Google dice que su nuevo chip cuántico demuestra que vivimos en un multiverso

El nuevo chip cuántico de Google, Willow, es impresionante, pero lo más sorprendente es su implicación de que funciona gracias a la existencia de universos paralelos.

Google dice que su nuevo chip cuántico demuestra que vivimos en un multiverso

Crédito: Google/MysteryPlanet.com.ar.

A principios de esta semana, Google presentó Willow, su último y más avanzado chip de computación cuántica. Las afirmaciones sobre su velocidad y confiabilidad ya eran destacables por sí mismas, pero lo que realmente captó la atención de la industria tecnológica fue una declaración aún más asombrosa en el blog de Google.

Hartmut Neven, fundador de Google Quantum AI, escribió en su publicación que el desempeño de este chip era tan extraordinariamente rápido que parecía haber tomado prestada potencia computacional de otros universos.

En consecuencia, el rendimiento de Willow sugiere la existencia de universos paralelos y refuerza la idea de que «vivimos en un multiverso».

Esto es lo que Neven escribió:

«El desempeño de Willow en este punto de referencia es asombroso: realizó un cálculo en menos de cinco minutos que le tomaría a una de las supercomputadoras más rápidas de la actualidad 10^25 o 10 septillones de años. Si quieres escribirlo, serían 10.000.000.000.000.000.000.000.000 años. Esta cifra supera por mucho las escalas de tiempo conocidas en la física y la edad misma del universo. Este resultado da credibilidad a la idea de que la computación cuántica ocurre en muchos universos paralelos, en línea con la predicción de que vivimos en un multiverso, una teoría propuesta inicialmente por David Deutsch».

Esta afirmación, que desafía la percepción de la realidad, fue recibida con escepticismo por algunos. Sin embargo, sorprendentemente, otros expertos en internet —que aseguran entender estos conceptos— argumentaron que las conclusiones de Neven son más que plausibles. Aunque el multiverso suene a ciencia ficción, también es un área de estudio serio para los fundadores de la física cuántica.

El escepticismo y los desafíos del rendimiento cuántico

Los escépticos señalan que las afirmaciones sobre el rendimiento de Willow se basan en un punto de referencia que Google desarrolló hace algunos años para medir el desempeño cuántico. Esto, señalan, no prueba que existan versiones paralelas de nosotros mismos en otros universos, sino simplemente que el método de medición proviene de Google.

A diferencia de las computadoras digitales clásicas, que operan con bits en estados de 0 o 1 (encendido o apagado), las computadoras cuánticas utilizan qubits increíblemente pequeños. Estos qubits pueden estar en estados de encendido/apagado, en un punto intermedio, o incluso aprovechar el entrelazamiento cuántico —una misteriosa conexión a nivel subatómico entre partículas, cuyas propiedades permanecen vinculadas sin importar la distancia—.

Gracias a estas propiedades, las computadoras cuánticas pueden abordar problemas extremadamente complejos que actualmente están fuera del alcance de las computadoras clásicas.

El desafío de los errores y el avance de Willow

El problema es que, a medida que se agregan más qubits a una computadora cuántica, aumenta su propensión a errores. Todavía no está claro si estas computadoras serán lo suficientemente confiables y poderosas para cumplir con las expectativas.

La misión de Google con Willow era reducir esos errores, y según Neven, este chip lo logra, marcando un avance significativo en el campo de la computación cuántica.

«Hoy, en la revista Nature, publicamos los resultados de un estudio que demuestra que, cuanto más qubits utilizamos en Willow, más errores logramos reducir y más cuántico se vuelve el sistema. Realizamos pruebas con matrices de qubits físicos cada vez más grandes, escalando desde una cuadrícula de 3×3 qubits codificados, pasando por una de 5×5, hasta llegar a una de 7×7», explicó.

Qubits lógicos de código de superficie de tamaños crecientes, cada uno capaz de corregir más errores que el anterior. El estado cuántico codificado se almacena en la matriz de qubits de datos (dorado). Los qubits de medición (rojo, cian, azul) verifican errores en los qubits de datos vecinos. Crédito: Google.

«En cada etapa, aplicando nuestros últimos avances en corrección de errores cuánticos, conseguimos reducir la tasa de errores a la mitad. Dicho de otro modo, logramos una reducción exponencial en la tasa de errores», concluyó.

Fuente: Google/TC. Edición: MP.

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