En un mundo donde la lectura digital ha ganado terreno frente a la lectura en papel, comprender cómo el medio afecta la comprensión lectora se ha vuelto crucial. Sin embargo, los resultados de investigaciones sobre este tema han sido diversos y, a menudo, contradictorios. Un reciente meta-análisis, que abarca estudios realizados entre 2000 y 2017, revela evidencia contundente y destaca la ventaja del papel sobre los dispositivos digitales en términos de comprensión.
El estudio, que analizó datos de 54 investigaciones con un total de 171,055 participantes, comparó los resultados de lectura en papel y en formatos digitales. Los hallazgos muestran que, independientemente del diseño experimental (entre grupos o dentro de un mismo grupo de participantes), la lectura en papel ofrece una ventaja significativa sobre la digital, con un tamaño del efecto estimado en Hedge’s g = -0.21.
Entre los factores que moderan esta diferencia, tres se destacaron:
1. El tiempo disponible para la lectura: La ventaja del papel aumenta bajo condiciones de tiempo limitado en comparación con lecturas sin restricciones temporales.
2. El género del texto: La lectura en papel mostró resultados superiores en textos informativos o mixtos (informativos y narrativos), mientras que en textos exclusivamente narrativos no se detectaron diferencias significativas entre ambos medios.
3. El año de publicación: Curiosamente, la ventaja del papel se ha incrementado con el paso de los años, incluso a medida que la tecnología digital ha avanzado.
Los resultados sugieren que los lectores en entornos digitales tienden a adoptar un estilo de procesamiento más superficial, lo que afecta su capacidad para comprender textos complejos. Esta tendencia podría explicarse por la llamada «hipótesis del superficialismo», que señala que las interacciones rápidas y de recompensa inmediata, como las que ocurren en redes sociales, dificultan la atención sostenida y el procesamiento profundo necesario para tareas como la lectura comprensiva.
Además, el tiempo limitado parece acentuar esta desventaja en los entornos digitales. Estudios previos han encontrado que bajo presión de tiempo, los lectores digitales muestran una sobreconfianza en sus habilidades y un desempeño inferior en comparación con quienes leen en papel. Sin embargo, se ha comprobado que técnicas simples, como resumir con palabras clave o enfatizar la importancia central de la tarea, pueden mitigar esta desventaja.
Otro aspecto relevante es el género del texto. Mientras que los textos informativos suelen requerir un procesamiento más profundo debido a su complejidad, los textos narrativos, más conectados con el conocimiento cotidiano, no mostraron diferencias significativas entre los medios. Esto refuerza la idea de que el medio digital puede ser menos adecuado para tareas que exigen mayor esfuerzo cognitivo.
El meta-análisis subraya la importancia de abordar estas diferencias en entornos educativos. Con la creciente adopción de exámenes y materiales digitales, es esencial garantizar que estas plataformas no perjudiquen el aprendizaje. Además, se deben diseñar estrategias pedagógicas que fomenten un enfoque más reflexivo en la lectura digital, especialmente en contextos que favorecen el procesamiento superficial.