Ejecutivos de grandes empresas están recurriendo a los psicodélicos en busca de creatividad, claridad y propósito en sus vidas personales y profesionales. Según un reciente reportaje del New York Times, esta tendencia refleja un creciente interés por explorar sustancias como la psilocibina y el LSD como herramientas para mejorar el desempeño y tomar decisiones más inspiradas.
El artículo destaca casos como el de Murray Rodgers, un exejecutivo del sector energético que ahora lidera retiros especializados como The Psychedelic C.E.O.. Rodgers, quien sufrió un colapso personal y profesional tras un divorcio y un fallido intento de salida a bolsa, encontró en los psicodélicos una vía de transformación emocional y espiritual. Este renacimiento lo llevó a convertirse en guía de ceremonias psicodélicas dirigidas a altos ejecutivos.
En su retiro, los participantes consumen pequeñas dosis de psilocibina —microdosis iniciales de 0.25 miligramos— antes de embarcarse en viajes introspectivos más profundos. Durante estas sesiones, se exploran estados emocionales como la culpa, la vergüenza y, en algunos casos, la iluminación. Rodgers utiliza herramientas como un «mapa de la conciencia» para ayudar a los asistentes a procesar sus experiencias, creando un ambiente que combina elementos corporativos con introspección espiritual.
El vínculo entre los psicodélicos y los líderes empresariales no es nuevo. Durante las décadas de 1950 y 1960, Al Hubbard, conocido como «Captain Trips», introdujo el LSD a ejecutivos de alto nivel, artistas, científicos y políticos. Incluso R. Gordon Wasson, entonces vicepresidente de J.P. Morgan, popularizó los «hongos mágicos» en un famoso artículo de Life Magazine en 1957. Sin embargo, el estigma asociado con los movimientos contraculturales de los años 60 llevó al declive de esta práctica.
En la actualidad, los psicodélicos están experimentando un renacimiento, impulsados por estudios científicos que demuestran su potencial para fomentar la creatividad y resolver problemas complejos. Robin Carhart-Harris, neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco, ha demostrado que estas sustancias aumentan la entropía cerebral, permitiendo que el cerebro explore nuevas conexiones y patrones de pensamiento.
Figuras influyentes como Steve Jobs y Sam Altman han destacado el impacto transformador de estas experiencias. Elon Musk, por su parte, ha hablado públicamente sobre el uso de ketamina. Al mismo tiempo, se han multiplicado los retiros diseñados específicamente para líderes corporativos, prometiendo resultados como claridad emocional, innovación y una visión renovada de su propósito personal y profesional.
No obstante, esta práctica no está exenta de riesgos. Algunos CEOs que han participado en estas experiencias han decidido abandonar sus cargos tras redefinir sus prioridades. Como señaló un director ejecutivo en una publicación viral, el «desprendimiento del ego» que promueven los psicodélicos puede ser tanto una bendición como un desafío en el competitivo mundo corporativo.
El uso de psicodélicos por parte de líderes empresariales plantea preguntas importantes sobre el equilibrio entre el autodescubrimiento y la responsabilidad profesional. Mientras unos los ven como una fuente de inspiración y cambio positivo, otros advierten sobre los posibles impactos disruptivos en las dinámicas laborales.
Lo que queda claro es que los psicodélicos están marcando un nuevo capítulo en la relación entre el liderazgo corporativo y la búsqueda de innovación y bienestar, redefiniendo el concepto de éxito en un mundo empresarial en constante cambio.
Imagen de portada: The Journeyman Collective