¿Nibiru, fuiste tú?
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
Las órbitas de los planetas alrededor del Sol han sido el tema de numerosos debates científicos. Durante las últimas décadas, la idea más destacada sugiere que las interacciones gravitacionales entre los planetas jóvenes provocaron cambios significativos en sus posiciones originales.
En un proceso complejo, los incipientes mundos se formaron a partir de un disco giratorio de gas y polvo alrededor del joven y caliente Sol. El fenómeno de la conservación del momento angular hizo que este material se organizara en un plano, generando órbitas circulares y alineadas en dicho plano.
A medida que los planetas crecían, las interacciones dentro del disco protoplanetario llevaron a migraciones orbitales, provocando que los planetas se movieran hacia el interior o el exterior. También ocurrieron interacciones gravitacionales que modificaron significativamente la excentricidad e inclinación de las órbitas, y en algunos casos, causaron que protoplanetas fueran expulsados del sistema solar.
Estas dinámicas, junto con las fuerzas de marea del Sol, contribuyeron a moldear las trayectorias orbitales de los planetas.
¿Visitante interestelar?
Aunque la expulsión de protoplanetas se considera un fenómeno relativamente común durante la formación del sistema solar, en ocasiones también nos visitaron objetos celestes de otras regiones. Estos eventos fueron raros, pero ofrecen información valiosa sobre sistemas planetarios distantes. Por ejemplo, en 2017 se descubrió a Oumuamua, el primer visitante interestelar confirmado. Este objeto presentó una forma alargada y una aceleración inusual, probablemente causada por desgasificación u otras fuerzas no gravitacionales. Un artículo publicado recientemente sugiere que un visitante interestelar similar podría haber influido en las órbitas de los planetas de nuestro sistema.
Una captura de la simulación del sobrevuelo del objeto invasor que produce la mejor coincidencia con el sistema solar. Crédito: G. Brown et al., 2024.
El estudio fue realizado por un equipo de científicos liderado por Garett Brown, de la Universidad de Toronto. En su investigación, analizaron la excentricidad de los gigantes gaseosos y argumentaron que las teorías actuales no explican completamente las observaciones. En cambio, proponen que un objeto con una masa de entre 2 y 50 veces la de Júpiter, que atravesó nuestro vecindario con una distancia de perihelio (la menor distancia al Sol) de menos de 20 unidades astronómicas y una velocidad hiperbólica menor a 6 km/s, sería una explicación más plausible.
Sus cálculos sugieren que existe una probabilidad de 1 en 100 de que un visitante interestelar haya provocado las órbitas que observamos hoy en día, una probabilidad mucho mayor que la de otras teorías. Usando simulaciones y valores aproximados de las propiedades de este visitante, el equipo concluye que esta teoría es, hasta la fecha, la más sólida.
Fuente: UT. Edición: MP.
Un planeta invasor gigante organizó las órbitas de nuestro sistema solar, afirma nueva teoría