La complicidad de Google con los crímenes contra la humanidad cometidos por Israel en Gaza

Nuevos documentos muestran que el Proyecto Nimbus, del que hablamos en otras entradas, no está cubierto por las condiciones generales de servicio de Google. Cuando le preguntaron por el contrato de servicio en la nube con el gobierno israelí, Google afirmó que el Proyecto Nimbus está sometido a la política general de condiciones de servicio de la empresa.

Esas condiciones prohiben los usos que conduzcan a privaciones de derechos, lesiones o muerte u otros daños. No obstante, los documentos internos muestran que el contrato firmado entre Google y el gobierno de Israel no opera bajo las condiciones generales de servicio de la empresa. Nimbus está sujeto a una política “ad hoc” redactada por ambas partes.

El contrato de 1.200 millones de dólares que Google y Amazon han firmado proporciona al gobierno israelí, incluido su ejército, acceso a herramientas de inteligencia artificial y computación en la nube de última generación. Eso ha convertido al Proyecto Nimbus en una fuente constante de protestas dentro y fuera de Google, incluso antes de las matanzas de Israel en Gaza.

Si bien Amazon ha permanecido en gran medida en silencio ante las protestas de sus trabajadores y el escrutinio externo, Google minimiza o niega sistemáticamente el alcance militar del Proyecto Nimbus, a pesar del anuncio del Ministerio de Finanzas israelí en 2021 de que el acuerdo beneficiaría al ejército sionista.

Google ha tratado de tranquilizar a quienes se sienten preocupados por su relación con un gobierno cuyos miembros están siendo investigados por el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la humanidad al afirmar que Nimbus está limitado por las normas y regulaciones generales de la empresa.

Los términos de servicio de Google Cloud prohíben, entre otras cosas, usos que “violen o fomenten la violación de los derechos legales de otros”, cualquier propósito “invasivo” o cualquier cosa “que pueda causar muerte, daño grave o lesiones a individuos o grupos de individuos”.

El 10 de diciembre de 2020, antes de que el gigante tecnológico firmara el contrato, el abogado de Google, Edward du Boulay, escribió a los cabecillas de la empresa que “Google Cloud se ha estado preparando para presentar una oferta para el Proyecto Nimbus (código interno ‘Selenite’), una licitación competitiva para proporcionar servicios de nube al gobierno israelí. La empresa cree que esta es actualmente la mayor contratación pública de nube pública a escala mundial”.

Du Boulay señalaba que “si Google gana la competencia, tendremos que aceptar un contrato no negociable en términos favorables para el gobierno” y “dado el valor y la naturaleza estratégica de este proyecto, conlleva riesgos y recompensas potenciales que son significativos si ganamos”. Entre las preocupaciones de Du Boulay está el hecho de que el “gobierno israelí tiene el derecho unilateral de imponer cambios en el contrato”, advirtió el abogado. Si el contrato se firma, Google no conservaría “casi ninguna capacidad para demandar [a Israel] por daños” derivados de “usos permitidos e infracciones”.

Los documentos contractuales del gobierno israelí establecen que los términos de servicio estándar de la empresa no se aplican, sino que está en vigor un documento de términos de servicio acordado “ad hoc”.

“El licitador [Israel] ha ajustado el acuerdo de servicio de los proveedores ganadores [Google y Amazon] para cada uno de los servicios suministrados en el marco de este contrato”, según una descripción general de 63 páginas del contrato de Nimbus. “Los Términos de Servicio Ajustados son los únicos términos que se aplicarán a los servicios en la nube consumidos en la infraestructura en la nube de los licitadores ganadores”.

El lenguaje sobre los términos de servicio “ad hoc” contradice no solo las afirmaciones públicas de Google sobre el contrato, sino también la forma en que ha presentado a Nimbus a su propio plantilla. Durante una sesión de preguntas y respuestas de los trabajadores el 30 de octubre, le preguntaron a Kent Walker, uno de los cabecillas de la tecnológica, cómo garantiza que su trabajo con Nimbus sea coherente con su documento de “Principios de Inteligencia Artificial”, que prohíbe los usos “que causen o puedan causar daño general”, incluida la vigilancia, las armas o cualquier cosa “cuyo propósito contravenga los principios ampliamente aceptados del derecho internacional y los derechos humanos”.

Walker respondió que Nimbus está sujeto a los propios términos de Google: “En lo que respecta al contrato de Nimbus, en particular, este es un contrato que está diseñado y dirigido a nuestro trabajo en la nube pública, no a información confidencial clasificada militar específica. No está diseñado para eso. Y todo lo que está en nuestra nube, nuestra nube pública, está sujeto a nuestra Política de uso aceptable y nuestros Términos de servicio. Así que, ya saben, puedo asegurarles que nos tomamos todo esto en serio”.

El documento del contrato israelí también contradice otra defensa habitual del contrato por parte de Google, de la que se hace eco Walker, según la cual Nimbus “no está dirigido a cargas de trabajo altamente sensibles, clasificadas o militares relacionadas con armas o servicios de inteligencia”. Según el documento del contrato israelí, el gobierno “puede hacer cualquier uso de cualquier servicio incluido en el catálogo de servicios del proveedor”.

Un documento independiente relativo al “Mercado Digital” de Nimbus, un conjunto de aplicaciones informáticas de terceros alojado por Google y puesto a disposición de los usuarios de Nimbus en el gobierno israelí, ofrece otra aparente contradicción: “No habrá restricciones por parte del Proveedor en cuanto al tipo de sistema e información que los Clientes pueden migrar al servicio, incluidos los sistemas vitales de alto nivel de sensibilidad”. Este segundo documento estipula que el gobierno israelí “puede hacer cualquier uso del servicio dentro del desempeño de su función y propósito como servicio público para el Estado de Israel y sus ciudadanos”, y que “no habrá ninguna restricción de ningún tipo, incluidas las reglas de ‘uso permitido’ para un servicio que se ofrece en el mercado digital gubernamental”.

Si Google no tuviera ningún control significativo sobre Nimbus, la empresa podría enfrentarse a consecuencias que irían más allá de las relaciones públicas o las protestas de los trabajadores. En octubre el Relator de la ONU sobre el territorio palestino ocupado hizo un llamamiento público para obtener información relativa a la participación del sector privado en la comisión de crímenes internacionales relacionados con la ocupación ilegal de Israel, la segregación racial y el régimen de apartheid.

“La prestación de servicios tecnológicos avanzados por parte de Google y Amazon Web Services al gobierno israelí a través del Proyecto Nimbus, por su propia naturaleza, viola los compromisos de cada empresa con las obligaciones de diligencia debida en materia de derechos humanos”, según el abogado Sadaf Doost, miembro del Abolitionist Law Center. “Esto se demuestra de forma más evidente por el hecho de que el propio contrato del Proyecto Nimbus incluye una cláusula que otorga autoridad a los dirigentes israelíes para modificar los acuerdos de términos de uso estándar de las empresas de formas que no se han hecho claras al público”.

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