Una reciente investigación ha revelado detalles sobre una imponente estructura antigua que había pasado desapercibida para el mundo académico hasta el momento: el «Arco Mongol», un sistema de murallas que se extiende a lo largo de 405 kilómetros.
Esta sección de la muralla se encuentra entre las estructuras 17 y 18. Los números en la imagen son promedio y se basan en mediciones tomadas en varios puntos a lo largo de la muralla. Crédito: G. Shelach-Lavi et al.
La barrera de tierra en el este de Mongolia está acompañada por una zanja y 34 estructuras. Sin embargo, a pesar de su magnitud, ha sido muy poco estudiada en comparación con otras estructuras cercanas, como la célebre Gran Muralla China.
Para solventar esto último, el profesor Gideon Shelach-Lavi de la Universidad Hebrea y el profesor Amartuvshin Chunag de la Universidad Nacional de Mongolia, junto con sus respectivos equipos, han realizado un minucioso estudio que publicaron recientemente en el Journal of Field Archaeology.
La investigación involucró un enfoque integral que combinó la recopilación de datos de teledetección, estudios arqueológicos de campo y análisis a través de sistemas de información geográfica (GIS). El equipo de los profesores también se sumergió en fuentes escritas antiguas para ofrecer una interpretación preliminar del diseño y las posibles funciones del Arco Mongol.
Foto tomada desde un dron que muestra a una de las estructuras que acompaña a la muralla de tierra. Crédito: G. Shelach-Lavi et al.
Como resultado, determinaron que fue construido entre los siglos XI y XIII d.C. y que posee numerosos espacios grandes sin fortificar, indicando una construcción apresurada y vulnerable ante inminentes invasiones mongolas. Por este motivo, los autores del estudio señalan que pudo haber servido, en su lugar, como medio para controlar el movimiento de humanos o animales, o bien para implementar un esquema de impuestos.
No obstante, en la actualidad son todas especulaciones sobre su verdadero propósito, por lo que los investigadores planean realizar excavaciones extensas en la próxima temporada de campo. De esta manera, buscarán descubrir fechas de construcción más precisas, duración de uso y obtener información sobre las actividades de quienes estaban estacionados en estas construcciones.
«Comprender la importancia del Arco Mongol desbloquea perspectivas profundas sobre los sistemas de murallas medievales, planteando preguntas pertinentes sobre los motivos, la funcionalidad y las consecuencias perdurables de construcciones colosales de este tipo», concluyó el prof. Gideon Shelach-Lavi.
Fuente: EurekAlert. Edición: MP.
Misteriosa muralla de 405 km de largo en Mongolia es estudiada por primera vez