La oleada mundial de avistamientos de drovnis se alinea inquietantemente con la cuarta etapa del Proyecto Blue Beam descrita por Monast
Entramos en la última fase de un proyecto que altera nuestras creencias
En las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de una inquietante oleada de avistamientos de lo que, aparentemente, son drones no identificados (drovnis) en puntos estratégicos o sensibles, como bases militares de Estados Unidos en el Reino Unido. Ahora sabemos que, dos días antes de que se avistaran los drones de Lakenheath, se vieron artefactos parecidos sobrevolando el arsenal Picatinny del ejército de Estados Unidos en el norte de Nueva Jersey y cerca de instalaciones clave de Arizona, donde practican F35 de la Fuerza Aérea.
El FBI se ha hecho cargo de la investigación y ha impuesto una restricción de vuelo en Nueva Jersey hasta el 26 de diciembre de 2024, por lo que solo las aeronaves autorizadas podrán volar.
Mientras los gobiernos ofrecen explicaciones vagas o guardan silencio, los teóricos de la conspiración apuntan a un culpable claro: el Proyecto Blue Beam. Según estas teorías, estos eventos son la señal inequívoca de que hemos entrado en la cuarta y última fase de un plan que busca instaurar un Nuevo Orden Mundial.
Serge Monast: El origen de la teoría
El Proyecto Blue Beam fue popularizado por el periodista y teórico canadiense Serge Monast en 1994. Inspirándose en las obras de William Guy Carr, un oficial de inteligencia de la Marina Real Canadiense que estaba convencido de que el comunismo, el nazismo, el sionismo político y otros movimientos internacionales estaban organizados para cambiar los designios del mundo, atribuyó a la NASA y al Gobierno de los Estados Unidos, un elaborado esquema de manipulación global que utilizaría tecnología avanzada para generar histeria colectiva y facilitar la implantación de un único gobierno mundial.
Si bien es cierto que algunas agencias de inteligencia han tenido operaciones psicológicas basadas en creencias, como cuando el general de la Fuerza Aérea Edward Lansdale combatió una rebelión en Filipinas aprovechando la creencia en los vampiros, o las llamadas MILABS, abducciones militares, encaminadas a implantar falsos recuerdos de secuestro extraterrestre, no hay ningún documento oficial que nos hable del misterioso proyecto que Monast describió en cuatro etapas:
- Revaluación del conocimiento arqueológico: Mediante terremotos artificiales, se «descubrirían» artefactos que pondrían en duda las bases de las religiones tradicionales.
- Espectáculo espacial: Proyecciones holográficas masivas de figuras divinas adaptadas a cada religión convencerían a la humanidad de la llegada de un nuevo dios universal.
- Comunicación telepática: Tecnologías avanzadas transmitirían mensajes directamente al cerebro humano, manipulando pensamientos y emociones.
- Manifestaciones sobrenaturales: Simulaciones de invasiones extraterrestres y milagros religiosos serían utilizadas para empujar a la humanidad hacia un estado de desesperación total y facilitar la implementación del Nuevo Orden Mundial.
Aprovechando el tirón, el 29 de noviembre, en plena oleada de drovnis y de psicosis extraterrestre, el rapero Lil Uzi Vert llevó la promoción de su álbum Eternal Atake 2 a un nivel inesperado en Nueva York pues unos dicen que con CGI otros con tecnología holográfica, fue capaz de crear una nave espacial extraterrestre flotando sobre la Gran Manzana.
La muerte prematura de Monast en 1996, oficialmente atribuida a un ataque cardíaco, fue vista por sus seguidores como un asesinato orquestado para silenciarlo. Este evento, junto con la desaparición de su hija, alimentó aún más las sospechas sobre la veracidad de sus teorías.
Sabemos, además, que la CIA, valiéndose de tecnología holográfica planeó incluso ‘crear’ una falsa invasión extraterrestre como una forma de introducir la ‘guerra psicológica’ y otros controles de la población».
Los drones: ¿El inicio del espectáculo final?
Los recientes avistamientos de drones no identificados se alinean inquietantemente con la cuarta etapa descrita por Monast: falsas manifestaciones sobrenaturales destinadas a preparar a la humanidad para una falsa invasión alienígena.
El doctor Steven M. Greer alertó «que estamos muy cerca de una falsa invasión extraterrestre» y predijo que el 3 de diciembre de 2024 como fecha probable. Ese día la red se llenó de vídeos de «drovnis», lo entrecomillo porque muchos eran aeronaves convencionales pero, como si el mundo estuviera hipnotizado, la gente y los medios seguían viendo objetos no identificados, entre ellos la propia NBC News, como demostré en el siguiente programa
Los teóricos de la conspiración sostienen que los falsos avistamientos de drones están diseñados para simular naves extraterrestres en un futuro próximo. La ubicación estratégica de estos avistamientos, cerca de instalaciones militares, refuerza la idea de que se trata de un ensayo general antes del espectáculo final ya que el caos impulsaría a la élite a amenazar con armas nucleares.
El objetivo final del Proyecto Blue Beam, también conocido como Proyecto de la iluminación divina, es consolidar un único gobierno mundial. Para lograr esto, se busca desestabilizar a las naciones mediante el miedo y la confusión, utilizando eventos «sobrenaturales» para eliminar cualquier resistencia significativa. La crisis resultante permitiría a una élite global implementar un sistema de control total, basado en una única religión, una moneda universal y un sistema político centralizado.
Los recientes avistamientos han despertado alarmas entre los seguidores de estas teorías, quienes consideran que el tiempo se está agotando. Según ellos, la humanidad está siendo llevada paso a paso hacia un punto sin retorno.
En lo personal, me llama la atención la coincidencia entre el Proyecto de la iluminación divina y la Constelación Inmaculada que llegó al Congreso de los Estados Unidos el pasado 13 de noviembre. ¿Me estaré volviendo conspiracionista?
Aunque el Proyecto Blue Beam gana adeptos, también ha enfrentado duras críticas. La teoría carece de pruebas concretas y se basa en malentendidos sobre tecnologías avanzadas y fenómenos naturales. Otros señalan que la narrativa del proyecto encaja en un patrón de paranoia y desinformación, diseñado para explotar los miedos colectivos.
Sin embargo, para quienes creen en esta teoría, cada nuevo avistamiento, cada nuevo misterio sin resolver, es una prueba más de que algo grande está en marcha.