En las profundidades de un bosque cercano a las montañas Catskill en Nueva York, Estados Unidos, científicos de la Universidad de Binghamton y la Universidad de Cardiff han hecho un descubrimiento fascinante: el bosque más antiguo del mundo. Este sitio, que se había identificado previamente pero nunca se había investigado a fondo, alberga evidencia de plantas extremadamente antiguas, algunas de las cuales incluso habrían coexistido con los dinosaurios.

El equipo de investigación, tras mapear el área durante cinco años desde 2019, encontró que este bosque ancestral se extendía aproximadamente 400 kilómetros. Comparado con otros bosques antiguos como el Amazonas y el bosque de Yakushima en Japón, este hallazgo en Cairo, Nueva York, supera en antigüedad a todos ellos, pues su edad se estima en 385 millones de años. El estudio de esta zona se basa en la paleobotánica, la ciencia que se dedica al estudio de plantas antiguas.

Lo notable de este bosque es su composición única. A diferencia de los árboles modernos que se reproducen a través de semillas, muchas de las especies de árboles fossilizados encontrados aquí se reproducían mediante esporas, un método que comparten con los hongos y helechos antiguos.

Este descubrimiento no solo ofrece una ventana al pasado biológico de nuestro planeta, sino que también enriquece nuestro entendimiento de la evolución de las plantas y los ecosistemas antiguos. La exploración

y estudio de este bosque antiguo puede arrojar luz sobre cómo los cambios climáticos y geológicos del pasado afectaron la vida vegetal, y cómo estos cambios pueden informarnos sobre el presente y el futuro de nuestro propio entorno. Este hallazgo es un recordatorio fascinante de que, incluso en las áreas que creemos conocer bien, pueden existir secretos del pasado esperando ser descubiertos.

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