años precisos en los que subieron al trono debido a registros históricos incompletos. Los investigadores descubrieron que su técnica se alineaba con la comprensión de los reinados de los reyes conocida por los arqueólogos como la «Cronología Baja».

El equipo también encontró que en cinco de sus muestras, tomadas durante el reinado de Nabucodonosor II (604-562 a.C.), el campo magnético terrestre parecía cambiar drásticamente en un período relativamente corto de tiempo, lo que añade evidencia a la hipótesis de que son posibles rápidos picos de intensidad.

«El campo geomagnético es uno de los fenómenos más enigmáticos en las ciencias de la Tierra. Los restos arqueológicos bien fechados de las ricas culturas mesopotámicas —sobre todo los ladrillos inscritos con nombres de reyes específicos— ofrecen una oportunidad sin precedentes para estudiar cambios en la fuerza del campo en alta resolución temporal, rastreando cambios que ocurrieron durante varias décadas o incluso menos», concluyó la profesora Lisa Tauxe, de la Institución Scripps de Oceanografía (EE.UU.), coautora del estudio.

Fuente: UCL. Edición: MP.

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