El CEO de Meta está construyendo un extenso complejo en Hawái que incluye planes para un enorme búnker subterráneo.

Crédito: Guerin Blask.

En el pasado, muchos multimillonarios invirtieron parte de sus fortunas en construir refugios antinucleares, especialmente durante los años de la Guerra Fría. Sin embargo, esta vez Mark Zuckerberg ha llevado las cosas a otro nivel: según informa Wired, está invirtiendo unos 270 millones de dólares en un terreno de 566 hectáreas en Kauai, una isla del archipiélago de Hawái. Allí está erigiendo una propiedad que consta de dos mansiones principales, un búnker subterráneo y otras estructuras lujosas, todo con la intención de prepararse para posibles escenarios apocalípticos.

El Club de la Pelea

Nadie que trabaje en este proyecto tiene permitido hablar sobre lo que están construyendo. De acuerdo a varios trabajadores involucrados, casi cualquiera que pase por la seguridad del recinto —desde carpinteros hasta electricistas, pintores y guardias de seguridad— está sujeto a un estricto acuerdo de confidencialidad. Y, según dicen, estos acuerdos no son una formalidad. Varios trabajadores afirman haber visto o escuchado sobre colegas que fueron retirados del proyecto por publicar información al respecto en redes sociales.

Diferentes equipos de construcción dentro del sitio están asignados a proyectos separados y se prohíbe a los trabajadores hablar con otros equipos sobre su labor.

Izquierda: Una torre de vigilancia se encuentra sobre la playa de Larsen, que colinda con la propiedad de Zuckerberg. Derecha: Cartel de propiedad privada en los bordes de la propiedad. Crédito: Phil Jung.

«Es como El Club de la Pelea. No hablamos sobre el Club de la Pelea», dijo un antiguo empleado contratado, cuyo nombre no ha trascendido porque no tenía autorización para hablar con la prensa. «Cualquier publicación desde aquí, ellos se enteran de inmediato».

El proyecto es tan grande que una parte significante de la isla está sujeta al acuerdo de confidencialidad. Pero todos los habitantes saben quién está detrás: el creador de Facebook, quien compró el terreno en una serie de transacciones que comenzaron en agosto de 2014.

El búnker

La propiedad, conocida como Koolau Ranch, incluirá un refugio subterráneo de 464 metros cuadrados conectado por un túnel con las dos mansiones. Conforme a la evidencia revisada por Wired, estará equipado con un tanque de agua y sistemas autónomos para la producción de electricidad, así como un extenso sistema de vigilancia por video, que mantendrá bajo control toda la propiedad.

Asimismo, la puerta será construida con metal y rellenada con concreto, un estilo común en búnkeres y refugios antiaéreos.

30 habitaciones

En cuanto a las dos estructuras en tierra, se espera que contengan un total de 30 habitaciones, 30 baños, y un conjunto de 11 «casas en los árboles» unidas por andamios de cuerda. El complejo también incluirá oficinas, ascensores, salas de conferencias, una cocina gigantesca, un gimnasio, piscinas, sauna y canchas de tenis.

Se pueden ver edificaciones en la propiedad de Zuckerberg a lo lejos desde Koolau Road. Crédito: Phil Jung.

Las estructuras estarán conectadas por un túnel, que también permitirá el acceso al búnker.

Las controversias

Las condiciones laborales en la propiedad del multimillonario han generado preocupaciones. Wired, de hecho, informó sobre una serie de incidentes, incluida la muerte de un guardia de seguridad de 70 años, quien falleció de un ataque al corazón.

Además de las preocupaciones de seguridad, ha habido numerosas discusiones sobre el impacto del ambicioso proyecto en el entorno circundante. Los lugareños, de hecho, expresaron su desacuerdo con las operaciones realizadas por Zuckerberg, quien ha reaccionado astutamente mediante su trabajo filantrópico, donando a organizaciones benéficas locales para obtener su apoyo.

El proyecto ha dependido principalmente de maniobras legales y contactos políticos, y en ocasiones —según creen las fuentes consultadas— ha mostrado desprecio por el público local. Mientras tanto, Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan continúan construyendo una de las propiedades más costosas del mundo.

Fuente: Wired/Vertrose. Edición: MP.

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