En el año 2030 este sobrecoste alcanzará los 9.500 millones de euros por el uso de SAF sintético y el pago de derechos de emisión ETS.
El alarmismo climático, que ha ocupado prácticamente todas las instituciones políticas en Occidente (y sobre todo en Europa) durante los últimos años, está llevando a empresas y consumidores a hacer frente a unos gastos extraordinarios impuestos desde los despachos de los burócratas y que tienen muy poca relación con la realidad. De esta forma, uno de los sectores más afectados está siendo el del transporte, que ve cómo son cada vez más las regulaciones y prohibiciones.
Dentro de este sector, la aviación es uno de los ámbitos en los que mejor puede apreciarse el coste económico de estas políticas que, como decimos, no son sino el reflejo del dogmatismo ideológico más radical. Así, en el día de hoy la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha publicado un comunicado en el que se subraya cuál será el impacto de estas medidas en el año 2025 en nuestro país y reclama «incentivos a la producción para escalar su desarrollo y reducir su diferencial de precio respecto al queroseno convencional».
Sobrecoste de 234 millones
En el citado comunicado, la Asociación explica que este año se va a empezar a aplicar el mandato procedente de la Unión Europa que, bajo el nombre de ReFuelEU Aviation, establece distintas proporciones que se deberán emplear de SAF (combustible sostenible de aviación), las cuales irán del 2% en 2025 y el 70% en 2050. De este modo, destacan desde ALA, «sólo este año 2025, la factura total que supondrá el uso de un 2% de SAF en España será de algo más de 332 millones de euros«. Naturalmente, este coste irá aumentando con el paso de los años conforme las aerolíneas se vean obligadas a utilizar este combustible en mayores proporciones, «especialmente una vez se introduzca el uso de SAF sintético o eSAF, generado a partir de energías renovables».
De esta forma, la Asociación destaca en su comunicado que «las compañías aéreas pagarán un sobrecoste de 234,2 millones de euros este año 2025 por el uso de un 2% de combustible sostenible de aviación SAF en España», motivo por el cual piden que se introduzcan «incentivos a la producción para escalar su desarrollo y reducir su diferencial de precio respecto al queroseno convencional». Al respecto, cabe preguntarse cómo afectará esto a los usuarios de este medio de transporte, especialmente en los precios de los billetes.
Los costes seguirán subiendo
En este contexto, las aerolíneas son conscientes de que los costes a los que se verán sometidas como consecuencia de la política de la Unión Europea seguirán incrementándose en los próximos años. Lo cierto es que, como explica el presidente de ALA, Javier Gándara, pese a que desde el sector apuestan por el SAF para avanzar en la sostenibilidad del transporte aéreo a corto plazo, «hoy por hoy es un producto poco desarrollado y su precio es elevado, entre 3 y 6 veces más caro que el combustible convencional, por lo que su uso va a incrementar los costes de las aerolíneas de forma considerable».
De hecho, en el mismo comunicado ALA expone que en el año 2030, cuando la cuota que tendrán que emplear de SAF alcance el 6% y se introduzca también un 1,2% de SAF sintético, el sobrecoste que tendrán que soportar las compañías del sector será de unos 9.500 millones de euros. Así, «este sobrecoste deberá sumarse a los pagos por comercio de derechos de emisión ETS, que se encarecerán de forma acusada a partir de 2026, cuando desaparezcan los derechos de emisión gratuito», al mismo tiempo que «se reducirá la oferta de derechos de forma progresiva, con lo que la demanda ejercerá presión sobre su precio».
Obligadas a usar combustible «verde»
Como publicamos en Libre Mercado, esta medida que ahora se traduce en importantes sobrecostes para las líneas aéreas, proviene de una decisión de la Unión Europea que se materializó en septiembre de 2023 tras una votación en la que 518 eurodiputados apoyaron el texto RefuelEU, con tan sólo 97 votos en contra y 8 abstenciones. De esta forma, la UE decía pretenden buscar que las aeronaves utilicen combustibles «verdes».
En este sentido, como hemos indicado, la UE se marcó de este modo el objetivo de que en el año 2050 el 70% del combustible que utilicen los aviones procedan de residuos como aceite de cocina usado, residuos agrícolas y forestales o algas (el SAF), quedando fuera los combustibles elaborados a partir de cultivos aptos para piensos o alimentos.
Con todo, el itinerario concreto planteado para la adoptación de estos combustibles es el siguiente: en 2025 el porcentaje mínimo de SAF tendrá que ser el 2%; en 2030 tendrá que ser del 6%; en 2035, del 20%; en 2040, del 34%; en 2045, del 42% y finalmente del 70% en 2050.