¿Nos estamos hartando de las pantallas? Así intentamos recuperar nuestra vida.

Adiós a las pantallas

No tengo WhatsApp y las notificaciones están silenciadas en mi móvil. Esas medidas para evitar que las aplicaciones de mensajería y las redes sociales se apropien de mi tiempo y arruinen mi atención hacían fruncir el ceño a más de uno hace unos años. Sin embargo, un informe reciente de Accenture revela que cada vez más personas son conscientes de la dependencia de las pantallas y están intentando cortar los lazos para recuperar su vida.

La tecnología, ¿nos simplifica o complica la vida?

El estudio de tendencias de Accenture que analiza los aspectos tecnológicos que ocuparán gran parte de nuestra vida en 2024 revela algunos datos significativos:

  • Un tercio de las personas ya ha reducido las notificaciones en sus smartphones
  • Uno de cada cinco usuarios ha limitado el tiempo frente a la pantalla
  • Una cuarta parte de las personas ha eliminado por completo las aplicaciones o no usa dispositivos inteligentes

No cabe duda de que la tecnología nos aporta numerosos beneficios, como la posibilidad de leer una cantidad ingente de información, poder comunicarnos instantáneamente a través de grandes distancias, entretenernos, trabajar a distancia o incluso acceder a servicios financieros y de salud. Pero esa relación es una vía de doble sentido.

Accenture descubrió que cuantas más tecnologías utilizamos regularmente, más probable es que sintamos que nos están complicando la vida. El 41% de los usuarios percibe que, por una parte, estos recursos facilitan las cosas, pero por otra, las complejizan. Algunas personas incluso están comenzando a percatarse de que la tecnología, más que ayudarlas, a menudo se interpone en la consecución de sus objetivos.

Distraídos, agotados y medio insomnes

El 47% de las personas considera que la velocidad a la que se está moviendo la tecnología es simplemente abrumadora, lo cual genera una sensación de pérdida de control que, a la larga, termina afectando su bienestar.

La necesidad de estar atentos continuamente a las notificaciones y la presión por responder de manera inmediata nos está pasando factura. De hecho, el 31% de los usuarios reconoce que las notificaciones constantes controlan su uso de la tecnología y el 27% cree que el problema es el scroll interminable.

La tecnología tiene un poder adictivo. De eso no sabe dudas. Las plataformas digitales que encontramos en Internet han sido creadas precisamente con ese objetivo: mantenernos pegados a las pantallas consumiendo más y más contenidos. Por tanto, no es extraño que un metaanálisis que incluyó a más de 2 millones de personas de 64 países concluyera que la dependencia del mundo digital es preocupante:

Cuando estamos pendientes continuamente de las pantallas y nuestro pensamiento orbita sobre lo que está ocurriendo en la red, terminamos agotados emocional y físicamente, como comprobó un estudio realizado en la Universidad de Estambul. Estos investigadores notaron que estar permanentemente conectados genera cansancio, afecta la calidad de nuestro sueño y nos vuelve más irritables.

Por suerte, cada vez más personas están intentando anteponer su bienestar al mundo digital. Según Accenture, el 37% cree que hoy, más que nunca, es importante aplicar el pensamiento crítico respecto a qué tecnología elegimos y el uso que le damos.

¿Ha llegado el momento de decirle adiós a las pantallas?

La tecnología puede tener capacidades ilimitadas, nosotros no. No tenemos más que 16 horas al día y nuestras funciones cognitivas limitan la información que podemos procesar adecuadamente. Eso hace que usar las pantallas, con sus respectivas aplicaciones, notificaciones y actualizaciones, se esté convirtiendo en una actividad particularmente estresante.

Gestionar varios dispositivos, tener abiertas diferentes aplicaciones y pasar de una plataforma a otra continuamente genera una carga cognitiva importante, por lo que es normal que en cierto punto comencemos a sentirnos fatigados y nos preguntemos si la tecnología que ha sido diseñada para facilitarnos la vida, nos está robando la vida.

La relación de la humanidad con la tecnología se encuentra en un punto crucial. Con la aceleración de la innovación, la gente tiene la sensación de que la tecnología los está usando, no a la inversa. De cara al futuro, la industria tecnológica […] debe trabajar para contribuir positivamente al bienestar de las personas en lugar de agotar sus recursos”, sugirió Accenture.

Por esa razón, es imperioso que toda innovación o novedad tecnológica comience a ser evaluada bajo una perspectiva más humanista que tenga en consideración que nuestros recursos (tiempo y atención) son limitados. Quizá la pregunta no sea “¿qué podemos hacer?” sino “¿qué nos conviene hacer?”.

Accenture cree que en el futuro habrá cada vez más personas que prioricen su vida analógica y busquen el bienestar fuera de Internet y la tecnología. Eso no significa darle la espalda, sino encontrar un equilibrio más satisfactorio en el que disminuya el uso de aplicaciones para priorizar interacciones humanas más significativas.

Consiste, básicamente, en silenciar la tecnología cuando no sea necesaria para hablar con las personas que tenemos delante y disfrutar del paisaje en vez de quedarnos embobados mirando una pantalla, atrapados en un mundo digital.

Referencias Bibliográficas:

Meng, S. et. Al. (2022) Global prevalence of digital addiction in general population: A systematic review and meta-analysis. Clin Psychol Rev; 92: 102128.

Bener, A. et. Al. (2019) Internet Addiction, Fatigue, and Sleep Problems Among Adolescent Students: a Large-Scale Study. International Journal of Mental Health and Addiction; 17: 959–969.

https://rinconpsicologia.com/adios-pantallas-consecuencias-del-pantallismo/

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