No es la primera vez que comentamos la desastrosa situación de la Marina de Guerra británica. No son sólo los fallos de sus portaaviones, la colisión entre dos cazadores de minas, una catástrofe evitada in extremis a bordo de uno de sus submarinos lanzadores nucleares SNLE o incluso la incapacidad para reclutar.
A principios mes ya anunciamos que los buques de la Marina británica no podían disparar en el Mar Rojo porque no tienen misiles.
El mes pasado fracasó el lanzamiento de un misil balístico estratégico mar-tierra Trident desde el submarino SSBN HMS Vanguard, con un detalle más que significativo que no se puede pasar por alto: el ministro de Defensa británico, Grant Shapps, se encontraba a bordo en el momento del disparo fallido, al igual que el comandante de la Royal Navy, el almirante Ben Key (*).
El misil salió del submarino, pero el motor de su primera etapa no se encendió, lo que provocó que el proyectil de 58 toneladas cayera justo al lado del submarino que lo disparó.
Es el segundo fracaso consecutivo de la Royal Navy. En junio de 2016, tras pasar más de 40 meses en dique seco para una importante revisión y la instalación de un nuevo sistema de lanzamiento de misiles, el HMS Vengeance lanzó un Trident frente a las costas de Florida, como parte de las pruebas que realizaba antes de reanudar su ciclo operativo.
Al desviarse de su trayectoria, el proyectil tuvo que autodestruirse, según un procedimiento que se activa automáticamente en caso de aparecer alguna anomalía.
En aquel momento, el gobierno británico intentó encubrir el incidente a los medios de comunicación. Fue en vano porque lo destapó seis meses después el Sunday Times, antes de ser confirmado por un miembro de la Marina estadounidense a la cadena CNN.
El segundo fallo de un misil Trident II D5 se produce en el peor momento imaginable. De ahí los esfuerzos del Ministerio de Defensa británico para averiguar el alcance de una cadena repetida de chapuzas en su Flota de vanguardia.
“Por razones de seguridad nacional, no podemos proporcionar más información sobre este asunto, pero estamos seguros de que la anomalía fue específica de un evento y, por lo tanto, no hay implicaciones sobre la confiabilidad de los sistemas de misiles Trident”, explicó el Ministerio de Defensa en un comunicado de prensa. “La disuasión nuclear de Reino Unido sigue siendo segura y eficaz”, añadió.
Desde que se pusieron en servicio los misiles Trident II, la Royal Navy ha realizado 12 lanzamientos. Pero este fallo es más importante que el de 2016 porque los misiles Trident fueron objeto de un programa para extender su vida útil. El arsenal nuclear debería ser más fiable de lo que era hace ocho años.
Reino Unido basa su disuasión en cuatro SSBN del tipo Vanguard, así como en misiles Trident II D5, suministrados por la estadounidense Lookheed Martin Space Systems. En el CASD (Continuous At Sea Deterrent) está previsto que la Royal Navy tenga patrullando al menos uno de esos submarinos.
(*) https://www.thesun.co.uk/news/26070479/trident-nuke-sub-missile-launch-fails/
Los submarinos británicos no son capaces de disparar misiles nucleares